Ésta es una conversación con un libro que trata de puertas. Como una buena historia que comienza por el principio, para conocer una ciudad nos dan la bienvenida por precisamente por este elemento arquitectónico y simbólico.
Hace poco me presentaron un libro que desde su portada me invitaba a pasar, a leer. Con la fotografía de un portal con un arco de ladrillos empieza la aventura de acercarme a un lugar tan peculiar como Saltillo, Coahuila.
Como tapatía, el único acercamiento que había tenido a esta ciudad norteña hasta este año —2023— son los numerosos letreros que plagan la ciudad de Guadalajara que te guían hacia aquel lejano lugar. Originalmente, como producto del proyecto de carreteras cuya ruta terminaba en aquella ciudad y en Nogales, los señalamientos hacia ellas se encuentran en varios puntos. Algunos también cuentan que la familia de la esposa de algún gobernador era oriunda de Saltillo y por esa razón los colocó por todos lados. En fin, es allí cuando me pregunto: ¿Qué habrá de especial en Saltillo?
Este año parece que esta ciudad de famosos cielos azulados, uno de los mejores equipos de béisbol del país y el delicioso pan de pulque, quiere revelarse ante mí. Después de un reciente viaje de trabajo que me llevó a pararme por primera vez entre sus impresionantes montañas que parecen abrazar tan de cerca el especial lugar, mi curiosidad se despertó aún más. Después llegó a mis manos Umbrales (Dirección de Posgrado/Universidad Autónoma de Coahuila, 2022) y me acercó a una historia más amplia de este territorio.
Repensar el patrimonio, como lo dicen Argelia Dávila y Alejandro Pérez Cervantes, coordinadores de este proyecto, es el objetivo. Ofreciendo perspectivas no solamente desde la academia arquitectónica e histórica, sino desde una diversidad de visiones arqueológicas, de restauración y artísticas.
De la intencionalidad de los colores y los elementos que convierten a cada puerta retratada en una historia con un subtexto de identidad de sus habitantes. Nos hablan de los elementos de diseño extranjeros que delatan migraciones, inspiraciones en pintores, escultores y arquitectos…
Mientras recorremos el centro de la ciudad por medio de fotografías de varios autores, nos acompañan textos que hablan de la puerta como instrumento de propiedad sobre un espacio, de límite, hogar y lugar. De la intencionalidad de los colores y los elementos que convierten a cada puerta retratada en una historia con un subtexto de identidad de sus habitantes. Nos hablan de los elementos de diseño extranjeros que delatan migraciones, inspiraciones en pintores, escultores y arquitectos, y capas de pintura que entre ellas guardan historias de las familias que han atravesado estos portales.
Por medio de los relatos que cada autor nos comparte conocemos cada puerta, cada casa, junto con los años que cada una ha visto correr, en algunos casos muy visiblemente. “Oscilando entre lo práctico y lo simbólico (…) un testigo de nuestro paso por el mundo”,es como Víctor Palomo —poeta y creador de una de las imágenes— define este instrumento tan aparentemente cotidiano. Es “génesis, punto de arranque”,dice Luis E. Castro Solís.
Al leer cómo algo tan sencillo como una puerta puede inspirar a tantos arquitectos, historiadores, músicos, maestros y muchos más recordé otro momento en el que esta ciudad coahuilense inspiró a uno de mis creadores favoritos: Edward Hopper, el pintor norteamericano.
Este virtuoso artista, famoso por su uso del color, por congelar momentos de la cotidianidad, curiosamente fue también conquistado por esta ciudad. Acuarelas un tanto alejadas de su estilo habitual y por ello muy especiales, aunque siempre representando su característica quietud, pintó desde los tejados de su hotel.
Tanto las obras de Hopper como las fotografías y textos que nos ofrece Umbrales representan una interesante oportunidad de acercarnos a un espacio para muchos desconocido y permitir también que su arquitectura nos hable de su gente, de su historia y también de su actualidad.
El libro es muy bello, en especial en formato impreso, aunque el digital también comparte su diseño lleno de color. Entre sus páginas encontramos algunas frases de escritores emblemáticos, como Manuel Acuña, que brindan otra capa de lectura a esta publicación, y un espléndido prólogo del saltillense Mauricio Beuchot.
Espero que esta breve reseña los invite a aventurarse entre sus páginas, y seguramente, como yo, terminarán con una enorme curiosidad de abrir cada una de esas puertas, incluso de buscarlas si algún día se encuentran en esta ciudad del norte. Y, por qué no, también despertar la inspiración de crear un proyecto parecido en su propia ciudad, pues la arquitectura de cada una tendrá mucho que contarles. ®
Baja el PDF de Umbrales aquí.