La farsa de la ideología de género

Alicia Rubio, feminista y escritora prohibida

El caso de Alicia Rubio y un linchamiento sin precedentes en pleno siglo XXI por las ideas expresadas en su libro Cuando nos prohibieron ser mujeres y os persiguieron por ser hombres.

Un libro denostado por la izquierda bien–pensante.

La filóloga clásica que escribió el libro “ilícito” Cuando nos prohibieron ser mujeres y os persiguieron por ser hombres. Para entender cómo nos afecta la ideología de género (2016),un libro que le valió ser despedida de su trabajo como profesora de Educación física de un instituto público en Leganés, Madrid, durante 25 años. También la ha convertido en la representante más sobresaliente del feminismo disidente español. Alicia Rubio sostiene que “La ideología de género es un constructo doctrinal, ajeno a la ciencia, que trata de interpretar la realidad mediante sus teorías y su visión. Para ello da unas herramientas —las gafas de género—, y si la realidad no se adapta a sus explicaciones, la adapta a martillazos”.

Alicia Rubio comenzó a investigar la ideología de género desde 2007, contradijo cada una de sus premisas y se ganó a pulso el repudio de los lobbies feministas, los colectivos LGBTI+ y los partidos de ultraizquierda. Es integrante de la Ejecutiva Nacional del partido político VOX y vicesecretaria de Movilización por ese mismo partido. Pero no se confundan, la autora no escribió su libro como militante de VOX. Su llegada a éste fue consecuencia del linchamiento social y mediático tras la publicación independiente de su libro, pues ninguna editorial se atrevió a publicarlo antes. Su interés primordial para darlo a conocer fue meramente informativo: advertir que detrás de la ideología LGBTI+ y el feminismo hegemónico existen fuertes intereses económicos de corporaciones mundiales.

La autora defiende el derecho de los padres a educar a sus hijos con sus convicciones y valores, está en contra de las legislaciones españolas que vulneran derechos fundamentales como la presunción de inocencia para los hombres (léase Ley Integral de Violencia de Género), que vulneran la igualdad ante la ley, la libertad de expresión, de pensamiento e incluso de culto. Legislaciones que privilegian colectivos que quedan por encima de otros por la llamada discriminación positiva1 que, a la larga, lo único que provoca es más discriminación. Considera que el problema de su libro es revelar todo lo que se está haciendo de espaldas a la ciudadanía conforme a los fines de una agenda globalista: “Desde que descubrieron el libro el acoso ha sido tremendo, la persecución implacable. No dispongo de ningún centro público para hacer la presentación o incluso para dar charlas. Soy una ciudadana con derechos vulnerados, no tengo libertad de expresión, de opinión. Soy difamada por todas partes para hacer de mí lo que se llama la muerte civil. Es decir, una persona que tiene que presentarse como muy mala, muy mala y luego se le aplica el famoso argumento ad hominem de que todo lo que yo diga no se me tiene que escuchar. Y no me van a callar porque tengo mucho que contar”.

Pasaje de su infancia

Soy de Logroño —La Rioja—, una provincia al norte de España, rica por sus vinos y su huerta. Mi nombre es Alicia Verónica Rubio Calle, nací un 13 de enero de 1962.

Mis padres se separaron, tras años de convivencia conflictiva, cuando yo tenía dieciséis años. No tuve una infancia demasiado feliz. Sé en primera persona el daño que los ambientes familiares conflictivos hacen a los menores. Aunque parezca que uno se adapta, no se adapta sin daños y heridas que terminan pasando factura. Mi padre murió, pero mi madre aún sigue viva y lo que puedo contar de esa época es doloroso y lo pospongo a cuando ya no esté.

Tengo dos hermanos menores, una hermana un año menor y un hermano cinco años menor que ha fallecido recientemente.

Alicia Rubio, feminista disidente.

Mi madre trató de rehacer su vida con un señor de otra ciudad y los fines de semana nos quedábamos solos. Eso significaba que nadie nos controlaba, que podíamos llegar a cualquier hora e incluso no dormir en casa. Era la época de la reciente democracia y las drogas en España y acabé enganchada a la heroína. Terminé la carrera de Filología con más pena que gloria y luchando contra las adicciones.

