El más reciente proyecto fotográfico de Angélica Escoto trata de perros que corren entre el mar, el cielo y el desierto. Son sus amigos, guías y fantasmas.
El perro es mi tótem para ver, tocar y contar ballenas. A ellos no tengo que buscarlos, pasan por mi casa y se aparecen en mis caminatas. Si hablamos de evolución, metafóricamente en la “línea del tiempo” la sombra de la ballena fue un lobo, por eso utilizo al perro como una voz en mis proyectos. Cuando escribí el texto para la serie “Un desierto de medusas” un movimiento del azar me llevó a conocer la constelación del Can Mayor: la estrella del Perro, llamada también Sirio, cuya masa es tres veces mas grande que el Sol, y es el centro de un sistema solar de 52 planetas que giran alrededor de ella. Es la estrella más brillante vista desde la Tierra. ®