Para Ramón Muñoz Castro, director de la Red Internacional de Derechos Humanos con sede en Ginebra, las ONG desempeñan un papel preponderante para prevenir y para que se legisle rápidamente para evitar violaciones a los derechos humanos.
Muñoz Castro habla de la relación de la Unión Europea con las ONG en América Latina y los cambios que se esperan en el futuro próximo.
—Las organizaciones no gubernamentales (ONG) se han convertido en la voz de las personas cuyos derechos humanos han sido violados, ¿en qué fase consideras que se encuentran? ¿Es un periodo de aprendizaje?
—América Latina cuenta con organizaciones sólidas y con larga experiencia que han cumplido un papel esencial para el respeto de los derechos humanos. Sin duda, las organizaciones se han constituido en la voz de las víctimas y de grupos sociales en sus países. Muchas actúan de manera constante ante los diferentes sistemas defensa y promoción de los derechos humanos, como son el interamericano y los procedimientos especiales, órganos de supervisión de tratados y la oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas. Actúan también haciendo cabildeo ante la Unión Europea, la Comisión y el Parlamento Europeos, y ante congresos de diferentes países como por ejemplo el de Estados Unidos, y a nivel local, ante los tribunales y manteniendo un diálogo con las autoridades nacionales y con diversas instituciones estatales. Trabajan directamente con comunidades y víctimas, son interlocutores que hoy ningún gobierno puede ni debería ignorar.
”A partir de la supresión de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas y la creación del Consejo de Derechos Humanos en su reemplazo en el año 2006, las organizaciones se han visto obligadas a reaprender paulatinamente su manera de trabajar ante este órgano. La situación ha cambiado, la Comisión realizaba una gran reunión de seis semanas entre marzo y abril cada año. El Consejo se reúne tres veces al año, y además tenemos las sesiones del sistema de Revisión Periódica Universal (EPU por sus siglas en inglés).
”De acuerdo con lo anterior, creo que muchas organizaciones deben pasar en este momento por procesos de readaptación y revisión de estrategias. Hay países en los cuales las organizaciones, forzadas por la situación particular y el contexto, se han profesionalizado más rápidamente; ése es el caso por ejemplo en Colombia, donde se ha vivido en medio de un conflicto armado los últimos cincuenta años.
”En otros países he constatado que se viven procesos de fortalecimiento de las organizaciones y que están aprendiendo rápidamente y adaptándose a las nuevas realidades. Para el caso de México, país que conozco bien, sé que hay una larga lista de organizaciones muy profesionales. Desafortunadamente, muchas de ellas no han logrado organizar y poner en marcha estrategias de mediano y largo plazo ante Naciones Unidas, lo que es necesario para lograr un mayor impacto ante el sistema de la ONU. En el caso mexicano creo que ése puede ser el caso. En parte, esto puede deberse a que sienten el sistema internacional como muy lejano y han optado por concentrar su trabajo exclusivamente en el sistema interamericano, ante la Comisión y la Corte.
Para el caso de México, país que conozco bien, sé que hay una larga lista de organizaciones muy profesionales. Desafortunadamente, muchas de ellas no han logrado organizar y poner en marcha estrategias de mediano y largo plazo ante Naciones Unidas, lo que es necesario para lograr un mayor impacto ante el sistema de la ONU.
”Como se sabe, la Comisión y la Corte Interamericana están saturadas de trabajo y será necesario combinar la acción ante los dos sistemas de supervisión de derechos humanos, el regional y el internacional. Esto es especialmente válido ahora que se adelanta un proceso de reforma de la Comisión Interamericana, y aún más necesario en el caso de los países de la región que han asumido una actitud poco amigable con sus órganos, como Venezuela.
”Las organizaciones deben estar siempre en proceso de aprendizaje, pues los retos cambian constantemente en este mundo globalizado. Una de las áreas en las cuales debemos aprender y adaptarnos con rapidez es el de las comunicaciones y las nuevas formas de informar: llegar a un público más amplio para salir de los círculos ya convencidos de la ideología de los derechos humanos. Las organizaciones deben innovar y generar nuevas formas y procedimientos en todos los niveles.
”Otro fenómeno que obligará hoy a las organizaciones a innovar es el retiro paulatino de los recursos de la cooperación internacional de los países de Latinoamérica. Muchos de nuestros países han dejado de ser prioridad para las agencias de cooperación y se orientan hacia África, Asia y Europa del Este. Aquí tendremos en el mediano plazo un reto de autosostenibilidad y de invocación en materia de financiación de las organizaciones.
—¿Qué tanta disposición tienen los gobiernos en América para modificar sus leyes para respetar los derechos humanos?
Una de las áreas en las cuales debemos aprender y adaptarnos con rapidez es el de las comunicaciones y las nuevas formas de informar: llegar a un público más amplio para salir de los círculos ya convencidos de la ideología de los derechos humanos.
—Los gobiernos se han visto poco a poco obligados a adaptar su legislación a las normas de los tratados internacionales, ésa es su obligación como estados parte de éstos una vez que los han firmado y ratificado. Adicionalmente, ahora existe el sistema de la Revisión Periódica Universal, que insiste cada cuatro años a cada país en la adaptación de las leyes conforme a las normas internacionales de los tratados; también lo hacen periódicamente los órganos de supervisión de tratados, los relatores especiales y los grupos de trabajo de Naciones Unidas, así como el sistema interamericano. El tema de la mayor o menor disposición de los gobiernos es una combinación entre la voluntad política de los gobiernos y la presión que se ejerza a nivel nacional e internacional para lograr estos objetivos.
