Una de cada diez personas en el mundo vive en un asentamiento informal. Las difíciles condiciones de vida en estos ambientes urbanos marginales generan graves problemas humanitarios y sanitarios entre la población, usualmente olvidada o ignorada. En muchos casos, Médicos Sin Fronteras (MSF) ha observado que estas necesidades alcanzan niveles de emergencia. Aquí se ofrece una visión general de los proyectos en contextos urbanos de MSF.
El proyecto Sobrevivientes urbanos pretende mostrar estas crisis humanitarias y dar un rostro humano a las penurias de los pobres urbanos.
Actualmente MSF trabaja en veinte de las ciudades más grandes del mundo en la búsqueda de lograr un equilibrio con sus tradicionales intervenciones médico-humanitarias en zonas rurales. MSF reconoce el impacto que actualmente tienen las necesidades sanitarias relacionadas con la pobreza urbana en el mundo, por lo cual ha decidido ejecutar iniciativas significativas en este tipo de contexto. Y si bien MSF trabaja en barrios pobres desde hace décadas, ésta es la primera iniciativa multimedia con la que se propone dar visibilidad a estos entornos y sus problemáticas específicas de salud.
Las condiciones de vida relacionadas con este tipo de ambientes como el hacinamiento, la falta de higiene y, en algunos casos, la violencia ocasionan distintas consecuencias sobre la salud de la población, como la malnutrición, las enfermedades diarreicas, la exposición a sustancias tóxicas, enfermedades de la piel, infecciones de las vías respiratorias, la rápida propagación de enfermedades como el cólera (principalmente por agua contaminada) y las enfermedades transmitidas por el aire, como la tuberculosis. Los altos índices de violencia, incluida la violencia sexual, repercuten, por ejemplo, en una mayor exposición a una infección de HIV pero también conducen a comportamientos como el abuso de alcohol o drogas.
Estos factores, sumados a una deficiente inversión en infraestructuras de salud por parte de los gobiernos ante fenómenos como los movimientos migratorios, van dejando a los habitantes de estos asentamientos sin el derecho básico del acceso a la salud.
El proyecto multimedia
Sobrevivientes urbanos es una presentación multimedia producida por Médicos Sin Fronteras/Médecins Sans Frontières (MSF) en colaboración con la agencia fotográfica NOOR y Darjeeling Productions, que destaca las necesidades humanitarias y médicas que existen en barrios marginales alrededor del mundo.
Sobrevivientes urbanos y su sitio web interactivo conduce al visitante a través de un recorrido virtual por siete barrios marginales (Daca, Johannesburgo, Karachi, Nairobi, Puerto Príncipe, Guatemala y Honduras) en los cuales MSF lleva a cabo proyectos y actividades. A partir del trabajo fotográfico de un grupo de reconocidos fotógrafos de la agencia NOOR (Stanley Greene, Alixandra Fazzina, Francesco Zizola, Jon Lowenstein, Pep Bonet, Andrea Bruce y Kadir van Lohuizen), Sobrevivientes urbanos permite al visitante descubrir más acerca de la vida cotidiana de los habitantes de estos barrios marginales y de los desafíos a los que se enfrentan diariamente, así como la manera en que MSF aborda sus necesidades humanitarias.
Los asentamientos marginales en nuestra región
Tegucigalpa, Honduras. Honduras sufre algunos de los peores indicadores de violencia mundial, una violencia que golpea particularmente sus ciudades. Su capital, Tegucigalpa, alberga cerca de 1.3 millones de habitantes, 5.6 personas por metro cuadrado; una de ellas es asesinada cada 70 minutos (tasa de homicidios: 101 por 100 mil habitantes). El sufrimiento que esta inseguridad produce en la población ha desbordado la capacidad de respuesta de los servicios públicos de salud. Esos servicios, que difícilmente conseguían atender la salud de la población urbana en aumento, han de confrontar ahora crecientes necesidades de salud no equiparables a los recursos disponibles.
La presencia médico-humanitaria de MSF en Honduras se remonta a 1974, donde la organización intervino en apoyo de las personas afectadas por el huracán Fifí, y su acción fue reforzada tras el golpe de Estado que sufrió el país en 2009. Actualmente MSF trabaja brindando atención médico-humanitaria a aquellas personas y comunidades más afectadas por la violencia. Estas personas, habitantes de barrios marginales o pertenecientes a grupos discriminados socialmente, sufren también una mayor probabilidad de caer por el quebranto del acceso desigual a los servicios de salud. Nuestra acción médico-humanitaria lucha por conseguir el acceso efectivo de estas personas a una atención integral (médico/psicológica/social) que prevenga/mitigue las consecuencias de la exposición a la violencia (física o sexual). Menores, adultos, personas de la tercera edad que viven en comunidades de mayor vulnerabilidad y personas en situación de calle reciben el apoyo directo de MSF. En el primer año de actividad a pie de calle MSF logró atender a más de 2,500 de estas personas. Una de cada tres padeció algún evento de violencia en los seis meses precedentes. Los problemas de salud más prevalentes incluyen patologías traumáticas, condiciones relacionadas con la salud sexual y reproductiva y trastornos de salud mental. Tras el trabajo de detección activa y primera atención de necesidades de salud estas personas son referidas a centros públicos de salud, donde MSF hace posible la provisión de servicios integrales de salud, así como la continuidad del tratamiento.
