La música no solamente se escucha; llena todo nuestro cuerpo de sensaciones que cada uno define de acuerdo con lo que significa para nosotros cada canción, con su melodía y su lírica.
Regresar a un concierto en vivo, tras la pandemia —o eso creemos—, nos da la sensación de que algo nos hacía falta; en el momento en que nos acercamos al recinto y el corazón se aceleraba nos dimos cuenta de que eso es lo que necesitábamos.
Pasaron seis años para que Coldplay regresara a México, y doce a tierras tapatías. Estos músicos británicos nos habían limitado a escucharlos únicamente por streaming, además de la radio, el tornamesa o los reproductores de CD.
Chris, Will, Jonny y Guy encendieron el Estadio Akron no sólo con su pirotecnia y las luces que brotaban en armonía de las xylobands, sino por los saltos y gritos de cada uno de los presentes en esa noche ventosa de martes en Zapopan.
Si pudiéramos definir con una palabra este recital sería, definitivamente, inclusivo. La forma de conectar con la música no solamente va dirigida al oído, es sensorial. Chris Martin y su banda lo tienen muy claro cuando invitan a personas con capacidades diferentes para escuchar y hablar a sus shows, las cuales, con chalecos, sienten las vibraciones y el ritmo de sus canciones.
La música no solamente se escucha; llena todo nuestro cuerpo de sensaciones que cada uno define de acuerdo con lo que significa para nosotros cada canción, con su melodía y su lírica.
Ése es su secreto, la universalidad de la música es tal que no importa el idioma en que se compone y se canta. Chris puede ponerse una botarga y con sus manos interpretar lo que está cantando, como en “Something Just Like This” o en “My Universe”, en las que entre él y BTS compaginan el inglés y el coreano, y no importa que ignores esos idiomas pues percibes la emoción que Coldplay proyecta cuando la interpreta.
Un concierto de Coldplay es la vida misma, es una montaña rusa de emociones. Un instante estás gritando y saltando con “Viva la vida” y al otro estás recordando a una persona especial con “Yellow”, y un momento después la nostalgia llega con “Fix You”.
Su espectáculo de luces es mágico, pero lo especial es esa lírica profunda que te guiará hasta tu hogar.
If you go and leave me down here on my own, then I’ll wait for you. ®