En el mundo antiguo chino y japonés, y hasta la Edad Media europea y en la cultura Anasazi, hay registros de estrellas super nova, las que fueron interpretadas como señales ominosas o buenos augurios.
Super nova SN 1006
Probablemente la supernova más brillante vista en la Tierra, apareció muy al sur, cerca de Beta Lupi, en la frontera con Centaurus, 45 grados al sur del ecuador.
En el Medio Oriente la estrella fue observada por varios astrónomos. Uno de ellos, Ali Ibn Ridwan (Guiza, Egipto, c. 988–1061), astrónomo y médico egipcio, describió que era el objeto más brillante después de la Luna. Su luz, de un color amarillo y tan intensa como un cuarto de Luna, hacía que de noche los objetos proyectaran sombras. Ali Ibn Ridwan publicó sus observaciones en Comentarios a la obra Ptolemaei Centiloquium o 100 dichos de Ptolomeo, escrita por Hametus o Ahmad Ibn Yusuf (Bagdad, 835–912).
Otro caso fue el médico, astrónomo y filósofo Abu Ali ibn Sina, o Avicena (Afshana, Persia, 980–1037), cuyos trabajos permitieron a Occidente redescubrir la filosofía platónica y aristotélica. Avicena observó la estrella desde el noreste de Irán. En el tercer tomo de su libro Kitáb al–Shifa o El Libro de la Curación, del año 1027, dedicado a las matemáticas, la aritmética, la geometría y la astronomía, describió los cambios en brillantez y color de la estrella. Avicena descartó que fuera un cometa ya que no contaba con cola y se mantenía fijo respecto a otras estrellas del cielo.
En China la nueva “estrella invitada” brilló por tres meses, aun durante el día. Según los registros, apareció el primero de mayo de 1006 en el reinado del emperador Zhenzong (968–1022), de la dinastía Song. Los astrónomos imperiales interpretaron su aparición, en especial su color amarillo, como un signo auspicioso.
En Europa no fue registrada la estrella porque no se vio, apareció muy al sur. Lo más al norte que se observó fue en San Galo, Suiza. En los registros parroquiales se dice que la estrella se veía muy al sur, más allá de las constelaciones; a veces era difusa y se extinguía, y otras veces se hacía pequeña.
A partir de las descripciones se sospecha que la supernova SN 1006, a 3,250 años luz de distancia, fue del tipo Ia.
SN 1054
En la madrugada del 4 de julio del año 1054, justo antes del amanecer, una nueva estrella apareció al este, en uno de los cuernos de la actual constelación de Tauro. Según Yang Wei–T’e, astrónomo imperial en la corte del emperador chino Renzong de Song (1010–1063), la estrella invitada era más brillante que cualquiera en el cielo, mucho más brillante que Venus.
Además de la Nebulosa del Cangrejo —nombrada así por William Parsons, tercer Conde de Rosse, en 1847— y del pulsar PSR B0531+21 o del Cangrejo, los registros históricos de esta supernova han generado bastante controversia.
Las descripciones japonesas son escuetas y registran la estrella un mes antes que los chinos. El más antiguo de estos registros es cien años posterior al hecho, cerca del año 1235, y fue de forma accidental. En diciembre de 1230 apareció un cometa; ello hizo que los astrónomos japoneses buscaran registros de éste en otras culturas y así dieron con los registros de la supernova.
En el mundo musulmán esta supernova fue mencionada hasta el año 1245 por el médico Ibn Abi Usaibia (Damasco, 1203–1270) en su obra Uyún ul–Anbá fi Tabaqat al–Atibbá o Historia de Vidas de Médicos. Igual que los japoneses, sitúa la supernova en abril de 1054, pero en la constelación de Géminis, cerca de Tauro. La falta de datos podría deberse a que en ese tiempo la astronomía árabe y musulmana era muy teórica. Los astrónomos se la pasaban en las aulas y lugares de trabajo con modelos matemáticos y geométricos, y la observación era relegada o poco valorada.
En el Cañón del Chaco, en Nuevo México, se encontró un petroglifo de la cultura Anasazi que muestra a la Luna en fase creciente con una estrella a un lado y una mano arriba. Algunos historiadores sugieren que el petroglifo, datado entre el siglo XI y XII, es una imagen de esta supernova, aunque algunos lo atribuyen a la supernova SN 1006. La mano podría ser la firma del autor o un símbolo de protección ante la estrella.
En Europa los registros son aún más misteriosos. El más antiguo es de mediados del siglo XV, encontrado en 1980 por el astrónomo italiano Umberto Dall’Olmo (1925–1980). En el texto Crónica Brixiana (1332),1 de Malvetiis, Malvecius, Malvetius o Jacopo Malvezzi (Brescia, 1380–1452), se dice: “En esos días una estrella muy brillante apareció dentro del ámbito de la Luna en los primeros días de la Luna creciente”. Umberto Dall’Olmo creyó que describe la supernova SN 1054. La estrella se pudo observar de día, durante tres semanas, y se asoció con un terremoto ocurrido diez años después, el 11 de abril de 1064 en la ciudad italiana de Brescia.
