En los últimos años se han hecho semblanzas poco objetivas en Internet y algunas revistas sobre el punk mexicano, después de mucho tiempo sin que nadie dijera absolutamente nada. Parece que a varios nos gusta reinterpretar la confusa historia desde nuestra muy particular experiencia, adelante pues…
Para Agustín y Sergio, mejor conocidos como Sapo Vengador y Aknez, “víctimas” del vicio… que produce el hardcore-punk. A César Vicious, Horacio y la pandilla de la Prepa 9 y Las Águilas.

Massacre 68
Para mí y un puño de amigos —o simplemente conocidos— que llegamos al punk en los primeros años de los noventa había decenas de grupos que ahora figuran en esas semblanzas como bandas importantes de la escena. ¡Caray! Pero si eran contados los que lograban afinar la guitarra o el bajo, caer o convivir en tiempos con la batería, dar potencia a la estructura de sus canciones más allá del chundo tupa-tupa chapulín que tanto predominaba en la mayoría de las agrupaciones. Vamos, para acabar pronto, son un grupo selecto de bandas de los ochenta las que lograron hacer una propuesta interesante, enérgica, contundente y que haya logrado un eco no sólo en México sino en otros países. Me refiero, principalmente, a Solución Mortal, Massacre 68, Atoxxxico y Sedición. Por supuesto que alguien preguntará por Espécimen, autonombrados “padres del hardcore alternativo mexicano”, que cada año reinventan la historia del punk en México para quedar mejor situados; a ellos, por distintos cambios que decidió su líder y propietario Benny Rotten, hace ya varios años no los considero en este grupo, además de que su masificación se dio más hacia la segunda mitad de los noventa. Por otra parte, Psicodencia, Disolución Social y Sin Razón Zoocial siempre serán recordados como las bandas que se aventuraron desde finales de los ochenta a involucrar sonidos de otras procedencias estéticas, estando un trecho adelante del poco refinado oído “basuquero” del hardcore mexicano. Mención extra a pioneros como Histeria, con el Tex en las vocales, el primer cantante poderoso en la escena junto con Jorge de Solución Mortal, y SS-20, comandados por la Zappa, ambos grupos sin desarrollar un gran sonido estuvieron en el momento preciso para impulsar e influenciar a generaciones que iban a estremecer el underground y la música alternativa mexicana.
Pero a principio de los noventa ya algunos grupos tambaleaban, unos apenas habían publicado un trabajo (en vinilo o casete) y ya no existían, otros ni eso, así que había dos buenas sopas: Massacre 68 y Sedición, ambos dirigidos por admirables personajes; por una parte el Aknez, un icono del punk de los ochenta en el Distrito Federal, joven de barrio, militante del Chopo, quien encorajado formó la banda más potente y polémica de México; por otra parte, el Sapo Vengador, quien armó Sedición en Guadalajara a punto de entrar a la adultez (cosa rara en una escena repleta de adolescentes y jóvenes) y que desde 1983 sostenía un espacio para el punk en Radio Universidad de Guadalajara: Submisión. Y entonces llegó el momento cúspide de la escena punk y de rock radical–contracultural en México: la visita de La Polla Records desde el País Vasco, así que las dos bandas más populares y corpulentas del movimiento fueron convocadas. Lo demás es historia.
Massacre 68 publicó únicamente un vinilo en 1990, conocido como No estamos conformes. Algunos años después se lanzó en cinta y con esos catorce machacantes temas de hardcore bastó. Su discografía oficial no se reactiva hasta hace algunos años cuando re-editan este trabajo en CD y en 2010 con un vinilo grabado en vivo a finales de los ochenta en Aguascalientes. Algunas producciones fueron publicadas sin autorización del grupo, por ejemplo un acetato de siete pulgadas compartido con Histeria (que tampoco existía cuando se lanzó ese producto a las calles) y un CD de ensayos que Aknez ni tenía idea que existía hace algunos meses que lo visité.
Sedición, caso aparte, es de los pocos grupos (ahí hay que valorar también a Espécimen) que tienen una discografía más desarrollada: Un cambio empieza (casete demo de 1989), Extintos (vinilo 1989), En las calles (vinilo 1990), Verdaderas historias de horror (vinilo 1991), en el que exploran un punk más melódico —raro en la época— y con el que se fueron de gira al País Vasco, En el vientre de concreto (CD y casete 1994), que es su trabajo paradójicamente más accesible y al mismo tiempo confuso, aunque con buenos destellos, Bajo la piel (CD y casete 1996), de vuelta al hardcore potente, y Nada es sagrado (CD y casete 1997), flirteos al metal y con el que regresaron a Euskadi y pasaron por básicamente toda España, además de un casete en vivo de 1991.
En 2009 se realizó un festival en Querétaro logrando juntar por primera vez (la historia dice que los carteles que en los ochenta anunciaban a los tres juntos fueron un fraude de promotores) a Solución Mortal, Massacre 68 y Sedición. Los primeros ya tenían algunos años rearmados después de una larga pausa; Aknez había hecho distintas versiones de Massacre 68 entre 2004 y 2006, además de hacer algunas apariciones esporádicas, y Sedición no tocaba desde 1999. Después de esta cita, Massacre 68 visitó Tijuana y Mexicali y regresó al descanso; Sedición ha continuado tocando en el Estado de México, D.F. y Guadalajara. Pero en 2010 ambos grupos sorprendieron con un par de producciones:
Cicatrices… y un poquito de mierda

