Bartlett el viejo y Bartlett el joven

El sistema priista y un junior político

Bartlett Díaz fue un junior de la política, un nepo baby, un privilegiado del priismo que siempre defendió sus privilegios de “hijo de” porque los usó. Aprovechó ser hijo de exministro y exgobernador para hacer carrera en el mismo ámbito donde su papá recibió ayuda y consiguió esas posiciones, la política de partido.

Bartlett, el viejo.

En 1936 un político llamado Javier Rojo Gómez actúa como juez primero de Distrito administrativo en la capital de México. Es juez pero la suya no es una carrera judicial: ese juzgado es sólo una estación en su carrera política y partidista. El mismo año del 36 su tren sale de aquella estación y llega a la campaña del partido oficial —el PNR que sería PRM en 1938 y PRI en el 46— por la gubernatura de Hidalgo, estado natal de Rojo Gómez. Así, el todavía joven político va de la judicatura en el Distrito Federal a la gubernatura hidalguense (1937), y de gobernador a regente de la capital nacional bajo la presidencia de Manuel Ávila Camacho (1940).

Hoy, Manuel Bartlett Díaz, político, es el viejo y su hijo León Manuel, contratista politizado, es el joven; pero décadas atrás Bartlett Díaz fue el joven: su papá, o el abuelo de León, también fue político, poderoso e influyente, uno de los actores encumbrados en el teatro político posrevolucionario y priista.

Si hay un “Bartlett el joven” hay un “Bartlett el viejo”. Hoy, Manuel Bartlett Díaz, político, es el viejo y su hijo León Manuel, contratista politizado, es el joven; pero décadas atrás Bartlett Díaz fue el joven: su papá, o el abuelo de León, también fue político, poderoso e influyente, uno de los actores encumbrados en el teatro político posrevolucionario y priista (el PRI original y hegemónico puro fue parte del régimen general posrevolucionario). El primer “Bartlett el viejo” fue el tabasqueño Manuel Bartlett Bautista. Y por él hablamos de Rojo Gómez. Por Bartlett Bautista y Rojo Gómez, en pareja, hablaremos del primer “Bartlett el joven” como un caso de juniorismo político —o para decirlo con la expresión de nuestro tiempo para el problema intertemporal, del pasado y el presente, un nepo baby.

Cuando Rojo Gómez deja la banca de juez (1936) lo sustituye Bartlett Bautista. Pero ese dato no agota su relación ni es una simple coincidencia que ocurriría en el vacío. Bartlett Bautista era un abogado y político que ya en 1921 había sido diputado local en Tabasco, estaba activo en la política partidista y para 1936 llevaba entre seis y siete años ocupando distintos juzgados de Distrito. Rojo Gómez y Bartlett Bautista tuvieron que conocerse antes de encontrarse como sustituido y sustituto, respectivamente, en aquel juzgado de Distrito capitalino; tuvieron que conocerse antes porque ambos eran políticos de el partido y miembros de la judicatura —ambos jueces—, una judicatura atravesada por la política e intervenida por el PNR que en 1935, con Lázaro Cárdenas en la presidencia, había llevado a cabo una reforma judicial que reencauzaba y reforzaba la relación pragmática entre lo partidista y lo judicial… Pero resulta acaso más importante que poco tiempo después, y políticamente más arriba, volverían a encontrarse las carreras de “nuestros” personajes, no sólo sus personas: si en 1940 Rojo Gómez llega a la regencia del DF por decisión del presidente Ávila Camacho, por decisión del mismo presidente llega a la Suprema Corte Bartlett Bautista en 1941. El punto no es sólo que Ávila Camacho encumbró a Rojo Gómez y a Bartlett Bautista, ni sólo que el encumbramiento de Rojo precede al de Bartlett, sino que lo más probable —todo apunta en esa dirección— es que el encumbramiento de Bartlett Bautista siga en todas las acepciones al de su amigo Rojo Gómez; lo más probable es que el hidalguense, exjuez cardenista, exgobernador cardenista, aliado al candidato presidencial triunfador Ávila Camacho y regente avilacamachista, haya recomendado al tabasqueño e influido en el presidente poblano para designar a Bartlett Bautista como ministro de la Corte —incluso es posible que lo haya sugerido e impulsado como su relevo en el juzgado de Distrito en 1936, año en que el presidente Cárdenas influyó para que Rojo Gómez fuera el candidato a gobernador y además, como presidente, tenía mayor influencia en la judicatura tras la reforma judicial del 35.

Como se puede ver con los casos de Rojo Gómez y Bartlett Bautista, el sistema —el posrevolucionario y luego el específicamente priista— era un sistema de fusión de poderes, no de pesos y contrapesos, no de división de poderes real a pesar de lo formal sino de indivisión real del poder formal y real del Estado.