Existen otras posibles descripciones. Las crónicas Corpus Chronicorum Bononiensium o Cronaca Rampona publicadas en Bolonia, en 1476, mencionan que la estrella apareció en 1058, cuatro años después de lo oficialmente establecido. Cuentan que “en ese momento una estrella muy brillante entró al circuito de la Luna nueva”. Otros eventos históricos citados aparecen con muchos errores, haciendo muy probable que se trate de una reedición del texto de Jacobus Malvicius.
Por otro lado, existe un dibujo del rey Enrique III (Bodfeld, Harz, Alemania, 1017–1056), “el Negro o el Piadoso” del Sacro Imperio Germano Románico, acompañado de dos personas y señalando una estrella sobre los tejados de la ciudad de Tívoli, Italia. La pintura, del taller de Diebold Lauber, data alrededor del 1450. El dibujo podría ser una referencia a esta supernova ya que Enrique III vivió entre 1016 y 1056.
Hay varias hipótesis sobre la ausencia de registros de la supernova SN 1054. Una propone que la estrella se interpretó como signo divino de desaprobación por el cisma entre las iglesias Occidental y Oriental, de 1054. Supuestamente la estrella alcanzó su máximo brillo el 16 de julio de 1054, el mismo día que el patriarca de Constantinopla, Miguel I Keroularios (Constantinopla, c. 1000–1059), fue excomulgado. Esto obligó a prohibir cualquier registro de esta supernova para evitar el pánico o la histeria colectiva. Otra hipótesis propone que cuando la estrella tuvo su mayor brillo era época de lluvias en Europa, lo que hizo muy difícil o imposible notar la estrella.
En 1758 la SN 1054 se convirtió en el primer objeto del catálogo Messier, y en 1930 fue la primera supernova asociada a una nebulosa remanente, gracias a Nicholas Ulrich Mayall (Moline, Illinois, 1906–1993) del Observatorio Lick. Recientes investigaciones sugieren que la estrella realmente apareció entre abril y mayo de 1054. Se observó durante 633 días, de los cuales 23 incluso de día. Su máximo brillo lo alcanzó los primeros días de julio, y fue lo más brillante en el cielo, después del Sol y la Luna.
SN 1181
La SN 1181 apareció en los primeros días de agosto de 1181 en la constelación de Cassiopeia. En la actualidad existen controversias sobre a qué objeto asociarlo. Algunos astrónomos apuntan al pulsar 3C 58 o J0205+6449; otros con la estrella Wolf–Rayet IRAS 00500+6713. Los más recientes artículos lo relacionan con la estrella de Parker, una estrella Wolf Rayet en el centro de la nebulosa Pa 30, que podría ser el resultado de la fusión de dos estrellas enanas blancas.
De la estrella sólo existen registros chinos y japoneses. Uno de los más destacados fue del gran poeta japonés Fujiwara no Teika (1162–1241), quien la mencionó en su obra Meigetsuki o Diario de la Luna llena. Este trabajo autobiográfico, escrito a lo largo de su vida y publicado alrededor de 1231, lo hizo cuando observó al cometa de 1230. Fujiwara no Teika añadió a su diario una lista de eventos astronómicos pasados, que incluyeron ocho “estrellas invitadas”.
Los chinos reportaron que la estrella era visible sólo de noche y brilló por cerca de seis meses con una magnitud aparente comparable con las estrellas Alpha Centauri o Vega.
SN1572
Al anochecer del 11 de noviembre de 1572 Tycho Brahe (Castillo Knutstorp, Suecia, 1546–1601) salía de su laboratorio de alquimia, debajo de los sótanos de la exabadía, entonces castillo de Herrevad. Al observar el cielo notó en Cassiopeia una estrella nueva, más brillante que Venus. Tycho, dudando de lo observado —creyó que sus ojos le mentían— preguntó a sus sirvientes si también veían la estrella. Respondieron afirmativamente, como era su costumbre, por lo que también dudó de ellos. Entonces detuvo un carruaje que pasaba afuera del castillo y preguntó a sus ocupantes si observaban aquella estrella nueva. Ellos, asombrados, le respondieron que sí.
Desde el primer día, con una cruz geométrica, ballestina o báculo o vara de Jacob —hecha por él mismo— y varias veces por noche midió la posición de la stella nova —como la llamó Tycho Brahe— respecto de otras cercanas. Notó que no presentaba ningún desplazamiento; si fuera un fenómeno atmosférico, como se creía de los cometas —pensó—, tendría paralaje o movimiento relativo respecto de otros astros. Concluyó que la stella nova por lo menos estaba tan lejos como los planetas o aún más, como las estrellas. Un mes después la luz de esta stella nova disminuyó hasta compararse con Júpiter.