Oposité para profesora de secundaria de Educación física ya que una nueva legislación educativa del partido Socialista, la LOGSE, se proponía terminar con las asignaturas de mi especialidad, latín y griego. Por eso, y aunque pasé las pruebas necesarias para obtener la plaza, mi formación era humanística y diferente de la de mis compañeros profesores de educación física. También era aficionada a leer libros de antropología, psicología y etología.

En esa época conocí al que ahora y desde hace 28 años es mi marido. Aprobé las oposiciones, estabilicé mi vida. Tengo tres hijos maravillosos y siempre he tratado de educarlos en la libertad, el espíritu crítico, el respeto a los demás y la defensa de las ideas y los valores propios.

El comienzo de la investigación sobre la ideología de género

Actuar contra natura: porque no nacemos hombres y mujeres, es decir, el sexo biológico no existe, sino que se ciñe a los papeles sociales impuestos culturalmente. Por lo tanto, el género debe ser una opción, sentencia el pensamiento del feminismo de género de una de sus máximas representantes, Judith Butler (1956). “Porque el sexo siempre fue género”, o “La mujer no existe”, enfatizó Monique Witting (1935–2003), “Lo personal es político” asumió Kate Millet (1934–2017); no puede faltar la frase más invocada por las feministas durante y después del siglo XX: “No se nace mujer, llega una a serlo”, de la filósofa Simone de Beauvoir (1908–1986). Sus teorías nos sitúan en el debate de lo que hoy se conoce como ideología de género. Que, en palabras simples, es la idea de que los sexos binarios, hombre y mujer, no existen sino que son constructos sociales y culturales que nada tienen que ver con nuestro sexo biológico. Nacemos como tabla rasa, neutros, que las hormonas y los genes no influyen en absoluto en nuestros gustos, aptitudes y preferencias laborales y sexuales, sino que vienen determinados al cien por la cultura.2 La ideología o perspectiva de género ha comenzado a permear todos los ámbitos sociales, culturales e institucionales posibles: educación, deporte, legislaciones, medios de comunicación y hasta en la propuesta de una neolengua. Alicia Rubio, cuenta cómo surge su interés en el tema:

Comencé a investigar el tema del género a partir de un proyecto de deporte de base que se llevó a cabo en la época que Madrid optaba a ser sede de las Olimpíadas. Corría el año 2004 y cientos de profesores de educación física de los centros educativos se lamentaban porque no conseguían el mismo número de equipos de chicas que de chicos ni en los mismos deportes. Culpaban a los roles y estereotipos sociales, a los padres y su educación sexista… pero esa explicación, que ni siquiera llegaba a funcionar cuando yo era niña ya que ni por entonces te obligaban, o impedían, hacer el deporte que te apeteciera (igual en época de mi madre sí tenía algún sentido), en el caso de mis alumnas era ridículo. Llevaba dando clase desde 1990 en Leganés y la incentivación en las chicas del deporte considerado masculino (fútbol, por ejemplo) en las aulas era prioritario. Las chicas no elegían determinados deportes porque no les gustaban y punto. Me sorprendió ver que mis compañeros no tenían ni idea de los factores biológicos del comportamiento humano, ni parecían darse cuenta de que las chicas, que jugaban de niñas a deportes variados, abandonaban progresivamente los deportes de contacto y que supusieran encontronazos en función de su viabilidad como gestantes. Pura estrategia biológica de supervivencia de la especie. En cambio, los chicos, a medida que la testosterona se les multiplicaba, buscaban la confrontación, el riesgo y la competición física de unas capacidades que les mejoraban exponencialmente en la pubertad. Pura estrategia biológica de supervivencia de la especie y todo ello muy alejado de la imposición social o educativa.

Comencé a investigar el origen de semejante respuesta a la diferencia entre hombres y mujeres, los roles y estereotipos sociales, y me di de bruces con la ideología de género.

También, por la misma década de su investigación, se instrumenta una propuesta educativa llamada Educación para la Ciudadanía,3 otra forma de meter ideología de género en los niños, dice. Todo le pareció muy raro, luego, se vuelve madre objetora, ya que por entonces tiene hijos menores de edad. Investiga, escribe el libro y es echada de su trabajo. Le pidieron ofrecer una disculpa por haber hecho públicas sus ideas a través del libro, pero Alicia se negó. Interpuso una demanda contencioso administrativa a la Comunidad de Madrid con ayuda de Profesionales por la Ética y la ganó.

¿De dónde nace la ideología de género?

