Esta nota consiste en una serie de palabras y de frases que brotaron espontáneamente al tener en mis manos el nuevo libro sobre la célebre autora de Los recuerdos del porvenir.
![](https://i0.wp.com/revistareplicante.com/wp-content/uploads/2023/10/elena2-1.png?resize=662%2C429&ssl=1)
Este texto no pretende ser un artículo periodístico, ni una reseña, tampoco un ensayo académico sobre el nuevo libro de Patricia Rosas Lopátegui, Elena Garro sin censura. Obra inédita: guionismo cinematográfico, diario, dramaturgia, narrativa, memorias, investigación, epistolario, traducción (México: Gedisa, 2023). De eso se encargarán los periodistas, así como los investigadores que estudien la obra de Elena Garro.
Por lo tanto, esta nota consiste en una serie de palabras y de frases que brotaron espontáneamente al tener en mis manos el nuevo libro sobre la célebre autora de Los recuerdos del porvenir (1963). Así lo escribí:
“Mi hermana Flora me acaba de traer el libro sobre mi tía, Elena Garro sin censura, del que es autora Patricia Rosas Lopátegui. Apenas lo abro, lo ojeo aquí y allá y siento como un violento remolino de recuerdos, felices, tristes, de cariño, de dolor, como si hubiera entrado en un torbellino en el tiempo y viviera de nuevo lo que ya viví una vez.
![](https://i0.wp.com/revistareplicante.com/wp-content/uploads/2023/10/6511e871f114b-41f12a15-4e19-4e1b-964f-7f1a65c7c0e7-1600x1600-2.jpg?resize=688%2C956&ssl=1)
Este libro es una obra en la que Rosas Lopátegui, mi querida Patricia, logra llevar a mi tía Elena a un lugar donde siempre había tenido que estar, como el gran genio literario de nuestro país y, además, la saca de la oscuridad en la que la colocaron Octavio Paz y su horda de incondicionales y serviles acólitos. Como si eso fuera poco, también da a luz lo dulce, alegre, brillante, carismática e inteligente que fue mi tía. Rosas Lopátegui está —hoy lo confirmo— hecha de la misma madera de mi tía: terca, terca en defender lo justo y enemiga de lo injusto. Es una gran persona, la admiro.
Finalmente, en este volumen vienen mis testimonios, que confié a Patricia y que ella consideró pertinente incluirlos en esta obra. Se trata de vivencias que experimenté cuando en varias ocasiones pasé temporadas al lado del matrimonio Paz–Garro y luego, ya divorciados, con mi tía Elena.
Hoy le digo a la autora de este volumen: Patricia, lo que has hecho es impresionante, ¡amor y terquedad son una magnífica combinación! Nunca pensé que mi tía fuera a ser más importante que Octavio Paz; todos hablan de ella y casi nadie del laureado poeta, y tú eres la responsable, y lo digo convencido de ello.
¡Un gran, gran abrazo! ®