Blood song. A silent ballad, de Eric Drooker [Black Horse, 2002]
Ampliamente recomendado por Nick Hornby y Mumia Abu-Jamal, Blood Song es un recorrido poético-visual sin palabras por la vida de una joven que se ve orillada a abandonar su hogar y trasladarse a la feroz ciudad (Nueva York, aunque podría ser cualquier gran urbe), luego de que los militares llegan a destruir, quemar y asesinar a los habitantes de su aldea. Es una metáfora en imágenes sobre la decadencia de la civilización, del fracaso de la humanidad, de la crueldad del ser humano. También describe cómo se abre paso el mundo civilizado, avasalladora y abrumadoramente. En los paneles en scratchboard oscuros y opresivos, coloreados en tonos fríos, de pronto resaltan algunos elementos en colores vivos. Es ahí donde Drooker coloca la pulsión vital (el rojo de la sangre de un ave que sirve de alimento o bien la llegada del ciclo menstrual) e incluso la esperanza (el verde brillante de un pájaro que vuela entre los árboles, el sonido que sale de un saxofón, las alas de una mariposa). El tono expresionista no sólo se encuentra en los colores, sino en las escalinatas, los túneles y motivos arquitectónicos industriales, amenazadores, que se yerguen y no dan paso a la luz solar.
La librería del congreso adquirió en 2006 los originales que conforman esta novela gráfica, lo cual dice mucho del alto nivel artístico que poseen las alrededor de 300 páginas que la conforman. Al igual que Flood!, la obra anterior de Drooker, se trata de una novela gráfica que hace honor al nombre de esta sección: se trata de literatura gráfica, un homenaje a la forma, una narración en la que el lector es encaminado por medio de las poderosas imágenes que la conforman. Un poema visual en la que se observa el vieja épico de una mujer que en todo momento es acompañada por su perro.
Aquí se puede ver una secuencia animada del libro.
De senilidad y otras historias, Juanele [Autoedición, 2009]
Juanele es uno de los autores más activos del controvertido medio del webcómic. Cada semana y desde hace un año viene actualizando sus diferentes historias en su website. Su estilo es simple, limpio y muy agradable. Es una combinación de candidez, humor adolescente —pero inteligente, habrá que aclarar— y espíritu aventurero. Sus historias las pueden leer lo mismo chavillos que adultos relajados, pues parece ser que la única pretensión del autor es divertir. Y lo logra. Juanele es un gran generador de gags y situaciones chistosas. Sus dibujos pueden definirse de la siguiente manera: son dibujos bonitos, bien hechos, chidos. Muy bien ubicado en el estilo de dibujo de caricaturistas que realizan tiras cómicas, que suele ser accesible y bien elaborado. A finales del año pasado me encontré con él para comprarle ejemplares de esta edición y me contó acerca de sus influencias, de sus objetivos, y todo tiene muchísimo sentido: los dos conocemos Spiral bound, una magnífica aventura gráfica de Aaron Reiner, y también coincidimos en el gusto por las recopilaciones de los cómics de Marvel de los años sesenta que se editan bajo el nombre de Essential Marvels. No es un dato irrelevante, muchos artistas que hacen cómic alternativo, o personal, se sienten atraídos por esos cómics. El dato nos indica algo.
Esta pequeña autoedición es una colección de historias de la Abuelita karateca, una ancianidad gandalla y aprovechada, que siempre le carga la mano a su nieto o de plano lo sustituye por un alumno de karate “que sí tiene talento”. También incluye pinups de colegas moneros, un par de historias de Patote y una más de Tilinia, la pulga dentista, otros de sus personajes. El prólogo se lo escribió Ricardo García Micro.
Este minicómic cuesta sólo 30 pesos, y Juanele le ofrece a sus posibles compradores una verdadera ganga: 25 ejemplares por 400 pesos más una acuarela.
Mis primeras 80.000 palabras, Vicente Ferrer (recopilación) [Media Vaca, 2005]
Esta editorial del logotipo de la niña que va de la mano de dos insectos lleva poco tiempo distribuyéndose en el país. Se trata de uno de las casas editoriales más interesantes que existen en cuanto a edición de libros gráficos. Sus ediciones son muy cuidadas, aunque ello se ve reflejado en los precios de sus libros. Para quien busca cuidar su bolsillo este libro en particular resulta perfecto tanto para poseer un libro hermoso, coleccionable, como para conocer la propuesta editorial. Este álbum es una colección de ilustraciones realizadas por la crema y nata del medio de la ilustración, pero también del cómic en el plano global: Dame Darcy, Gary Baseman, Ron Regé Jr., Liniers, entre muchos, muchísimos otros de lugares como Israel, Japón, España, Estados Unidos, Argentina, Francia, Cuba, Colombia, entre otros. Una auténtica amalgama de estilos, nacionalidades e intereses gráficos.