Para poder entender de dónde nace la llamada ideología de género debemos antes repasar los antecedentes históricos del feminismo. Mencionadas anteriormente las máximas de las feministas del género, demos un paso más. El feminismo nace como un movimiento noble, nace como un movimiento enmarcado de las revoluciones liberales que se desarrollaron entre 1789 y 1870 (Siglo de las Luces o Ilustración). En la Primera Ola del feminismo o sufragismo las mujeres pedían igualdad ante la ley, derechos políticos y cívicos iguales a los de los hombres. Poder votar y ser votadas, poder heredar, divorciarse y concurrir en las instituciones educativas.

Una sutil recomendación para Alicia Rubio.

Después vendría la Segunda Ola, que se empieza a articular con el marxismo por la vía del filósofo Federico Engels, El origen de la familia, la propiedad proibvada y el Estado (1884), en el cual resume su tesis con una cita: “En la familia el hombre es el burgués y la mujer es el proletariado”. Con esta cita, Engels estaba creando un puente entre la lucha de clases y la lucha de sexos. Engels les dice a las mujeres que no podrán “liberarse de sus cadenas” haciendo su revolución, sino que tendrían que apoyar a la lucha de clases que estaba llevando adelante la clase obrera.

Llega la Revolución Rusa, que pretende instalar ese paraíso ficticio de una sociedad sin clases, hecho que nunca cuajó. Aquí tampoco la mujer logró ver cumplida la promesa de Engels. ¿Cuál era esta promesa? Que sus cadenas iban a aflojarse una vez que la revolución del obrero tuviera lugar. Por el contrario, las cadenas de la mujer se ajustaron más, y con la llegada de Stalin al poder el movimiento de la mujer se vio diezmado, pues el dictador exilió a las feministas y éstas dejaron de ser publicadas.4

Comienza a emerger en Occidente la Tercera Ola del feminismo, que seguía emparentada con el marxismo, pero dándole una vuelta de tuerca para terminar pensando en algo opuesto a lo afirmado por Engels: que la revolución de las clases es posible vía la revolución de la mujer.

En 1949, en Francia, se publica El segundo sexo, de Simone de Beauvoir, en el cual la escritora resumirá su tesis con una frase lapidaria: “No se nace mujer, llega una a serlo”. Esto significa que no importa con cuál sexo biológico se nace, sino que importa el aspecto cultural que se le otorga a éste. Esto implica que el interés primordial de la revolución tendrá que enfatizarse en la cultura y en los roles impuestos, y no en el plano de la materia, como en el marxismo clásico. Esto da nacimiento a la ideología de género, cuya principal tesis radica en la afirmación de que la sexualidad es un constructo cultural.

El politólogo argentino Agustín Laje lo define de la siguiente manera:

Esto tiene que ver con una crisis histórico estratégica filosófica de la izquierda clásica, es decir, llega un punto en la historia en que la clase obrera es absorbida por el sistema capitalista, sobre todo en el primer mundo, un mundo en donde, según Marx, la revolución del obrero iba a llegar antes que en Rusia, por ejemplo. Y sin embargo llega a Rusia y no a Estados Unidos, ni a Inglaterra ni a Francia, entonces el gran problema fue explicar —ya estoy hablando un poco entre los años treinta y sesenta del siglo pasado— qué está pasando con la clase obrera que está más preocupada en cambiar su automóvil que en cambiar el mundo. […] ¿Cómo movilizamos ahora con un discurso de izquierda a una clase obrera que, vista desde Estados Unidos, son tipos que tienen su automóvil, su casa, su televisor, su radio, su familia, su cuenta en el banco? ¿Cómo se hace la revolución con un obrero de ese tipo? que ya no es el obrero al cual le creía Marx y al cual le imponían el Manifiesto comunista (ustedes no tienen nada que perder más que sus propias cadenas).

