El Club de los 27 y el de los 47

¿Hay una edad maldita para músicos y escritores?

Antes que el rockero Club de los 27 hubo uno al que podemos llamar el Club de los 47, conformado por escritores… Coincidencias extrañas y significativas.

Fernando Pessoa (1888–1935).

Es conocido el llamado “Club de los Veintisiete”, en referencia a un grupo de músicos que fallecieron a la edad de veintisiete años. Brian Jones (1942–1969), uno de los fundadores de los Rolling Stones, el guitarrista Jimi Hendrix (1943–1970), la solista de blues Janis Joplin (1943–1970), el vocalista de The Doors, Jim Morrison (1943–1971), el líder de Nirvana, Kurt Cobain (1967–1994) y la cantante Amy Winehouse (1983–2011) son los miembros más destacados de este aciago club. En la cima de su carrera, encontraron la muerte de manera similar debido al desenfrenado estilo de vida que llevaban. El suicidio y los excesos con las drogas y el alcohol fueron el denominador común en todos los casos.

Probablemente, esta fatídica edad tan temprana para la muerte de ciertos artistas fue inaugurada por Robert Johnson, uno de los mejores músicos de blues de la historia, que falleció a los veintisiete años el 16 de agosto de 1938. La leyenda planeó siempre alrededor de este cantante y guitarrista del delta del Mississippi, muerto en extrañas circunstancias, al parecer envenenado. El inexplicable cambio por el que Johnson pasó de ser un mediocre guitarrista al genial músico en que se convirtió en poco más de un año, con temas como “Me and the Devil Blues”, se atribuyó, según la voz popular, a un supuesto pacto con el diablo. Su legado, de tan sólo veintinueve canciones, supuso un aporte de incuestionable valor para el mundo artístico.

El “Club de los Cuarenta y siete”

Pero no sólo en la música parece haber una edad “maldita” o desdichada que acaba con la vida de algunos de sus más insignes representantes. En el gremio de los escritores, tal como nos recordaba en alguna ocasión el filósofo y escritor español Fernando Savater, se podría hablar, emulando en cierto sentido al de los 27, del “Club de los Cuarenta y siete”. Aunque es cierto que en algunos casos faltaran meses para la fatídica fecha, Baudelaire, Pessoa, Orwell, Camus o Kerouac fallecieron en torno a esa edad.

Autor de Las flores del mal, cuya publicación causó cierto escándalo, Charles Baudelaire, nacido el 9 de abril de 1821, arrastraría los conflictos familiares de su infancia y adolescencia toda su vida. Huérfano a los seis años, su madre se casó un año después con un militar al que el joven Charles nunca aceptaría. Mientras estudiaba Derecho en la Universidad de París se introdujo en la vida bohemia y artística del Barrio Latino, donde se codeó con Balzac y otros jóvenes poetas. En esa época de diversión conoció a Sarah “Louchette”, prostituta que inspiró algunos de sus poemas y que le contagiaría la sífilis que en el verano de 1867 acabó con su vida.

Uno de los grandes y más complejos poetas del siglo XX, el portugués Fernando Pessoa (1888–1935) se ganó la vida como traductor, redactor de correspondencia extranjera, editor y vendedor de horóscopos, entre otras ocupaciones. Pasó sus cuarenta y siete años de vida con grandes apuros económicos, en ocasiones ciertamente extremos. Más de un día acababa en el café Martinho da Arcada, en la plaza del Comercio lisboeta, a la espera de que algún conocido le invitara a comer. Obsesionado con su oficio de escritor —“Toda mi vida gira en torno a mi obra literaria, buena o mala”—, reunió una obra tan extensa como heterodoxa. Acabó sus días en el Hospital Saint Louis de los franceses, en la capital portuguesa, donde ingresó el 28 de noviembre de 1935, dos días antes de fallecer por cirrosis hepática.

Obsesionado con su oficio de escritor —“Toda mi vida gira en torno a mi obra literaria, buena o mala”—, reunió una obra tan extensa como heterodoxa. Acabó sus días en el Hospital Saint Louis de los franceses, en la capital portuguesa, donde ingresó el 28 de noviembre de 1935, dos días antes de fallecer por cirrosis hepática.

Nacido en India durante el periodo colonial británico, Eric Arthur Blair, conocido con el seudónimo de George Orwell, terminó sus estudios en el prestigioso Eton College de Inglaterra. Tras su paso por Birmania, donde trabajó de policía, regresó a Gran Bretaña y, sin apenas recursos económicos, empezó su carrera literaria. Como novelista, ensayista, crítico literario, periodista o corresponsal de guerra, su obra siempre estuvo marcada por una fuerte conciencia social, con una clara posición frente al imperialismo británico y, más tarde, contra los totalitarismos nazi y estalinista. Tanto en la Guerra Civil española, donde militó en las filas del sindicato trotskista del POUM, como en la Segunda Guerra Mundial, escribió artículos y reportajes para medios como Tribune o la BBC. El autor de 1984, Rebelión en la granja y Homenaje a Cataluña pasó los últimos tres años de su vida entre hospitales debido a la tuberculosis que arrastraba desde hacía años. Falleció el 21 de enero de 1950, cuando le faltaban cinco meses para cumplir los cuarenta y siete.

