Congreso de poetas

¿Sabía usted de este Congreso Mundial de Poetas que lleva por tema «El problema del mundo. Comparar y comprender»? Entérese, por favor.

Pacientes toman aire fresco en un asilo mental de la Inglaterra victoriana. Grabado de K. H. Merz, 1834.

Ahora mismo
—estoy presente—, se celebra
el Congreso Mundial de Poetas,
adonde, con sólo amar,
electrocutarse y llegar al fondo
en sentido figurado, puede ingresarse,
sin mayores y pesados requisitos,
y que tiene por tema
“El problema del mundo.
Comparar y comprender”.
Los que entran y se acercan
y conversan miran tan sólo,
y nada más allá, el dedo
que ponen en la punta
de su nariz, y cuando hablan
los bizcos miran hacia adentro,
qué mirarán, Dios lo sabrá,
y, sin embargo,
todos parecen gozar,
estar contiguos,
como piedras dormidas,
de variadas maneras,
pues unos ríen, otros vomitan,
aquellos se golpean, insultan,
como gallos sin alma,
algunos rezan en silencio
mientras llenan con desesperanza
sus cuadernos de notas,
y unos más arden
desde su alta montaña
mientras contemplan
con recelo el futuro.
Si sabemos que son poetas
es porque son bizcos,
bizcos ojoscruzados
que forman, con el corazón,
un triángulo invertido y,
al revés, la mente que remata
en punta el doble triángulo,
y con tal geometría imperceptible
leen sus poemas, charlan,
piensan en sexo y generan proyectos.
Y nadie dice nada,
pero es que nadie dirige
aquel el congreso que,
vamos de malas, tiene por tema
“El problema del mundo.
Comparar y comprender”.
Yo opino que esto se parece
al caos y sus cohesiones extrañas,
pero comprendo
que el problema del mundo
es el problema de los aislados
que ven, del mundo, un nosotros,
de bizco a bizco, hermano,
lo tuyo y lo mío no se parecen,
mas ya no importa, no obstante,
que aun sin lo nuestro,
un fofo muégano,
sigamos riendo y vomitemos,
y brinque el cuerdo
y que hipnotice el loco,
derrámense vino y elocuencia,
al pie del verbo y por su cuerda floja
vaya el acróbata y ábrase el tórax,
que de sus luces y horrores
brillen sus órganos, sangre y encanto,
pero mirar de frente es mirar adentro,
entre alaridos
el ritmo dulce es expulsado
sin complicidad,
raro congreso, de gris acuerdo,
buenos negocios, abrazos francos,
mundo en el fondo mal entendido,
pero son bizcos en su desierto,
saben sus cosas mas no se hablan,
todo callado, todo profundo,
si vas, qué bueno, si no, mejor,
no hay un nosotros ni salvación
pero, vamos de buenas,
aún no hemos muerto. ®

Compartir:

Publicado en: Poesía

Apóyanos:

Aquí puedes Replicar

¿Quieres contribuir a la discusión o a la reflexión? Publicaremos tu comentario si éste no es ofensivo o irrelevante. Replicante cree en la libertad y está contra la censura, pero no tiene la obligación de publicar expresiones de los lectores que resulten contrarias a la inteligencia y la sensibilidad. Si estás de acuerdo con esto, adelante.