El autor de El libro negro de la nueva izquierda señala que llega un momento de la historia cuando la misma izquierda se resigna de movilizar a la clase obrera y el conflicto de clases es desplazado, tanto del marco teórico como del marco estratégico de la izquierda hacia un conflicto cultural, que es lo que estamos viviendo ahora:

Marx jamás se hubiese imaginado llevar adelante la revolución con arreglo a una guerra de sexos, a un conflicto de género. Sin embargo, la izquierda se ha acomodado a los nuevos tiempos históricos porque ha perdido a su sujeto histórico, la clase obrera, y ha dicho: ¿Cómo volvemos a rearmarnos? Podemos inventar un conflicto entre hombres y mujeres, entre homosexuales y heterosexuales, entre indígenas y hombres blancos, entre ecologistas y empresarios que tienen fábricas, y así. Eso es lo que vemos hoy en día que ha dado nacimiento y forma a la ideología de género.5

Cuando nos prohibieron ser mujeres y os persiguieron por ser hombres. En entrevista con el periodista Fernando Díaz Villanueva, Alicia explica el nombre de su libro:

A las mujeres se nos prohíbe ser lo que realmente somos y queremos desde Simone de Beauvoir, que inventó una nueva mujer a la que hay que adaptarse. De hecho, ella misma dijo que no hay que permitir a las mujeres que se queden en casa con sus hijos porque muchas lo elegirían. Con lo cual reconocía que está vulnerando la opción personal. Se nos obliga a tener rol masculino, nos apetezca o no, a ser agresivas, competitivas y poco sensibles. Lo queramos o no. Se nos impide ser mujeres y sobre todo que odiemos la maternidad. El feminismo quiere una mujer masculina, no una mujer femenina.

A los hombres se les persigue desde que hubo un momento en que al feminismo se le ocurrió decir que sus objetivos no eran los intereses de la mujer y decidió que el enemigo fuese el varón. Al hombre se le persigue con legislaciones que vulneran sus derechos fundamentales (Ley de violencia de género). Pero, desde mi condición de mujer, las mujeres podemos ser lo que queramos, pero lo que no podemos ser es remedos de los hombres.

La ley ha dejado de ser justa para ser feminista, empezando a alterar principios legales indiscutibles

Al menos desde las revoluciones liberales de los siglos XVIII y XIX, a diferencia de lo que eran las leyes del antiguo régimen, las anteriores a las revoluciones liberales, donde golpear, irrespetar e injuriar a alguien de la aristocracia, del gobierno o de la Iglesia era mil veces más condenable que hacerlo contra el ciudadano común. Las leyes posteriores a las revoluciones liberales insisten en la igualdad ante la ley: todas las personas deben ser castigadas por los mismos delitos sin diferencia de sexo o clase social. Pero en España, a raíz de la Ley integral de violencia de género se han vulnerado derechos elementales en contra de la mitad de la población, los hombres. Porque el mantra feminista impuesto por la vicepresidenta y ministra Carmen Calvo, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), de que “Las mujeres tienen que ser creídas, sí o sí, siempre”6 no sólo en cuestión de delitos sexuales sino en todo ámbito que involucre un acto cometido por un hombre en contra de una mujer, ese mandato ha provocado que los hombres no cuenten ya con presunción de inocencia. ¿Qué significa no tener presunción de inocencia?Que el varón es un maltratador por naturaleza. Una denuncia por violencia de género7 hace perder al hombre todos sus derechos, metiéndolo a un proceso judicial largo y extenuante sin derecho a ver a los hijos y mucho menos a la posibilidad de la custodia compartida. Sin importar ni aclarar que la denuncia haya sido falsa, eso no le devuelve al hombre denunciado su inocencia sino que lo convierte en “Culpable no probado”. Más de 80% de los casos por denuncias de violencia de género son sobreseídas.

Así, ¿hay un porcentaje oficial de denuncias falsas?, le pregunto a Alicia:

—Sólo en el lenguaje jurídico, porque el juez lo dice: “Esto es denuncia falsa”, el 000.1 Pero ¿qué hacemos con el ochenta y tantos por ciento de denuncias de hombres que han sido sobreseídas o que el hombre ha salido absuelto, ¿qué son? De cada diez denuncias ocho salen absueltos o han sido sobreseídas. De esos hombres al menos uno ha tenido que pasar un día en el calabozo. Están a los que las cosas se les complican porque tienen la orden de alejamiento e intentan hablar con su ex y ella les pone una denuncia porque han incumplido una orden de alejamiento judicial. Están los que viven muy cerca de su ex y se tienen que ir porque se les puede denunciar de que no cumplen la orden de alejamiento. Hay casos tan aberrantes como el de un hombre que iba a comprar todas las mañanas el periódico al kiosco respetando los metros de alejamiento de su ex, pero ésta le puso una denuncia por incumplimiento y terminó en la cárcel. La casuística es tan absurda que es como para que nuestros políticos en vez de endurecer esta ley, como están haciendo, y hacer un pacto de violencia de género, empiecen a plantearse qué clase de sociedad quieren y a dónde nos están llevando. Porque esto no admite un análisis serio.

