El proyecto No Global es una acción-rumor que empezó en Tijuana, donde cada participante tenía que definir un objeto o una acción “no global”, dejando la interpretación del término a cada uno de los actores participantes y con la intención de crear un rumor que definiera los posibles significados de esas palabras.
A partir de ese momento, Omar Nava, artista tapatío nacido en 1967 en la casilla que le corresponde a Escorpión, decidió convertirse en Tijuana, donde vivió nueve años, en “un pastor del No Global” y orientar buena parte de su producción plástica a alimentar ese concepto desde las disciplinas que maneja el artista: dibujo, pintura y una gráfica portentosa.
Para Omar Nava la idea que más se ajustaba al concepto No Global fue un alfabeto sin vocales, por las posibilidades que se abrían de que a una palabra sin vocales alguien más le pueda dar otra interpretación. Digamos que nos enfrentamos a un alfabeto que exige traducción libre y la participación obligatoria del espectador porque el juego de interpretación que propone Nava activa mecanismos automáticos de la mente.
Posteriormente obtuvo una beca para hacer una serie de grabados, Objetual NG, con placas recortadas, no con la placa rectangular tradicional, y fueron recortadas de tal manera que las figuras formaran letras, usando matrices de impresión como CDs o tarjetas de teléfono. El propósito era hacer unos páneles de letras, variaciones, que se combinaran entre sí dando paso a una pieza final en la que se formulara la frase NO GLOBAL.
Ya sabemos por W. Burroughs que el lenguaje es un virus invasivo, al igual que lo que sucede con el alfabeto No Global, que empieza a desplegarse subrepticiamente sobre cuadros y dibujos y a invadir el universo plástico de Nava. En algunos cuadros figurativos aparecen algunas palabras o frases que simplemente interfieren, se aparecen, en el proceso de trabajo, con alfabeto No Global, y que acaban siendo parte del cuadro como un elemento más.
El proyecto Objetual NG devino en una serie de grabados de diferentes personajes con personalidades muy marcadas que se nos presentan siempre con un elemento inquietante muy visible: por ahí aparece una mancha de orín en los pantalones o nos damos cuenta de que uno de los personajes trae caídos los pantalones y con el miembro colgando de fuera, como en un descuido…
Todos estos personajes terminaron formando el subproyecto Todos No Global. En esta pieza el tema principal es la identidad, y cada uno de los personajes con sus “rarezas” se convierten en el símil de una sociedad a escala, que a fuerzas alberga diferencias, lo que actualmente entendemos como diversidad. Cada uno de los “monitos”, como les llama el artista, tienen un papel no tanto para conectar individualmente sino para apelar a la colectividad. Y a estos monitos ya existentes se le van agregando nuevos personajes que de repente puedan sugerir abstracciones, como que alguno de los personajes albergue en su cuerpo el dibujo de una de las letras del alfabeto No Global, convirtiéndose en un discreto pero visible elemento más.
Dice Nava: “En mi trabajo no me gusta ser explícito, tenemos demasiado de mensajes explícitos, desde el muralismo. La intención del artista es proponer juegos de significados y no cerrar la posibilidad de interpretación por parte del espectador, usando elementos sorprendentes qua abran la imaginación y las propias fantasías, pequeñas perversiones que condicionan y enriquecen la lectura de la pieza”. Continúa: “Nos parecemos físicamente, en lo biológico, pero no nos parecemos ni en los gustos ni en las perversiones. El individuo se diferencia en los temas íntimos. Ver los detalles de mis personajes es como husmear en una sociedad”.
En la actualidad este proyecto, de nuevo desde Guadalajara, donde Nava es socio junto al impresor Toño Luna del taller de grabados El Mezquite, da un paso más hacia la gráfica. En este caso la técnica escogida es la serigrafía, y los monitos se desdoblarán de uno en uno hasta llegar a cien.
Este proyecto va incluir cien personajes que formarán otro panel y parte de la idea también es que la gente los vaya comprando a medida que vayan saliendo, una manera de promover un coleccionismo asequible. Quien se anime acabará por tener un panel montable a su antojo, ya que podrá hacer todo tipo de combinaciones con los cien personajes.
Así que ya está avisados. La invasión vírica del alfabeto No Global sólo acaba de comenzar. ®