El pretexto para editar un tomo de estas características fue crear un “Dicionario ilustrado […] que contiene las palabras favoritas de 294 artistas de veinte países oportunamente definidas y explicadas para lección y regocijo de lectores de todas las edades”, como se explica en la página de presentación. El título es un juego, pues, también aclaran, este glosario gráfico no contiene las ochenta mil palabras que anuncia, pero, la verdad sea dicha, eso no importa en absoluto. Los hay a quienes verdaderamente sus papás les dieron a estudiar el Pequeño Larousse a tierna edad (ahora conducen programas de trivia cultural), pero este diccionario es mucho más divertido y sí recomendamos que los niños lo estudien desde pequeños. Con él le darán una buena sacudida a su ojo estético.
Los editores convocaron a la comunidad ilustradora y le pidieron a cada uno que eligiera una palabra en su idioma que le gustara, que le llamara la atención. Y luego debía ilustrarla. El resultado es magnífico, pues muchos artistas no sólo eligieron palabras que designan cosas, sino también conceptos abstractos, siendo así que el arte se vuelve arbitrario, mucho más interesante, porque queda a disposición de las ideas preconcebidas y de la imaginación del artista. Los trabajos fueron pedidos a dos tintas y acompañados por la definición, sacada de cualquier diccionario que se tuviera al alcance. Algunas definiciones no pertenecen a ningún diccionario, y son más bien una elaboración personal. No es un libro de consulta tradicional, pero sí un librote que enriquece el lenguaje, en más de una vertiente.
Por México podemos encontrar trabajos de Alex Fito, Ulises Culebro, Alejandro Magallanes, Ricardo Peláez, Joel Rendón, Mauricio Gómez Morín, Jotavé, Alejandro Rodríguez, Manuel Monroy y Alejandra Hidalgo.
El capote, Nikolái Gógol. Ilustraciones de Noemí Villamuza [Nórdica Libros, 2008]
Quise reseñar este libro después del de Media Vaca pues Noemí Villamuza también participa en el mencionado libro. Específicamente, ella ilustra el término “asombro” (y lo que muestra su ilustración es una niña en su primer menstruación. Ahora pueden hacerse una idea más amplia de cómo funciona el diccionario). Villamuza hace bellas ilustraciones a lápiz con las que ilustra libros para niños. Tiene una fluidez y soltura poéticas, y en este caso traduce en imágenes este cuento en particular de Gógol. El relato es la historia de Akaki Akákievich Bashmachkin, un empleado del escalafón burocrático en el peldaño más bajo y sin importancia.
“Bautizaron al niño, que se pasó la ceremonia llorando y haciendo muecas, como si presintiera que un día sería un consejero titular”, dice Gógol cuando explica el origen del segundo apellido del personaje —pues Bashmachkin proviene de bashmak, zapato. En fin, un personaje gris. Quizá sólo su desgastado y viejo capote haya perdido más color que él, y la posibilidad de conseguir uno nuevo no cambia en nada su situación: la miseria lo abraza y no lo suelta, no está capacitado para otra cosa más que desempeñar una labor monótona y poco exigente (un gramo más de conocimiento o responsabilidad y San Petersburgo se le viene encima). Gógol se queja de que “numerosos escritores tienen la loable costumbre de ensañarse con quienes no pueden defenderse”. Justo como él mismo hace con su personaje: hay que dejar en claro que es un absoluto derrotado, no como mofa, sino como la descripción de un tipo de hombre que existe en el mundo.
Alan Moore y su obra. Realidades construidas, Mauricio Matamoros [Stonehenge Books, 2009]
Mauricio Matamoros es un lector especializado de la obra del Mago. La conoce de principio a fin, y nos avisa: “Efectivamente, consumar la lectura completa de las obras de Moore es tan satisfactorio como concretar un gran proyecto”. Hay que destacar la existencia de un libro así, en un país así, pues no se trata solamente de un libro sobre cómics, sino sobre la obra de uno de sus autores más destacados e importantes. Es decir, material para iniciados, aunque el capítulo llamado “Es la fantasía realidad” puede servir como guía de lectura para quien no esté familiarizado con los cómics y novelas gráficas creados o escritos por el británico: V for Vendetta, Miracleman, Lost Girls, Swamp Thing, Watchmen, Daredevil, From Hell (el, como bien lo llama Matamoros, experimento de nuevo periodismo interpretativo en cómic), The League of Extraordinary Gentlemen, entre otros.