Los cinco derechos constitucionales que vulneran las leyes LGTBI+ en España

Son leyes de carácter autonómico, es decir, cada comunidad autónoma en España tiene su propia ley LGTBI, “un plan perfectamente orquestado”, asegura Alicia. “Esta locura de la ley de violencia de género y las leyes LGTBI+ en realidad son para invertir miles y miles de millones de euros de fondos públicos, al suponer que resuelven cosas que realmente no existen o si existen es de forma mínima y que se pueden resolver con las leyes ordinarias”. Hay derechos constitucionales vulnerados por las leyes LGTBI en España, como la Ley Cifuentes o ley contra la LGTBfobia,8 como, por ejemplo:

Pancartas contra Alicia Rubio.

La norma obliga a los colegios públicos a educar en la diversidad sexual. Penaliza a todo aquel que no comulgue con determinada ideología. Es decir, si no se comparte la visión de la familia, la sociedad o la educación, automáticamente puede ser sancionada. Es una ley que parece promover privilegios a unos cuantos colectivos (vulnera el artículo 14 de la constitución española: Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social). Atribuye derechos sólo de acuerdo con tu orientación sexual.

De esto se derivan el resto de derechos vulnerados: a la igualdad, a los padres de educar a sus hijos, a la presunción de inocencia y la inversión de la carga de prueba.

Los niños como objetivo: la base de la felicidad es el sexo

Desde 2012, mientras que en México se discutía una reforma educativa en contra de las implicaciones laborales como el Sistema de Evaluación al personal docente o la autogestión de los planteles, en Sudamérica, en cambio, ya se manejaba un nivel de discusión más amplio. Los argentinos debatían cuestiones como los baños unisex, baño de género neutro o baño mixto; ya se cuestionaban el derecho del niño a decidir su género, seguido de los tratamientos hormonales y bloqueadores para esa transición.

La mayor parte del conflicto entre los defensores de la familia tradicional y los partidarios de la ideología de género está en los llamados derechos sexuales y reproductivos de los niños. Para los promotores de la ideología de género un niño que a los cuatro años se perciba a sí mismo como nacido en el cuerpo equivocado, es decir, que nació con genitales sexuales con los que no se identifica, podrá tomar la decisión de convertirse en transgénico y sus padres estarán obligados a consentir y apoyar el cambio de género de su hijo.

La ideología de género en algunos países sudamericanos ya ha sido introducida (se dice, subrepticiamente, porque sus defensores insisten en negar que esta ideología exista siquiera9 en la currícula escolar de niños y jóvenes de educación primaria y secundaria, como es el caso de Argentina y Perú).

En febrero de 2017 irrumpió el llamado Camión de la libertad, iniciativa del ciberlobby español HazteOír —asociación de activismo político conservador—, que arrancó su campaña en contra de la ideología de género recorriendo las calles de Madrid con un mensaje: “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si naces mujer, seguirás siéndolo”. El mensaje provocó las más burdas manifestaciones de odio, desaprobación y violencia en contra de los padres de familia que exigen ser tomados en cuenta y decidir en la educación y crianza de sus hijos. El camión de la libertad también hizo un recorrido en la república mexicana durante el mes del Orgullo Gay, para después partir a Santiago de Chile.

El colectivo #ConMisHijosNoTeMetas, que surge en Perú en 2016, tomó más de 1,480 puentes durante los meses de marzo y junio de 2017, una manifestación sin precedente en contra del currículo básico nacional impuesto por el gobierno para enseñar a los niños y adolescentes de primaria y secundaria, sobre todo conceptos de ideología de género; exigieron que se respete el derecho de los padres de familia sobre la educación de sus hijos. La represión más reciente en el caso mexicano de #ConMisHijosNoTeMetasse dio a conocer cuando la diputada Elsa Méndez informó de la detención de cuatro mujeres de su asociación por realizar la campaña pacífica de información y concientización a los padres de familia, que “en ningún momento y por nada tiene que ser violenta”, en el puente de la Obrera en Querétaro, con la manta de #NoTeMetasConMisHijos, el 14 de junio de 2019.10

Panfleto contra el libro de Alicia Rubio.

