Felicia y Lenny

El infierno de una soledad a dos

Para delimitar: ¿Qué no es Maestro (2023), de Bradley Cooper? No es una película biográfica, desde luego. No es un filme para especialistas en música. No es un documental (¡afortunadamente!).

Bradley Cooper y Carey Mulligan: Lenny y Felicia.


Es una historia, ficticia o no, entre dos personas afines aunque marcadas por un universo disímbolo: el de la afrenta y el perdón. Fórmula que no es tangible hallar con facilidad en la vida real. Maestro incurre en casi todas las fases de la carrera como músico, director y compositor de Leonard Bernstein (1918–1990), el proverbial Lenny de la batuta, el estudio de grabación, del teatro musical y la ópera, así como un divulgador y docente por más eficaz. Recordables sus emisiones televisivas con la New York Philharmonic Orchestra, difundidas incluso en México por aquel Canal 13 echeverrista de los años setenta. Un referente cultural que unió en forma parsimoniosa la Gran Música con el sonido popular, la canción (“María”, de West Side Story, fue interpretada por Javier Solís, por ejemplo), el ballet y las sinfonías de los grandes nombres, Beethoven, Brahms, Mahler, Shostakovich.

Su matrimonio con Felicia Montealegre (1922–1978) tuvo su lugar privilegiado dentro de la socialité de los años cincuenta, sesenta y setenta del siglo XX. Ahora, su homosexualidad no fue soterrada a lo largo de los tiempos más brillantes de su carrera en el podio. Es fondo y trasfondo de Maestro; sin embargo, sería muy previsible fijar ese derrotero como la columna vertebral del filme de Cooper. Es algo mucho más directo y sencillo.

Los instantes culminantes de su trabajo —las dudas respecto de la vida en el clóset de Lenny— son mostración de un aplomo en caracteres, gestualidad y asunción de un drama personal. Es una maravilla.

Carey Mulligan es una actriz con una carrera envidiable desde su primera notoriedad en Orgullo y prejuicio (Joe Wright, 2005, como la hermana menor del clan Bennet), y ha escalado como una intérprete de altos vuelos histriónicos, casi siempre en proyectos independientes. Su encarnación de la esposa del autor de Candide transita por toda la gama emocional de una vida signada por la aventura, la ventura, las tablas y el cigarro. Los instantes culminantes de su trabajo —las dudas respecto de la vida en el clóset de Lenny— son mostración de un aplomo en caracteres, gestualidad y asunción de un drama personal. Es una maravilla. Por su parte, el director Bradley Cooper encarna camaleónicamente a Leonard Bernstein; su trabajo, que pudiera parecer superficial, dado el impacto escénico de su transformación mimética, va más allá de un simple “rescate” de una personalidad en lo íntimo de una celebridad pública. La labor de Cooper como actor es encomiable y por ningún momento el espectador capta que tenemos a Bradley Cooper interpretando, o imitando, a Lenny.

La película está narrada en una forma directa, sin saltos que fuercen a la necesidad de una explicación, con unos cuantos flash–back y, en mérito de la mano realizadora de Cooper,  por ningún momento fue necesaria una cortinilla explicativa —salvo un epígrafe debido al propio Bernstein—, ni la incursión de fechas que situaran en el contexto cronológico los hechos mostrados, así como lugares comunes de la presencia social del matrimonio —el episodio de los Black Panthers en su casa, motivo de una regocijante crónica de Tom Wolfe— o encuentros y desencuentros de Bernstein ante otros músicos y compositores. No, era contar la vida de una pareja sin retumbos sensacionalistas ni clichés. Por otra parte, la producción es pasmosa, el uso del blanco y negro añorante en forma magistral, un elenco de soporte muy balanceado (Sarah Silverman, Matt Boomer, Kate Eastman, Betty Comden, entre otros más). Maestro, de Bradley Cooper, lo más seguro es que no atraiga las miradas de la “Academia” de Hollywood para la entrega de los Oscar en marzo próximo, aunque es probable que Carey Mulligan sea nominada. No importa, es una cinta que cumple con expectativas estéticas, dramáticas e históricas, inclusive. ®

Puede verse en Netflix.         

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Publicado en: Cine

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