«Hay en estos cuentos un espíritu juguetón y punzante, que lo mismo puede dedicarse a celebrar la poligamia femenina (una mujer, varios hombres) que a rearmar las desesperadas historias de amor en época de desapariciones y torturas».
Los poetas, a punto de quemarse, los que corren en llamas o yacen calcinados, los poetas, digo, viven en contradicción. Ése es su encanto afilado, su generoso inconveniente. Ésa es, justamente, la traza hospitalaria y horrenda de esta colección bipolar de narraciones: el amor y el terror que se muerden la cola uno a otro.
Luisa Valenzuela, patafísica irredimible, narradora que no se arredra ante los hechos espantosos ni evade los sublimes. “Valiente”, escribió sobre ella Cortázar, “sin autocensuras ni prejuicios; cuidadosa de su lenguaje, exorbitado cuando es necesario pero maravillosamente refinado allí donde la realidad también lo es”. Y tras recordar este elogio basta y deberíamos correr a leerla.
Hay en estos cuentos un espíritu juguetón y punzante, que lo mismo puede dedicarse a celebrar la poliandria (una mujer, varios hombres) que a rearmar las desesperadas historias de amor en época de desapariciones y torturas. Si uno pudiera echarse a llorar sobre la historia reciente de América latina muchas de nuestras lágrimas caerían sobre las pavorosas insinuaciones, como huesos, como llaves ensangrentadas, que la autora elige como señal de que estamos ante el peso pesado, criminal, de la historia, convertida en maleficio, en una leprosería laberíntica. Luisa denuncia los horrendos crímenes de la dictadura argentina pero lo hace como si, en lugar de testificar frente a un jurado, sufriera una pesadilla.
Ésa es su mayor virtud, su contradicción innata: pertenecer a la realidad fuera de la realidad. Eso explica, en cierta forma, su amor por las máscaras.
Si uno pudiera echarse a llorar sobre el pasado… pero el pasado, implacable, sigue, aterrorizándonos con sus espectros. Y liberándonos con su herencia, por suerte siempre descubierta, de coraje. En buena hora, por eso, estos cuentos publicados por Menoscuarto (2008). ®