A la gente lo de los indignados se le pasa rápido. Salen, gritan dos tres cosas dirigidas al sistema y regresan a su casa a ver televisión.
El otro día mi amigo argentino me dijo Feliz 2013. ¿Por qué?, le pregunté, y me contestó: En España ahora se dice así porque el 2012 ya sabemos que será un asco. Es cierto. Desde hace unos cuantos meses que en la televisión y en los medios impresos las noticias hablan de los cinco millones de desempleados. Ya sólo falta que nos pongan un número en el pecho para ir identificados por la calle. Es una cifra alarmante. Lo repiten tantas veces que cualquiera diría que de un momento a otro nos vamos a encontrar en la calle con hordas de desquiciados gritando Aaaaaaaaaaaa, rompiendo con palos los escaparates de las tiendas, saqueando supermercados, haciendo arder en llamas coches a lo banlieue, arranchando las bolsas de la gente, quemándose vivos y exigiendo una respuesta, una solución a todo esto que después de varios años de bonanza económica nos está pasando. Pero eso ocurre únicamente en mi imaginación, antes nos cae un cataclismo. A la gente lo de los indignados se le pasa rápido. Salen, gritan dos tres cosas dirigidas al sistema y regresan a su casa a ver televisión. Si uno sale a la calle pongamos un lunes por la mañana, hay gente, la mayoría de la tercera edad, caminan exhibiendo sus achaques, con bastón, torcidos, con sonrisas infantiles, pero ahí donde se les ve todos indefensos tienen su pensión, cosa que a la fecha se ha vuelto un lujo en España. En algunos casos los ancianos con pensión mantienen a sus familias. Se han visto infinidad de casos así, porque de lo contrario cómo sobreviviría ese millón de familias que se supone no cuentan con ningún tipo de ingresos. Bueno, también está el dinero negro, pero esa es otra historia. Lo curioso del caso es que el actual presidente de gobierno, Mariano Rajoy, que me hace recordar a esos compañeros que ponían el codo para que nadie se copie de su hoja de examen y que comían sus estúpidas paletas interminables, cada vez que se dirige a la opinión pública enfatiza que el desempleo subirá aún más. Lo dice con un convencimiento casi amistoso, como si fuera una verdadera revelación lo que Zapatero ocultó durante mucho tiempo. Rajoy cree que decir la verdad le bastará para ganar credibilidad, para que lo tengan bien visto, para cubrirse las espaldas por si su reforma laboral no funciona. Yo me preguntó si habrá trabajo para cinco millones de desempleados. Es una pregunta muy curiosa, me pongo a pensar en, por ejemplo, cinco millones de personas que salen a la calle con ropa de trabajo, que los cinco millones se subirán a autobuses, que tendrán un día de éstos además de cartel con su nombre, apellido, actividad y un número. En una encuesta de un periódico de circulación nacional preguntaban “¿Cree usted que el actual gobierno acabará con la crisis?” El 80 por ciento de los encuestados respondía que no. Es la misma respuesta que daban durante el gobierno de Zapatero. Hay un alto porcentaje de gente que cree que España no saldrá de la crisis. Yo le calculo unos treinta años por lo menos. Es curioso pero hace unas cuantas semanas empezaron las rebajas. Las primeras rebajas, porque luego están las segundas y creo que hasta terceras y no vean la gente, como loca corriendo a comprar prendas rebajadas eso sí, al 50 y 70 por ciento. Luego dicen que no hay que gastar, pero aquí igual se gasta. Por estos días hace un frío que se congelan los huesos. ®