En México se ha generado un falso debate sobre la efectividad del sistema de representación proporcional; con claros fines electoreros intentan venderlo como malo y caro, para evitar a toda costa la forma de garantizar la pluralidad en el Congreso de la Unión y que el voto de la ciudadanía se encuentre debidamente representado.

La menor minoría en la tierra es el individuo. Aquellos que niegan los derechos individuales no pueden llamarse defensores de las minorías.
—Ayn Rand
Por ello es menester comprender la trascendencia que tiene para el fortalecimiento de la democracia que exista esta posibilidad.
Sobre todo para que las minorías se encuentren representadas, aunque existan quienes quieran desaparecerla; no obstante apostar a que sus mejores cuadros —bueno, algunos nada más conocidos— estén inscritos para acceder a cargos de elección popular por este método y que al llegar a su curul qué tan dispuestos estén a atreverse a votar para eliminarla.
Para Giovanni Sartori el sistema de representación proporcional busca transformar de manera proporcional los votos en escaños. Por su parte, Dieter Nohlen dice que la representación proporcional trata de reproducir con la mayor fidelidad posible en el parlamento las fuerzas sociales y los grupos políticos existentes en la población.
Sin duda, es un principio que garantiza la igualdad de los ciudadanos en los derechos políticos de voto, así como que se produzcan instituciones representativas de todo el electorado, y faculta a la autoridad para considerar todos los votos válidos a fin de garantizar la igualdad electoral de los ciudadanos, la cual equivale a la igualdad política.
Refleja y reproduce, asimismo, de mejor manera el pluralismo de las opiniones políticas, la heterogeneidad de los intereses y los conflictos de clases que atraviesa el electorado, es decir, la complejidad de la sociedad.
La pluralidad de un país se garantiza de manera más efectiva si todas las corrientes de pensamiento y de opinión tienen quien los represente ante el parlamento.
De no contar con legisladores electos por el sistema de representación proporcional habría un importante número de votantes que se quedarían sin representación alguna ante el Poder Legislativo, lo que haría que algunas fuerzas políticas se encuentren subrepresentadas.
La representación proporcional permite que en el Legislativo se encuentren representadas aquellas corrientes políticas o ideológicas de las minorías; contribuye e impulsa la llegada de diferentes fuerzas políticas, para que la mayoría de los ciudadanos estén representados, y la participación de más partidos en los Poderes Legislativos además fortalece y privilegia el diálogo y la búsqueda del consenso para bienestar de la ciudadanía.
Por ello debemos evitar circunstancias que produzcan sobrerrepresentación o subrepresentación; cualquier iniciativa o proyecto que busque eliminar este método de asignación de legisladores atenta decididamente contra ello, ya que busca evitar que el voto de todos cuente.
Con independencia de los futuros mejoramientos estructurales, la democracia como sistema responde con la máxima de una persona un voto como expresión absoluta de igualación en la participación. Por ello, el reconocimiento del derecho al sufragio universal se ha constituido en el emblema de su naturaleza.
La pluralidad de un país se garantiza de manera más efectiva si todas las corrientes de pensamiento y de opinión tienen quien los represente ante el parlamento, o cualquier órgano colegiado de gobierno, electo popularmente, que tome decisiones que trasciendan a la sociedad.
Renegar de ello no sólo atenta contra la democracia sino que apuesta al fortalecimiento de la tiranía y al gobierno de unos cuantos.
Resulta necesario recordar a Alain Touraine:
De ahí la importancia esencial que revisten en una democracia el derecho y la idea de justicia, definida como el más alto nivel posible de compatibilidad entre los intereses en juego. El criterio principal de la justicia es el máximo de libertad viable para el mayor número posible de actores. La meta de una sociedad democrática es conciliar la mayor diversidad posible con la participación del mayor número posible en los instrumentos y los beneficios de la actividad colectiva.[1] ®
[1] Alain Touraine, ¿Qué es la democracia? El Correo de la Unesco, 1 de noviembre de 1992.