Después de quince años de mutis discográfica Roberto Castañeda y Lauro Saavedra, mancuerna electrónica proveniente de la fecunda Tijuana, lanzan un nuevo material: Combustión Alfanumérica, música con sabor a retrofuturismo para el convulso 2024.
Aliados desde 1987, pertenecen a la efervescencia tijuanense que concibió otras agrupaciones y proyectos como Artefakto, Vandana y el más célebre, Nortec Collective. Con otros nombres como Motoroxido, Fetiche (con Pepe Mogt) y Neo Danza, un sonido distante de la pista de baile y más industrial e instrospectivo, en 1994 editaron una de sus obras más conocidas: Fragmentos de ocio en el hocico del cerdo, en la disquera Opción Sónica.
En lo que respecta a su nueva entrega, Combustión Alfanumérica (AT AT Records, 2024), es un compendio de diez temas que combinan lo instrumental, el inglés y el español: “Matryoshka decoder”, “Dream dreamer”, “The gum”, “Obreros del silencio”, “Dream electric”, “Human bomb”, “Dos chicas suecas” más dos últimas piezas largas, sombrías y sobresalientes: “Piel de ángel”, con la voz de Javier Cortez y Angela Bloem, y “Nueve números infinitos”.
La portada es del artista Steven Stapleton, y el diseño de Gerardo Yépiz “Acamonchi”, quien desde hace más de veinte años ha sido el encargado de crear un lenguaje visual para esta agrupación musical tijuanense.
Es así como la propuesta resulta un combo entre el cyberpunk y la afición por el comic “Fantomas”, que alude al tema de la bomba humana, “Human bomb”, nos dice Lauro.
El álbum cuenta con la complicidad de Ulalume Zavala, exvocalista del cuarteto electrónico Casino Shanghai y artista mexicana radicada en Nueva York, en “El instante previo”, un tema calmoso en castellano con tintes dreampop.
“Sí hemos estado tocando, lo que sí estuvo pausado fue la salida del disco”, dice Saavedra.
—¿Por qué ese título tan peculiar?
Quisimos llevar el tema de la “combustión programada” a otro contexto de la cuestión de manejo de códigos y redes sociales; tiene que ver con los códigos de programación, dice Robert.
Lauro, por su arte, añade: En cuanto al “Alfanumérico” hay una frase que me encanta: “más números, menos letras”; es aplicarlo ahí de hablar con ellos y poner algunas diferenciales y menos palabras. Y no es música de baile sino para escucharse. Es un disco para sentarse y escucharlo.
En general son canciones para escuchar, dice Robert, pero hay una o dos que en determinado momento podría sonar en la pista de baile; es como abarcar diferentes estilos para que haya cierta dinámica, no todos son ambient, hay un recorrido de diferentes velocidades.
—¿Tienen pensado presentarlo en la Ciudad de México?
A lo mejor sí, hacer un tipo ensamble, dice Lauro, pero necesitamos cuatro o cinco músicos que toquemos el máximo posible de los instrumentos. Yo estoy en una fase de traer la computadora, pero no sólo tirarla para los movimientos más básicos. Cuando se grabó se tocó físicamente, muy pocas partes están programadas; a los ritmos estuve pegándole a la batería para hacerlo. Sí podemos tocarlo en vivo, pero hay que ensayarlo. La cuestión de nuestra distancia repercute y cuando nos vemos es para componer y no para ensayar.
Música para armonizar el segundo periodo del turbulento 2024, soundtrack para un mundo futurista que ya es el presente. Combustión Alfanumérica puede obtenerse vía Bandcampy algunas tiendas físicas. ®