Novelista, filósofo, periodista y dramaturgo francés, Albert Camus (1913–1960), nacido en la Argelia francesa, es considerado una de las figuras intelectuales más importantes de Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Creció y comenzó sus estudios en uno de los barrios más pobres de Argel, trabajó como periodista y actor, ligado a movimientos políticos de izquierdas y finalmente estudió Filosofía y Letras. En 1940 se instaló en París, donde, durante la ocupación alemana, formó parte de la resistencia francesa. En 1951 publicaría La peste, en cuyas páginas refleja el auge del fascismo por toda Europa. Otras de sus obras más destacadas son El extranjero, La caída, El verano o El exilio y el reino. En 1957 se le concedió el premio Nobel de Literatura por el conjunto de su obra y tres años más tarde, el 4 de enero de 1960, falleció en un accidente de tráfico. En noviembre de ese año hubiera cumplido la funesta edad.

Hijo de una familia de emigrantes franceses de Canadá, Jack Kerouac, pionero de la llamada Generación Beat, junto a William S. Burroughs y Allen Ginsberg, nació en Massachussetts en 1922. Tras abandonar la Universidad de Columbia e influido por la filosofía oriental, optó por una vida nómada marcada por el alcohol y las drogas. Empezó a escribir muy joven, y entre sus obras destacan la mítica En el camino y otros títulos como Los vagabundos del Dharma o Big Sur. Murió a consecuencia de una cirrosis en octubre de 1969.

La cara B

Aunque en puridad no podrían formar parte del desdichado “Club de los 47”, pues no fallecieron a esa edad exacta, por cercanía se les podría incluir. Tal es el caso del escritor, periodista y marino italiano Emilio Salgari, conocido por ser el creador de la famosa serie de novelas protagonizadas por el aventurero Sandokán. El 25 de abril de 1911, a la edad de 48 años, se suicidó, al estilo tradicional japonés, haciéndose el harakiri, tras una vida plagada de desgracias, como la muerte de sus hijos y su esposa, y de penurias económicas.

La madrugada del 27 de agosto de 1950, a punto de cumplir 42 años, después de recoger el premio Strega, el más prestigioso de las letras italianas, por su libro El bello verano, Cesare Pavese se suicidó en la habitación 346 del hotel Roma de la ciudad de Turín. El gran poeta, traductor y novelista italiano, cuya vida le abocó a una insoportable soledad, ya en 1936, en su diario, había escrito: “Sé que estoy condenado, ya para siempre, a pensar en el suicidio ante cualquier inconveniencia o dolor”. Esa noche, mientras ingería barbitúricos uno detrás de otro, se sabe que llamó a cuatro mujeres y que la última fue una joven bailarina de cabaret. Ninguna le descolgó el teléfono.

Y como toda regla tiene su excepción, no podemos olvidar a aquellos escritores cuya cercanía a los 47 supuso un punto de inflexión en su carrera o incluso marcó el inicio de ésta. El conocido autor de la saga Millenium, el sueco Stieg Larsson, empezó a escribir a la edad de 47 años, por las noches y como diversión, novelas policíacas. Los hombres que no amaban a las mujeres, el primer libro de la famosa trilogía, se publicó en 2005, un año después del fallecimiento del autor a la edad de cincuenta años.

La famosa novelista Laura Ingalls Wilder, autora de Little House in the Big Woods (La casa de la pradera), comenzó su carrera literaria a los cuarenta años, pero no fue hasta los 65 cuando consiguió el éxito con su celebérrima obra. Por su parte, Donatien Alphonse François, el libertino marqués de Sade, publicó su primera novela, Justine, redactada durante su estancia en prisión, ya cumplidos los cincuenta y un años. Con esa misma edad, Raymond Chandler, el prestigioso autor de novela negra y guionista de algunos clásicos de Hollywood, publicó El sueño eterno, primera novela del detective Marlow, interpretado en la gran pantalla en varias ocasiones por Humphrey Bogart.

Entre los que perdieron la vida a los cuarenta y siete años, o un poco antes o un poco después, así como los que obtuvieron sus mejores éxitos alrededor de esa edad, se podría elaborar una lista interminable. Concluiremos con la gran novelista brasileña Clarice Lispector (1920–1977), la dama de Río de Janeiro, quien, ni en un “bando” ni en otro, a los cuarenta y siete años se definió como una adolescente confusa y perpleja que trataba de responder a una pregunta doble e intensa: ¿Cómo es el mundo? ¿Por qué este mundo? La búsqueda de respuesta a estas eternas dudas se refleja en la complejidad de su exquisita obra. ®

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Publicado en: Libros y autores

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