Alicia Rubio escribió lo que tanto hombres y mujeres vienen diciendo desde que se están instrumentando leyes que vulneran la libertad de acción y pensamiento. Ella ejerció su libertad en un Estado pleno de derecho constitucional, sin embargo, la persecución, el veto, los insultos y el acoso con verdadera saña insisten en dejarla fuera de la palestra. Hecho inverosímil en una época en que las mujeres han adquirido tanta notoriedad y derechos, época en que la palabra sororidad cimbra los pies de los injustos. Inverosímil en una época en la cual las feministas académicas promueven que se lean más mujeres para devolverles el lustre y el prestigio que en otros tiempos les fue negado. El discurso oficial y el discurso subrepticio que transmuta los distintos campus escapa a toda sensatez y sentido común.

La gente sigue sin ver la relación entre feminismo, aborto, lobby LGTBI, eutanasia, eugenesia, adoctrinamiento en las aulas, vientres de alquiler, lenguaje inclusivo —dice la autora de Cuando nos prohibieron ser mujeres y os persiguieron por ser hombres—, pues uno de los objetivos no confesos de la ONU para 2030 es la reducción poblacional y, con ello, el impulso a una agenda de género: homosexualidad, aborto, desintegración de la familia como la conocemos, esterilizaciones, antinatalismo y eutanasia.

A partir de mis investigaciones descubrí que incluso en los ámbitos deportivos, incluso en mis colegas, que veían día tras día las enormes diferencias físicas de sus alumnos según el sexo, esa ideología estúpida había calado completamente. Y fue así como terminé considerando una obligación moral escribir un libro que nunca creí que pasara de que lo leyeran cuatro generosos y esforzados amigos. Y a partir de ahí hay un montón de tontos útiles que se dedican a perseguirme creyendo que están luchando por la libertad y lo que están es haciéndole el caldo gordo al establishment, que es lo triste.

El 2 de diciembre se celebró la gala de los Premios HO Hazte Oír 2017, en su edición XIV, cuya finalidad es resaltar la incansable lucha de personas destacadas en defensa de la familia, la vida, la libertad y unidad de España. Personalidades de distintos ámbitos de la sociedad española se dieron cita en el restaurante Pedro Larumbe, en Madrid. Allí Alicia Rubio fue condecorada por su valiente denuncia contra la ideología de género. Ante más de 300 invitados Alicia Rubio ofreció un discurso estremecedor y elocuente.

Hablando en los términos de Alicia Rubio

Cuotas de género
Es injusta. Es una trampa más, una mentira más que sólo beneficia a las mujeres mediocres que se asumen feministas y que llegan a puestos a los que de otra manera no podrían llegar. Un éxito basado en su entrepierna y eso ya es triste.

El feminismo es igualdad
El feminismo pasó de ser una reivindicación de la igualdad a ser un victimismo y un llorar amargamente por ser mujeres. Esto al fin y al cabo es marxismo cultural. Y por eso esos movimientos de izquierdas son los que enarbolan esta bandera extraña en la que hay una oprimida y un opresor. Lo más parecido a la lucha de clases. Pero ahí hay un problema, que entre la presunta oprimida y el presunto opresor puede haber amor y un proyecto de vida de incalculable valor que son los hijos. ¿Qué pasa? Que, para adaptar este feminismo desquiciado y marxista, para adaptar la realidad a su teoría, trata de eliminar entre hombres y mujeres los sentimientos más nobles. Por eso el feminismo actual va en contra de la maternidad y del amor romántico. El feminismo es un negocio y nos sale carísimo. Hay un montón de personas y asociaciones viviendo de esto, hay un montón de puestos de trabajo en la administración pública relacionados con todo este negocio, y el contribuyente se da cuenta de que esto no solamente es caro, sino que nos complica enormemente la vida.

Brecha salarial o discriminación laboral en función de sexo
Es mentira. La brecha salarial, como lo explican, de hacer hombres y mujeres el mismo trabajo y pagar menos a las mujeres no existe. Eso es una falacia que han inventado que consiste en tomar todos los sueldos de hombres y todos los sueldos de mujeres y dividir, y claro, hay unos desfases que, incluso, llegan a 15%, es cierto, pero no es por el mismo motivo de que ante el mismo trabajo paguen más a los hombres que a las mujeres sino porque hay trabajos diferentes. El desfase respecto al sueldo obedece a distintos aspectos que debemos tomar en cuenta como son el control de las variables: las horas trabajadas, la disposición para trabajar fines de semana, sacrificar días festivos, a los hijos y familiares, viajar y, por supuesto, el tipo de trabajo que se realiza. El número de hombres y de mujeres en las profesiones no es discriminatorio sino fruto de la libertad. Las mujeres tienen menos presencia en algunos trabajos de la rama tecnológica. Es ahí donde tenemos que empezar a ver la evidencia biológica.