Sobrevivientes urbanos es una presentación multimedia producida por Médicos Sin Fronteras/Médecins Sans Frontières (MSF) en colaboración con la agencia fotográfica NOOR y Darjeeling Productions, que destaca las necesidades humanitarias y médicas que existen en barrios marginales alrededor del mundo.
Ciudad de Guatemala, Guatemala. La violencia sexual es uno de los problemas médico-humanitarios más preocupantes y desatendidos en Latinoamérica. En 2011, una encuesta realizada por MSF en dos de las áreas de Ciudad de Guatemala más sacudidas por la violencia, una de cada cuatro chicas adolescentes refirió haber sufrido algún tipo de violencia sexual en el último año. Cada año se producen miles de abusos sexuales en el país, pero un porcentaje mínimo los denuncia y un número aun menor recibe atención médica/psicológica. En ausencia de tratamiento temprano y adecuado, niñas, adolescentes y mujeres adultas quedan expuestas a embarazos no deseados, infecciones de transmisión sexual y consecuencias de salud mental más prologadas y severas. En Centroamérica se estima que más de un millón de mujeres tuvieron que acceder a interrupciones inseguras del embarazo en 2008, lo que dio lugar al 12% de las muertes maternas. En Guatemala la interrupción del embarazo es legal únicamente si corre peligro la vida de la madre. Niños, adolescentes y hombres adultos no enfrentan la posibilidad de embarazo no deseado, pero el riesgo de infecciones de transmisión sexual así como el impacto sobre su salud mental e imagen personal siguen muy presentes.
MSF inició su acción médico-humanitaria dirigida a atender a las víctimas de violencia sexual en Ciudad de Guatemala en 2008. En colaboración directa con el Ministerio de Salud y el Ministerio Público, MSF ha atendido a cerca de 4 mil víctimas de violencia sexual y brindado más de 6 mil consultas de seguimiento. Todas ellas personas que con la ayuda de estos servicios han conseguido sortear un sinfín de obstáculos —desde la vergüenza, el miedo, el estigma hasta la desconfianza en los servicios locales de salud— para buscar y obtener la ayuda médica. Desde un enfoque multidisciplinar, MSF ofrece pruebas y el tratamiento necesario para prevenir VIH y otras enfermedades de transmisión sexual, cuidado de posibles contusiones y lesiones, atención psicológica y apoyo social. A finales de 2012, tras cinco años de atención ininterrumpida a víctimas de violencia sexual y de apoyo a las estructuras de salud locales, MSF traspasará los servicios de atención médica/psicológica a las autoridades sanitarias guatemaltecas.
Puerto Príncipe, Haití. Durante la explosión demográfica de los años noventa Puerto Príncipe se volvió crecientemente hacinado y anárquico. Después de que ciertos grupos localizados comenzaran a acumular armas y a transformarse en pandillas se desató un ciclo de violencia. Los tiroteos y homicidios, junto con sanguinarias represalias, se volvieron normales y el estado de inseguridad resultante derivó en el aislamiento de las personas, en especial de aquellas que residían en las partes más remotas del distrito. Muchos sólo contaban con acceso limitado a servicios básicos. Después del terremoto de 2010 el número de personas sin techo aumentó dramáticamente y muchos de ellos no lograban obtener servicios médicos debido a que no podían costear el acceso al sistema privatizado de salud de Haití.
En años recientes MSF se ha convertido en uno de los principales proveedores de asistencia médica en los distritos empobrecidos de Puerto Príncipe, proporcionando servicios gratuitos de obstetricia, emergencia y atención de traumatismos para los habitantes de la ciudad. En el barrio marginal de Martissant MSF ha dirigido un centro de emergencias médicas de cuarenta camas desde el año 2006. En el centro MSF ofrece tratamiento para víctimas de violencia (incluyendo violencia sexual), proporcionando asistencia médica y psicológica. El equipo médico organiza actividades de cuidado de salud mental con sesiones psicoeducativas colectivas, consultas individuales y grupos de apoyo. También se proporcionan servicios de medicina interna, atención pediátrica y cuidado maternal.
Conclusiones
Resulta evidente que los entornos marginales pueden causar o exacerbar ciertos problemas severos y de gran repercusión en materia de salud, generando desafíos concretos para las mujeres, los niños y migrantes indocumentados. Esto es algo que no podemos ignorar. A medida que las ciudades continúen expandiéndose también se expandirán los barrios marginales.
A través de su trabajo en entornos urbanos a lo largo de las últimas décadas MSF ha sido testigo de cómo una población urbana en aumento ha creado una creciente necesidad de intervenciones humanitarias en zonas marginales. En muchos lugares la situación es tan grave que no puede ser descrita más que en términos de emergencia humanitaria. En estos proyectos MSF ha tenido que adaptar herramientas y procedimientos que originalmente fueron diseñados para zonas rurales, tomando en cuenta las condiciones locales y las tradiciones culturales. Un modelo que funciona correctamente en una clínica rural en el sur de Sudán puede resultar menos efectivo en los callejones de Mumbai o Puerto Príncipe, y un programa puesto en marcha en Kibera quizás deba ser adaptado en caso de que se quiera replicar en Karachi.
MSF ha tenido que desarrollar alianzas con autoridades regionales, ONGs locales y planificadores urbanos con la finalidad de crear un ambiente en el que los programas puedan ser implementados y administrados eficazmente, y en los cuales se pueda promover y fomentar la salud y la higiene. También ha sido importante trabajar con la población local con el objetivo de transmitir sus intenciones y proporcionar algún tipo de agencia a aquellos sectores de la población frecuentemente olvidados y discriminados. ®