Brahe además intentó encontrar su significado astrológico o metafísico. El cambio de brillo y color de la stella nova anunciaba catástrofes, guerras, sequías, enfermedades, fenómenos destructivos, muerte de personajes importantes, traiciones o rebeliones, y sembró en él, de apenas 25 años de edad, sus primeras dudas sobre el modelo aristotélico, en especial la inmutabilidad de los cielos.
Tycho Brahe nació el 14 de diciembre de 1546, tres años después de la muerte de Copérnico, en una de las más influyentes familias de la nobleza danesa. Su hermano gemelo murió poco después de ser bautizado. Al año y medio se fue a vivir con sus tíos, Jorgen Thygesen Brahe e Inger Oxe, quien venía de una familia de intelectuales. A los doce años, en 1559, entró a la Universidad de Copenhague. Estudió retórica, matemáticas, hebreo, música y lo que sería su pasión, astronomía, en especial la cosmología aristotélica.
Un año después, el 21 de agosto de 1560, fue testigo de un eclipse total de Sol. El modelo de Ptolomeo lo predecía con un mes de error, y el de Copérnico con algunos días. Christopher Clavius, estudiante en la Universidad de Coimbra, en Portugal, también observó este eclipse, lo que hizo que se decantara por el estudio de la astronomía.
Tres años después del eclipse solar, en 1563, Tycho de nuevo corroboró la inexactitud de las modelos copernicanos y ptolomeicos. La conjunción de Júpiter y Saturno era vagamente predicha, lo que marcó su vida para dedicarla a la observación astronómica y a la sistematización de los datos. Estudió las obras de astrónomos famosos como Regiomontanus, la Cosmographia seu Descriptio totius Orbis, de Petrus Apianus, y De Sphaera Mundi, de Johannes de Sacrobosco.
Sus observaciones a la supernova las publicó en 1573 en De Nova Stella. Federico II de Dinamarca (Castillo de Haderslevhus, Haderslev, 1534–1588), preocupado por la aparición de esta estrella, lo llamó a la corte para nombrarlo embajador real. A partir de 1575 Tycho viajó por Europa consiguiendo obras de arte, adornos y trabajos para el castillo Elsinore que Federico II construía. Los viajes permitieron a Tycho Brahe conocer diferentes ciudades, observatorios y universidades europeas en Basilea, Frankfurt, Kassel y Venecia.
A su regreso, en 1576, quiso dejar la corte e irse a Basilea para dedicarse de lleno a la astronomía, pero Federico II le ofreció la isla de Hven y los fondos necesarios para construir los mejores observatorios astronómicos en toda Europa.
Tycho Brahe no fue el único cautivado por la supernova de 1572. El jesuita Christopher Clavius (Bamberg, Bavaria, 1538–1612) la observó y estudió de forma independiente. Incluyó sus observaciones en una de sus obras más importantes, la edición de 1585 de Comentarios sobre De Sphaera Mundi de Johannes de Sacrobosco (1570).2 Otros famosos testigos del evento fueron los astrónomos y matemáticos Thomas Digges (Wootton, Kent, c. 1546–1595) y Michael Maestlin (Göppingen, 1550–1631), y el astrónomo, matemático, alquimista, astrólogo y ocultista inglés John Dee (Londres, 1527–1609).
Sin embargo, nadie obtuvo tanta fama y prestigio como Tycho Brahe.
La stella nova también captó la atención de las artes. La astrofísica británica Cecilia Helena Payne–Gaposchkin (Wendover, Buckinghamshire, 1900–1979), quien estudió la composición y evolución de estrellas variables y de alta luminosidad, descubrió varias menciones a la vida Tycho Brahe en algunos escritos de William Shakespeare (Stratford–upon–Avon, 1564–1616).
En su infancia seguramente Shakespeare fue testigo de la supernova, y de adulto debió escuchar del gran astrónomo Tycho Brahe. Payne–Gaposchkin identificó en Hamlet que el castillo de Elsinore tiene el mismo nombre donde Federico II construyó el suyo, llamado Kronborg. Hamlet se graduó de Wittenberg, una de las universidades visitadas por Brahe. Guildenstern y Rosencrantz, cortesanos en la obra de Hamlet, eran Knud Gyldenstierne y Frederick Rosenkrantz, nobles daneses, familiares de Tycho, enviados a Londres en una misión diplomática.
La supernova SN 1572 se observó durante 18 meses, hasta abril de 1574. ®
Notas
1 Chronicon Brixianum ab Origine Urbis ad annum usque 1332 o Crónica Brixiana desde el origen de la ciudad hasta el año 1332, escrita ese año por Jacobus Malvicius.
2 Esta obra contó con seis ediciones, la última en 1611, un año antes de su muerte, y en todas siempre se expuso el modelo cosmológico de Aristóteles/Ptolomeo.