El libro comienza con una descripción autobiográfica que Moore hace a partir de la pregunta “¿Quién es Alan Moore?”, lanzada por el periodista mexicano. “Me percaté de que no podía dibujar lo suficientemente rápido para hacer de ello mi forma de vida; no obstante, me di cuenta de que había aprendido a escribir cómics de forma fluida”, explica, y hace un recuento rápido y conciso de su carrera. Las entrevistas son especialmente interesantes, se nota que a Moore le apasiona hablar de sus proyectos, de su forma de vida; de tal manera que aporta datos sobre su vida en/con la Magia (la Magick), sus desencuentros con las editoriales del mainstream, su relación con David J., bajista de Bauhaus. Igualmente lanza sus proyecciones sobre la vida futura del ser humano y declara: “La Magia es lo más importante o, al menos, en mi concepto de construcción del Universo”.
Guarida del horror, Richard Corben et al. [Editorial Televisa, 2009]
Hablando de Matamoros, apenas en octubre de 2009 Editorial Televisa lanzó Guarida del horror, la recopilación de las adaptaciones al cómic de Edgar Allan Poe y H.P. Lovecraft que hizo Richard Corben para MAX, la línea para adultos de Marvel Comics. Apoyándose en un par de colaboradores, Corben pone al día algunos de los cuentos y poemas de dos de los escritores favoritos de los fans del malditismo (cuando compré este tomo en el puesto de periódicos, el periodiquero me comentó que se estaba vendiendo como pan caliente). “Izrafel” de Poe en versión West Coast versus East Coast rappers es un gran atrevimiento, y las criaturas de Lovecraft están muy bien conceptualizadas. El dibujo de Richard Corben es bien conocido entre los lectores que lo hayan leído en las páginas de Heavy Metal, aunque también la línea MAX de Marvel publicó hace años su fantástica versión de Cage, y DC, dentro de la colección Solo (en donde participaron artistas como Darwyn Cooke, Paul Pope, Sergio Aragonés, Mike Allred y Howard Chaykin, entre otros), también tiene material suyo. Así que Corben sigue estando vigente, dotando de sordidez lo mismo a superhéroes olvidados que a las narraciones de escritores como Poe y Lovecraft.
Cada cómic viene seguido de la historia o poema original. Por esta razón vale la pena buscar la edición original, para leer de primera mano las obras originales, pues en esta edición —y también en el libro sobre Moore— urge un trabajo de corrección de estilo, de revisión de las traducciones. Es un alivio que proyectos así se deleguen a personas como Mauricio Matamoros, quien es periodista cultural y escribe un blog especializado en cómics, en donde sube sus reseñas, críticas y entrevistas, con una visión muy interesante, no la de las muchas páginas de cómics en donde se discute qué anillo de Blackest Night está más bonito, sino en donde habla con seriedad del medio. Qué lejos están las ediciones nacionales, afortunadamente, de engendros como J. G. Olguín, el sempiterno traductor de los insufribles cómics de Marvel y DC de los años ochenta y noventa.
Diario de Oaxaca, Peter Kuper [Sexto Piso, 2009]
Diario de Oaxaca es una de las muchas bitácoras gráficas del dibujante neoyorquino Peter Kuper, quien residía en Oaxaca cuando ardió en llamas el estado gobernado por Ulises Ruiz —Ruin, como le apodan al priista desde entonces. Este diario consigna lo que sucedía en las calles, aunque no solamente eso. Retrata la vida de un extranjero que se viene a vivir a un lugar de la provincia mexicana, y en sus páginas se encuentra lo mismo bocetos de las misceláneas en donde Kuper compraba sus víveres que los perros que le ladraban al pasar. Tampoco es un diario sólo de Oaxaca. Sus viajes a Teotihuacán también aparecen aquí, de tal manera que Oaxaca es sólo el punto de arranque de esta crónica.
En casi todos los medios que han reseñado este diario se han repetido incansable y descaradamente las notas de prensa de la editorial, así que obviaremos los datos biográficos del artista, aunque ésos se pueden consultar aquí. Entrevistamos al artista a propósito del lanzamiento de un diario que, más que de Oaxaca, es de su experiencia como artista y periodista gráfico. También pueden consultar la entrada de mi blog personal sobre la experiencia de conocer a Peter Kuper, un artista que me sorprendió muchísimo, pues de haberlo admirado por años, pude preguntarle sobre algunas cuestiones que brincaban cada que leía su trabajo. La entrevista completa se puede leer acá, en este número de Replicante. ®
Josuedric
¡Mencionas a Juanele! Hey está bien fino esto. Blumps.
Adrián V
¿Y dónde en el país se consigue Mis primeras 80.000 palabras? Seguramente no en Comicastle.