De libros, bibliotecas y soportes virtuales, autores tuiteros, diosas griegas desnudas, intermediarios y sanguijuelas y hasta remedios para combatir la resaca hay en esta columna que glorifica la sabiduría y el placer de la navegación electrónica.
Ahora en tiempos virtuales, cuando una franja significativa de la humanidad —es decir, la que parte el chicharrón— se encuentra poseída por el frenesí digital, conviene recordar, como ha venido insistiendo Robert Darnton desde hace algunos años, que es necesario apostar por el universo de la virtualidad sin descuidar el soporte material de los libros, toda vez que, hasta el día de hoy, no existe un mejor receptáculo del saber y la memoria que el papel y la tinta (recordando que las tecnologías contemporáneas de almacenamiento de la información se producen para desecharse).
Por esa razón tan evidente, consignamos esta página con algunas de las bibliotecas más chingonas del planeta (por el momento me quedo con la de Rem Koolhaas en Seattle y la Biblioteca Pública de Nueva York).
Why authors tweet? La verdad es que no lo sabemos, puesto que existen tantas respuestas como autores. Sin embargo, este amenísimo ensayo ofrece algunos inquietantes asegunes, problematizando en sus preguntas, desde luego, a la figura del autor.
Hasta este momento no éramos más que unos amateurs, unos adolescentes decadentes; pero luego de ver esta EXCELENTE, SUCULENTO Y PARADISÍACO BLOG GRIEGO sentimos que nos hemos graduado, no sabemos bien en qué pero atisbamos el peso del título. A sólo un click podrás navegar por una nutridísima galería de bellezas, reinas y sirenas que no darán sosiego ni a tu pasión ni a tu lujuria.
El mundo es ese relámpago que pasa mientras estás sentado frente a la computadora.
No apoyen al librero local: apoyad a Amazon. Es mejor para los autores, para la economía e incluso para ti. En este lúcido texto Farhad Manjo pone el dedo sobre la llaga al sostener lo que todos sabemos y recientemente ha venido socavando la luminosa propuesta de Hernán Casciari: acabemos con los intermediarios, que no hacen sino parasitar como sanguijuelas el duro trabajo ajeno del sindicato de miserables dedicados a la literatura.
Remedios para combatir la cruda. ¿Mito o realidad? Las opiniones son divididas, pero este ensayo exquisito de Joan Acoccella, que coquetea tanto con la teoría de la cultura como con la reflexión sensible (en la mejor tradición benjaminiana), sin lugar a dudas llevará luz a tus angustias.
Ahora que si lo tuyo no es leer, no te pierdas las recomendaciones mexicas del tocayo Rafael Tonatiuh, que algo sabe de estos conspicuos menesteres.
¿Cómo la ven, queridos #antisopistas? No nos dimos cuenta (tampoco nos importó) y ahora todo, absolutamente todo les pertenece a las corporaciones.
El acceso a internet no es uno de los derechos humanos. Eso es lo que sostiene Vinton G. Cerf, vicepresidente de Google. En su opinión, “la mejor manera de caracterizar a los derechos humanos es el de identificar los resultados que estamos tratando de garantizar. Éstos incluyen las libertades fundamentales como la libertad de expresión y libertad de acceso a la información —y los que no están necesariamente ligados a ninguna tecnología en particular en un momento determinado. De hecho, incluso el informe de Naciones Unidas, que fue aclamado como el acceso a internet se declara como un derecho humano, reconoció que el internet es valioso como un medio para un fin, no como un fin en sí mismo”.
¿Cómo la ven, queridos #antisopistas? No nos dimos cuenta (tampoco nos importó) y ahora todo, absolutamente todo les pertenece a las corporaciones.
Guy de Maupassant es un escritor al que le debo muchísimo. Particularmente a su cuento “El Horla”, que me electrizó la piel cuando, todavía muy jovencito, me encontraba roto para siempre.
Dejo en esta palabra un enlace a sus cuentos completos, con la esperanza de que acompañe los dolores de otros niños desencantados y tristes.
Georger Steiner: una cierta idea del conocimiento. En el barrio es por todos conocida la postura de Steiner al respecto de la elocuencia y las bondades del silencio, un silencio que podríamos considerar ‘metafísico’ o ‘esencial’. Conocida es también su postura al respecto de los críticos: “Los críticos, comentaristas y exégetas, incluso los más dotados, están todavía a años luz de distancia de los creadores. No acabamos de entender las fuentes íntimas de la creación”.
Mínimo respiro carnal. Para disfrute de los lectores que cultivan el galano arte de no leer.
La palabra amenazada. “Una primera y muy extendida forma de violencia que sufre la lengua, en la que todos prácticamente participamos, es el prejuicio que la define exclusivamente como un medio de comunicación. Si se la considera así —como lo hace nuestra sociedad— se la violenta en el sentido de que se olvida que le lenguaje —en particular, el lenguaje poético— no es sólo el medio, sino también el fin de la comunicación. Cuando se mediatiza al lenguaje, cuando se lo considera sólo una mediación para otra mediación —porque la comunicación se pone al servicio del marketing, el marketing del dinero y así sucesiva e infinitamente— nos olvidamos de que el lenguaje es ante todo un placer, un placer sagrado; una forma, acaso la más elevada, de amor y conocimiento”. Este ensayo en llamas puedes descargarlo por acá.
Y para cerrar esta cámara de maravillas, una discreta selección del niño genio de la electrónica, que sigue floreciendo en todas las noches mágicas del orbe. ®