”Muchos estados han adaptado las normas, pero la dificultad se encuentra en la implementación, puesta en práctica y aplicación real de éstas. Allí es donde las organizaciones deben hacer presión y exigir mecanismos de rendición de cuentas y de seguimiento de las recomendaciones y los compromisos adquiridos por los estados. En muchos estados hay una distancia enorme entre las normas y la realidad. Se debe seguir trabajando para que esta distancia se acorte cada vez más.
—En los países latinoamericanos ¿cómo se articulan las ONG? ¿En algún momento se podrá trabajar con organizaciones más grandes como la que diriges?
La coordinación y articulación son esenciales, hoy no se debería trabajar de manera aislada. Existen en muchos países redes de organizaciones que asumen temas y posiciones de manera común y coordinada, lo que les permite actuar con mayor posibilidad de impacto, y en ocasiones acceder a fuentes de financiación con mayor facilidad.
—Se organizan en espacios de coordinación nacionales y regionales, temáticos o más amplios en torno a temas, situaciones, o de acuerdo con sus áreas de trabajo y especialidades. Muchas tienen espacios de coordinación con organizaciones extranjeras o internacionales y en espacios como el Parlamento Europeo, o para realizar gestiones de cabildeo en el exterior de sus países. Conozco experiencias de coordinación exitosas ante la ONU. Desde la creación del Consejo de Derechos Humanos muchas trabajan en coordinación para los EPU. La coordinación y articulación son esenciales, hoy no se debería trabajar de manera aislada. Existen en muchos países redes de organizaciones que asumen temas y posiciones de manera común y coordinada, lo que les permite actuar con mayor posibilidad de impacto, y en ocasiones acceder a fuentes de financiación con mayor facilidad. Muchos donadores y agencias de cooperación prefieren financiar redes de organizaciones. En muchas conferencias internacionales las organizaciones latinoamericanas trabajan en coordinación. Se ha creado plataformas de organizaciones temáticas que coordinan sus diferentes acciones. La nuestra trabaja con algunas plataformas, y la experiencia nos ha demostrado que se tiene mayor impacto si se trabaja de manera coordinada.
—¿Qué tanta cantidad de información se ha logrado hacer llegar a los expertos del Comité Contra la Tortura (CAT) y a los diplomáticos del EPU? ¿Realmente incide en las recomendaciones que se hacen?
—La cantidad no es tan importante como la calidad, y su pertinencia y el hecho de que sea información fidedigna y verificable, basada en hechos y casos reales. Mucha información llega al CAT proveniente de las organizaciones, y es esencial para permitirle contrastar ésta con la proporcionada en el informe del estado. El CAT aprecia y facilita el contacto con las organizaciones y sus informes son uno de los insumos esenciales para el trabajo del comité.
”No tengo ninguna duda en cuanto a que la información que proporcionan las organizaciones tiene un gran impacto sobre las recomendaciones del CAT. Los informes alternativos o a la sombra que recibe el CAT facilitan el trabajo del comité. De otra parte muchas organizaciones realizan reuniones paralelas con los expertos, cuando un país pasa el examen del CAT estas reuniones son también de gran importancia.
—Las ONG ayudan a acelerar los procesos legislativos en los países, ¿hay un avance real en los congresos o parlamentos sobre el respeto a los derechos humanos?
—Sin duda hay avances, las organizaciones han contribuido a concretar estos cambios y a impedir retrocesos. Las organizaciones hacen sonar las campanas de alarma cuando se intenta aprobar leyes contrarias a los tratados internacionales. Sólo para citar un ejemplo mexicano reciente, recordemos el aporte que las organizaciones hicieron para obtener la reforma constitucional en materia de derechos humanos. Trabajaron muchos años hasta que esta reforma se logró.
”Pero de nuevo creo que el reto, además de la adaptación de las normas que es sólo el primer paso, es realmente su aplicación, es decir, hacerlas descender, para que su aplicación implique el goce y la protección de los derechos de manera concreta, los derechos se aprenden ejerciéndolos.
”Las normas y los procedimientos administrativos deben permitir que las personas tengan acceso a recursos administrativos o judiciales para reclamar sus derechos y sean resarcidas cuando éstos son violados. De nada nos sirven normas retóricas adaptadas a los tratados internacionales si éstas no se aplican o sólo favorecen a una parte de la población. El estado debe hacer todo lo que esté en su poder, pues es su obligación. Las organizaciones y la sociedad en su conjunto deben continuar exigiendo, denunciando, proponiendo, vigilando… Hay muchos avances pendientes en materia de derechos humanos. Alguien citaba una imagen que ilustra claramente esta idea: cada vez que obtenemos un avance y damos un paso hacia adelante el horizonte se aleja un paso más. Hay capas enteras de la población excluidas, marginadas y discriminadas por razones económicas, sociales y culturales. A pesar de algunos beneficios de la globalización, ésta ha tenido también efectos negativos para el goce de muchos derechos en nuestros países. Hoy podemos afirmar que se tiene acceso a más derechos, y éstos se pueden ejercer más ampliamente, en proporción al nivel de ingresos que se tiene. La pobreza, que nos es nada más la falta de recursos económicos, tiene consecuencias sobre el goce de los derechos. La pobreza es también falta de acceso a servicios básicos de educación, salud y recreación, entre otros factores, e impide la participación en la toma de decisiones públicas. ®