Editorial

El mal

No tiene razón el poeta mexicano Javier Sicilia —líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad— cuando dice que los narcotraficantes han dejado de ser humanos. No es cierto, lo son tanto como él y como nosotros. La desoladora conclusión a la que llegó Hanna Arendt en Eichmann en Jerusalén. Un informe sobre la banalidad del mal [1963] después de escuchar al criminal nazi enjuiciados en Tel Aviv en 1961,
Todos ellos parecían hombres normales, buenos padres, refinados y educados en el amor a las artes y la cultura, y calificarlos de monstruos sería casi tanto como exculparlos, turnar la responsabilidad al diablo. Eichmann y los demás argumentaron en su defensa que solamente se habían limitado a seguir órdenes. Algo parecido dijo el filósofo Martin Heidegger para justificar su adhesión al nazismo: quiso hacerse pasar por una “víctima del efecto Mitlaüfter, esto es, los que siguen a los mitos imitando la conducta de la mayoría”, como dice Avelina Lésper en su artículo incluido en este dossier.

Así, la maldad es parte de la naturaleza humana y quizá no hayamos sido capaces aún de conjurarla, aunque todos parezcan tener la clave: los educadores, los filósofos, los políticos, los criminalistas, los religiosos… La historia podría describirse como una larga sucesión de asesinatos, matanzas y genocidios, sin dejar a un lado la historia cotidiana, pletórica de abusos indecibles de unos seres humanos contra otros. La crueldad no tiene límites, como puede verse en la realidad mexicana y de otros países, como se ha visto en los cruentos asesinatos de pueblos enteros en Armenia, Rwanda, la ex Yugoslavia y prácticamente en cada rincón del planeta. Como escribe también en este dossier la escritora española Marisol Salanova: “Los humanistas saben que el hombre no es necesariamente bueno, los males del siglo XX hicieron que los humanistas contemporáneos afirmasen su fe en la capacidad humana de actuar libremente, en la fuerza de la voluntad, para bien o para mal. Pero lo más alarmante de las atrocidades cometidas por el hombre durante el siglo XX es que se dieran aspirando al bien, no al mal”. Por lo visto, las cosas en el siglo que avanza no serán muy distintas, al paso que vamos. ®

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Publicado en: Destacados, El mal, Octubre 2011

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