Egresada de la generación 2000-2007, Morett Álvarez expresa que el interés de su tesis “es el papel que han jugado las diversas actividades teatrales en manos de los oprimidos en la lucha por su emancipación”.
Equivocados quienes creyeron finalizado el socialismo
“A quienes, desde todos los rincones de esta Tierra, asumen un compromiso con la cultura revolucionaria. A quienes no abandonan. A quienes desde la cultura resisten la violencia capitalista”. A ellos, entre muchos otros, Lucía Andrea Morett Álvarez les dedica su tesis para obtener el título de licenciada en Literatura Dramática y Teatro en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), presentada, según consta en su carátula, en 2011 en Ciudad Universitaria (en ese año la tesis podía consultarse online, dando por hecho que había sido aprobada).
Con el título Colombia, una revolución para el teatro y un teatro para la revolución, la tesis de 170 cuartillas se compone de tres capítulos: “Para entender la creación colectiva en Colombia”, “El nuevo teatro en Colombia” y “Organización teatral y lucha de los trabajadores del teatro”. Concluye, en primer lugar, que el “teatro es un arma política muy poderosa” y que “la clase dominante” se adueñó de éste en el país de su estudio para “utilizarlo con fines de control para perpetuar el sistema”, pero que desde la “trinchera” del teatro de creación colectiva “se critica el sistema social dominante” y “se testimonia la lucha de clases y, en definitiva, se asume una postura revolucionaria”. Enseguida hace notar que están equivocados quienes no creen en la vigencia de este tipo de dramaturgia “y consideran que con la caída del muro de Berlín y el derrumbe de la URSS se puso fin al socialismo y, de paso, se eliminó de tajo una forma de pensamiento”, pues el hecho es que “el teatro colombiano de creación colectiva se mantiene hasta hoy”.
Contra las arremetidas de la burguesía, la emancipación teatral
Con la asesoría de Alberto Híjar, teórico marxista y crítico de arte contemporáneo, la tesis cuenta con un vasto aparato crítico en el que destaca toda la obra del dramaturgo colombiano Carlos José Reyes Posadas y se encuentran referencias a fuentes radiofónicas como “¡Las FARC hoy más que nunca!” y folletos como el que se titula: “Nuestro teatro será más arte cuanto más revolucionario sea” [La Habana, 1972], así como documentos de la autoría de las FARC-EP como “Esbozo histórico” [México, 2007] y bibliografía de Ediciones Clandestino. Con esta base teórica emplea conceptos como “teatro agitacional”, “teatro revolucionario” y “teatro comprometido con el pueblo” para explicar la oposición del teatro de creación colectiva a las “arremetidas de la burguesía” en su contra. El planteamiento teórico general es que el teatro “sirve como una herramienta más en los procesos revolucionarios en América Latina”.
Con esta base teórica emplea conceptos como “teatro agitacional”, “teatro revolucionario” y “teatro comprometido con el pueblo” para explicar la oposición del teatro de creación colectiva a las “arremetidas de la burguesía” en su contra.
Egresada de la generación 2000-2007, Morett Álvarez expresa que el interés de su tesis “es el papel que han jugado las diversas actividades teatrales en manos de los oprimidos en la lucha por su emancipación”. Así, en el primer capítulo define al teatro de creación colectiva como “una propuesta estética latinoamericana”, un tipo de teatro “comprometido con su historia y su gente, con su pasado y la construcción de un mejor futuro”, que “ha sido marginado, incluso desde la academia”. Surgió a finales de la década de los sesenta y tiene su origen en “la experiencia del triunfo de la Revolución Cubana y su impacto en materia cultural”. Asimismo, aborda “temáticas revolucionarias” y en cuanto a su método se caracteriza por “tomar los medios de producción teatral para hacer un teatro propio al servicio de los intereses de la clase trabajadora”.
