I
Las palabras se encienden y se apagan.
Luciérnagas en la noche,
las palabras son como el rastro de una mujer hermosa,
el poeta es ciego
y amorosamente las busca a tientas.
II
Larga borrachera con sabor a tu nombre.
Ardiente sol de hombre que se abre paso entre las playas femeninas.
Tu cuerpo es la tierra inexplorada,
tu vientre la plegaria húmeda donde la esperanza germina.
Soy el ciervo que bebe en tu laguna,
las manos del explorador.
Entre aroma a licor
desciendo.
Tu paisaje es mi ebriedad,
el delirio del viajero que ha reencontrado su destino. ®