Massacre 68
La carátula del vinilo dice que lo grabaron en vivo en 1985 en Aguascalientes, es tan sólo una de las artimañas constantes en la historia del grupo para sonsacar a sus seguidores. La realidad es que esta grabación fue hecha a finales de los ochenta y en ella queda claro la fortaleza sin igual de Massacre 68 en la escena hardcore mexicana. Quizá fue su punto álgido, cuando tocaban continuamente ya no sólo en la capital sino en varias ciudades del país y se apuntaban hacia sus conciertos con La Polla y, posteriormente, su desintegración. Lo verdaderamente importante de Cicatrices, además de revivir la rabia del grupo, es poder escuchar tracks que no alcanzaron a grabar en lo que sería su segundo trabajo discográfico, por ejemplo “Zonas marginadas”; “Contaminación” y “No quiero ser uno más” (joyitas que me recuerdan al EP War now de Exploited por los rasgueos del bajo), y “Abzurdo”.
El disco comienza con una calidad aceptable, aunque la grabación es sucia se conserva lo necesario para poder ingerirse. Dos breves tracks inician la experiencia: “Ellos o nosotros” y “Malditos candidatos”, pero no es hasta el tercero, “Sistema podrido”, cuando se catapulta la energía del concierto. Bastante agradable escuchar otros populares cortes como “Víctimas del vicio” y “Policías corruptos”, temas que juntaban sin pausa alguna en el momento clave de sus presentaciones. Ni qué decir de “Muerte en Pekín”, “Ejército nacional”, “No estamos conformes” y la misma “Masacre 68”, “pura fibra” como decía el Tex de Histeria.
… y un poquito de mierda es un acetato de siete pulgadas que se incluye junto con Cicatrices, y contiene los temas “No al pacto” y “Ska-pa-te”, los cuales suenan un tanto extraños por sus estructuras melódicas sin distorsión alguna, rasgueos ska en la guitarra y la gruesa voz de Aknez en el primer corte; el segundo es instrumental. Una ruta interesante que seguramente el grupo hubiera seguido explorando de no haber sido por su separación. En el lado B aparece Aknez echando unos tragos mientras escucha al Piporro y platica un poco sobre sus alegrías y desventuras en un rudo andar por una escena que él mismo fortificó en gran manera y después cuestionó hasta el día de hoy. Una pieza extraña que sólo se puede dar el lujo de publicar uno de los pilares del movimiento punk (al parecer) más bravío del mundo: el de la capital de México.
Para escuchar a Massacre 68 visita su MySpace.
Extintos

Sedición
A veintiún años de haber salido a las calles se reedita en CD Extintos (para 2011 saldrá en acetato nuevamente), álbum del que existen dos versiones, ésta, cruda y primitiva, y una mejor grabación que lanzaron en 1991, en la que pulían la composición y hacían algunos arreglos a las canciones. Extintos es un disco importante para el punk y la escena alternativa en México por distintos motivos. Más allá del aspecto musical, las letras de Sedición fueron un paso adelante de las redundantes quejas y mentadas de los compañeros de la escena. Desde la portada —un par de lobos en peligro de extinción— otorgaba un aire distinto a este vinilo, en la parte trasera la fotografía de una foca y recortes de periódicos que hablaban sobre maltrato y explotación animal. En “Miedo a la libertad” el grupo confronta a la misma escena preguntando si en verdad se quiere romper fronteras ideológicas o se es prisionero de los dogmatismos del movimiento. “Actitud de cambio” (en la que participó Benjamín Quirarte, quien formara parte posteriormente de Empirismo y Fallas del Sistema) incita a generar activismo más allá de etiquetas y escenas, ir más allá del look, pensar, vaya. En “Rock de mierda” el grupo se envalentona contra la escena metalera para invitarlos a dejar la apatía y unirse al cuestionamiento socio-político (en los ochenta en casi todo el país los frentes más poblados de la cultura alternativa eran el metal y el punk); “Somos el futuro” refleja la actitud positiva de la banda, más inspirada en la resistencia pacífica y el diálogo que en el activismo violento —postura que les ha costado más de alguna discusión con grupos punk políticos extranjeros—; “Sin fronteras” deambula por los mismos territorios ideológicos.
De este trabajo salieron canciones ahora clásicas del punk ochentero mexicano (la época dorada, le dicen los más nostálgicos): “Líderes”, que aborda el tema la guerra fría, “Pecadores”, poniendo en su sitio al clero, “Juventud bajo control”, una demanda a la masiva idiotización que provocó Televisa en esa década (¿y hoy mismo?), “Punks” la rola de batalla del movimiento, y la que da nombre al disco, una reflexión sobre los problemas de la fauna en el planeta ocasionados principalmente por la caza y comercio de animales.
Para escuchar a Sedición visita su MySpace.
Hoy en día el punk no es ni mucho menos de las propuestas artísticas o activistas más efervescentes o certeras en cuanto al cuestionamiento político y social del mundo moderno. El espíritu combativo pero al mismo tiempo propositivo, fresco y abierto quizá ni siquiera se encuentra en la música actual, no al menos en la música que convoca masas. Jello Biafra dice en un documental de hace algunos años que encontraba la fuerza del punk de antaño en el hip-hop o en el videoarte. Quizá éstos no tengan nada que ver con el punk, quizá sí. Pero ante un panorama catastrófico en este país, y una actitud impositiva–fascista que aún prevalece en el gobierno mexicano, vale la pena reconsiderar viejas propuestas, no es gratuito que los conciertos en varias partes del país —y me imagino que en todo el mundo— estén nuevamente llenos de punks de la vieja guardia y que decenas o cientos de grupos antiguos estén regresando. No hay marcha atrás, el hardcore se lleva en las venas. ®