El desarrollo de la cultura y el arte entre las FARC
El Teatro de la Candelaria y el Teatro Experimental de Cali son dos de los casos pertinentes en Colombia para el estudio del teatro de creación colectiva. El otro es el de las FARC, porque “amplios sectores populares” forman parte de ellas. Así, la tesista justifica que “para adquirir información sobre una práctica cultural viva (el teatro), que incide en el presente en las transformaciones históricas es necesario acudir allá donde el fenómeno se produce”. Y puesto que “no existe un trabajo de investigación teatral” de las FARC “eso ha significado una importante dificultad para quien escribe esta tesis, pues sólo con el contacto directo mediante el trabajo de campo podría tenerse la información para elaborar un estudio consistente sobre el teatro en las FARC”.
Buscada por la Interpol y acusada de crimen organizado y terrorismo por el juzgado 32 penal de Bogotá, Lucía Morett permite conocer parte de su metodología y técnicas para recabar información, de manera consistente con su justificación para el trabajo de campo, cuando relata que estando en Quito con sus compañeros mexicanos fue invitada —sin decir por quién— “a conocer un campamento de las FARC”, lo que le pareció “una oportunidad irrepetible”. Desafortunadamente para los fines de la investigación, no pudo entrevistar a nadie ahí ni ver alguna obra de teatro, porque “apenas unas horas después de haber llegado al campamento, fuimos víctimas de un bombardeo”, con lo que “la posibilidad de la investigación se cortó”. Fue hasta después de esta experiencia, ya estando en “tierra de Sandino”, cuando hizo sus entrevistas por correo electrónico. Allá también recibió el material bibliográfico que sus camaradas se dieron a la tarea de conseguir y enviarle desde México.
A consecuencia del bombardeo, en referencia al teatro en las FARC, Lucía sólo pudo confirmar que el teatro, como práctica cultural, “está presente en todos los espacios de la Tierra poblados por seres humanos”. Según su experiencia y las entrevistas que sostuvo, en sus campamentos “se promueve el desarrollo de la cultura y el arte en aquellos espacios y tiempos que la agitada vida guerrillera deja libres”, entre los que cuenta como “expresiones estéticas” las de narradores y artistas plásticos que participan en la guerrilla.
En sus campamentos “se promueve el desarrollo de la cultura y el arte en aquellos espacios y tiempos que la agitada vida guerrillera deja libres”, entre los que cuenta como “expresiones estéticas” las de narradores y artistas plásticos que participan en la guerrilla.
En el tercer capítulo, Morett plantea que el teatro en Colombia ha sido y es actualmente “de izquierda”. En él están presentes los temas de la violencia y la resistencia. Continúa con el relato de numerosos actos de censura y represión contra los grupos o compañías teatrales. Destaca el caso del Teatro Experimental de Cali, que tiene una metodología marxista en la que todos los actores y actrices son “conocedores de su realidad”, y que no es sólo contestatario, sino que tiene “compromisos políticos serios”.
La lucha sigue
Sin haber hecho Morett su examen profesional ni tener fecha para ello, el título de la tesis fue registrado en julio de 2010 en la Coordinación de Literatura Dramática y Teatro de la Facultad de Filosofía y Letras. Entrevistado al respecto, el titular de la coordinación, el maestro Tibor Bak-Geler Geler, considera que desde una perspectiva netamente académica o científica tiene fundamento una tesis con este título en tanto trata de algo que no se conoce.
El dos de octubre de ese año el doctor José Narro Robles refirió que la joven actriz “está por concluir un ciclo y continuar sus estudios”, y los resultados están a la vista. La tesis está clasificada por la Dirección General de Bibliotecas de la máxima casa de estudios con el código 001-01029-M3-2009. El documento en formato PDF fue creado el seis de agosto, durante el periodo interanual previo al ciclo escolar actual, y puede ser leído e impreso en la Sala de Consulta de la Planta Principal de la Biblioteca Nacional en Ciudad Universitaria. ®