—Alicia, te sientes representada por el feminismo actual?

—No, porque es una corriente supremacista, con el objetivo de culpabilizar y erradicar al varón. Existe una victimización al asegurar que somos las únicas que recibimos violencia y que estamos por debajo del promedio salarial. Algo que en muchos países no existe. El feminismo cumplió su objetivo cuando las mujeres accedimos al voto, a la educación y el trabajo. ®

Referencias
1 Discriminación positiva para favorecer la equidad de género. Es la aplicación de políticas o acciones encaminadas a ciertos grupos minoritarios o que históricamente hayan sufrido discriminación para que accedan a oportunidades de trabajo y de otra índole. Acciones positivas en España. Ley Orgánica para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres, 2007. Artículo 11.
2 El derecho natural permanece invariable en el tiempo. Deriva de las reglas inmutables de la naturaleza. Mientras que el derecho positivo o civil es creación humana y cambia continuamente. Al asumir que tan sólo somos un constructo sociocultural se está negando el Derecho natural. Lo cual nos dejaría a expensas de que imperara la ley del más fuerte. Contrario a la noción de democracia.
3 Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos (EpC) es el nombre que recibió una asignatura diseñada para el último ciclo de la Educación Primaria y toda la Educación Secundaria en España por el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, y que fue aprobada por el Parlamento español, de acuerdo con la Ley Orgánica de Educación (2006). Consistía en la enseñanza de los valores democráticos y constitucionales. La asignatura desapareció completamente en 2016.
4 Según la Enciclopedia de historia de Rusia, en 1930 Stalin clausuró las asociaciones de mujeres bajo la acusación de “feminismo burgués”, que generaba división y atentaba contra la unidad de la clase trabajadora. En 1958 Jruschov volvió a promover los zhensovety, consejos de mujeres, que se establecieron en las fábricas y las oficinas. Siguiendo la línea marcada por el partido para la mujer, los consejos trabajaban en secciones: vida cotidiana, cultura, política de masas, cuidado de niños, salud e higiene.
5 Entrevista a Agustín Laje y Nicolás Márquez.
6 Las mujeres deben ser creídas sí o sí, siempre.
7 Es pertinente dejar claras las diferencias entre violencia de género y violencia doméstica. La violencia de género es exclusiva del hombre que odia a la mujer por el hecho de ser mujer, y la violencia doméstica es agresión entre los miembros del núcleo familiar. A la Ley Integral de Violencia de Género se le ha criticado por considerar que no profundiza en las causas que provocan la violencia en las relaciones interpersonales sino que culpa al varón de toda violencia contra la mujer por el hecho de ser mujer.
8 Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid, presentó una Ley de Género que sacraliza una ideología determinada y la convierte en ideología oficial del Estado, cosa que es contraria al derecho porque el Estado es aconfesional de acuerdo con la Constitución, que proclama, en el Artículo 16: 1. Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley. 2. Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias. 3. Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia católica y las demás confesiones.
9 Los defensores de la inexistencia de la ideología de género explican que el término no existe como concepto, lo que en realidad existe y es correcto mencionarlo es “identidad de género”. Pero, de ideología a identidad, ¿en qué estriban las diferencias? Renne Delgado Villa, doctora en Psiquiatría y psicoterapeuta con especialidad en Psiquiatría forense, responde que la ideología de género existe como una forma de pensar que se rige bajo la premisa de que el género es sólo una construcción social: “Voy a dar mi punto de vista como médico psiquiatra y psicoterapeuta. No voy a hablar como socióloga ni como jurista. Sí existe la ideología de género. ¿Por qué? Porque es un conjunto de ideas que caracteriza una forma de pensar y tiene como fundamento que el género se construye socialmente y es independiente del sexo biológico que tenga la persona al nacer. Es ideología porque no tiene fundamento científico. Cualquier ideología es una forma de pensar”.
10 Detienen a cuatro integrantes de la campaña “Con mis hijos no te metas”.

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Publicado en: Apuntes y crónicas

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