Bartlett Bautista, de modo similar al caso Rojo Gómez, pasaría de la Corte a una gubernatura. Si uno fue de juez a gobernador de Hidalgo, el otro fue de ministro a gobernador de Tabasco. Ambos de la judicatura a la gubernatura y ambos por el partido oficial, uno cuando se llamaba PNR y otro cuando se llamaba PRI. La candidatura priista tabasqueña la recibió Bartlett Bautista del presidente Miguel Alemán. Prácticamente todo el sexenio alemanista fue ministro, de 1946 a 1952, y eso significa que fue un ministro alemanista (esta vez Rojo no fue cercano al presidente, el licenciado Alemán, porque compitió con él para recibir el “dedazo” máximo de Ávila Camacho; pero Bartlett y Rojo conservarían la amistad). Alemán hizo posible la gubernatura de Tabasco para Bartlett Bautista y designó como sucesor presidencial a Adolfo Ruiz Cortines, en cuyo sexenio (1952–1958) Bartlett dejaría de ser gobernador: en 1955 tuvo que abandonar el puesto en medio de la violencia social, política y militar detonada por un movimiento estudiantil.

Como se puede ver con los casos de Rojo Gómez y Bartlett Bautista, el sistema —el posrevolucionario y luego el específicamente priista— era un sistema de fusión de poderes, no de pesos y contrapesos, no de división de poderes real a pesar de lo formal sino de indivisión real del poder formal y real del Estado. Situación que no carecía de sustrato partidista. Rojo Gómez pasa de lo político–partidista a lo judicial y de lo judicial a lo político–partidista: senador, juez, gobernador, regente. Acotemos por y para el lenguaje: lo judicial era entonces político–partidista pero lo político–partidista no necesariamente era judicial. En lo federal, Bartlett Bautista pasa de lo judicial a lo político–partidista: juez, ministro, gobernador. Pero en lo general (federal + local), va como Rojo Gómez de lo político–partidista a lo judicial y de lo judicial a lo político–partidista: diputado local, juez, ministro, gobernador.

Todo ese conjunto de datos es importante porque, por un lado, nos da la fotografía de el sistema, nos permite ver con claridad cómo era, y, por el otro, explica el inicio y despegue de la carrera de Manuel Bartlett Díaz. Hijo de Bartlett Bautista y ahijado político de Rojo Gómez. Uno fue su padre biológico y su primer formador e impulsor, el otro fue su segundo impulsor y su protector político —sobre todo después de la muerte de Bartlett Bautista.

Protegido e impulsado por Rojo Gómez en/desde la secretaría general de la Confederación Nacional Campesina del PRI, Bartlett se enfilaría hacia la cumbre vía el partido y la operación política. Pero tiene “chambas” y fuentes de ingresos desde antes, y ha sacado provecho de los privilegios priistas… Cuando el papá muere en 1963 aún era un personaje influyente, respetado en varios círculos del poder y el oficialismo, y el hijo ya está actuando en política, es priista, ya está colocado, enrutado, tiene la plataforma, que le fue regalada, y conserva el apoyo de Rojo Gómez. Éste era el añejo controlador partidista del estado de Hidalgo y en ese momento (1963) líder del sector campesino del PRI (asimismo, estaba cerca de convertirse en gobernador del Territorio de Quintana Roo). Esto es decir que Bartlett Díaz fue un junior de la política, un nepo baby, un privilegiado del priismo que siempre defendió con hechos sus privilegios de “hijo de” porque los usó. Aprovechó ser hijo de exministro y exgobernador para hacer carrera en el mismo ámbito donde su papá recibió ayuda y consiguió esas posiciones, la política de partido. Recuérdelo. Luego, Bartlett Díaz formó dos nepo babies más…

Los juniors formados por Bartlett Díaz son su hijo León Manuel Bartlett Álvarez y su sobrino Rodrigo Abdala. Actualmente, Abdala es colaborador del gobernador poblano Alejandro Armenta Mier, quien fue colaborador del gobernador poblano Mario Marín, que fue colaborador del gobernador poblano Bartlett Díaz, a su vez colaborador del priismo clásico, del priismo neoclásico, o neoliberalismo primero, y también del priista neoliberalizado AMLO.

Así pues, los Bartlett llevan más de cien años incrustados en las estructuras legales y extralegales del Estado. En 1921 Bartlett Bautista era diputado tabasqueño, en 2021 Bartlett Díaz era director de la CFE de un presidente autoritario y tabasqueño, y en 2024 Bartlett Álvarez y Abdala siguen haciendo negocios y política, política y negocios.

Bartlett “el joven”, hoy viejo en todo sentido, fue y siguió siendo un priista puro. Su herencia política incluye la perspectiva de y el amor al priismo puro, el de discurso patriotero y poder hegemónico, el que no quería oposición más que de adorno y hasta como adorno débil. El priismo que, como sistema propio y al igual que sus embriones PNR y PRM, siempre practicó la subordinación judicial partidista —“nuestro” ayer, “nuestro” mañana. ®

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Publicado en: Política y sociedad

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