Es meritorio que una ciudad tan idealizada como Barcelona sea mostrada en su lado menos amable, pero deja de serlo cuando la supuesta preocupación del cineasta por mostrar las consecuencias negativas de la globalización es sólo el adorno gris para una historia que requería de un decorado deprimente para poder desarrollarse, aunque en realidad la agonía de Uxbal tenga poco que ver con el contexto en que se despliega.
Hace meses se hizo muy popular en Twitter el hashtag #SufrocomoPrecious, en referencia a la cinta ganadora de dos Óscares de la Academia el año pasado, que narraba la historia de una adolescente negra y pobre, madre de un niño con síndrome de Down, abusada por su padre, embarazada de nuevo y con sida. Era una de las tantas ironías que los usuarios de esa red social suelen elaborar tomando elementos del cine o la cultura pop.
Precious (2009, Lee Daniels) está muy unida a la película mexicana Biutiful (2010), de Alejandro González Iñárritu, no sólo en la pretendida ironía de su título, sino en la intención de explotar el drama hasta sus últimas consecuencias, aunque eso implique caer en la caricatura y la exageración.
En Precious el drama de su protagonista se aligeraba con algunas perlas de humor a cargo de unos números musicales que la sufrida heroína imaginaba para evadir su realidad, cosa que hizo que aquella película me gustara. En la cinta del director de Amores perros (2000) y 21 Gramos (2003) no hay espacio para algo que no sea puro drama.
Hacer una película fundamentalmente dramática y depresiva no es en sí mismo algo condenable. Michael Haneke, Werner Herzog y Lars Von Trier han levantado verdaderas obras maestras cuya característica principal es la asfixiante atmósfera que lleva a sus personajes a un destino inexorablemente trágico. El problema surge cuando el drama no pretende otra cosa que infligir una dosis de inaudito sufrimiento al público, buscando no contar una historia o hacer una denuncia, sino simplemente la explotación del dolor ajeno, con el fin de que los creadores presuman de su supuesta sensibilidad.
Hay una tendencia que los argentinos de la revista El Amante han definido como “choronga”. Al decir de ellos, choronga es la necesidad de algunos cineastas de poner tanto drama grandilocuente como sea posible en una película para ocultar su vacío argumental y conceptual.
Sería una arquetípica película choronguista el filme A beautiful mind (2001, Ron Howard).
Según los redactores de El Amante, lejos de ser cine importante y profundo, el cine choronga es superficial y vacío. Entre otras cosas porque su pretendida importancia sólo logra trivializar los temas serios y profundos que trata al reducirlos a sofismas baratos, digeribles y, sobre todo, tranquilizadores para la audiencia.
Hacer una película fundamentalmente dramática y depresiva no es en sí mismo algo condenable. Michael Haneke, Werner Herzog y Lars Von Trier han levantado verdaderas obras maestras cuya característica principal es la asfixiante atmósfera que lleva a sus personajes a un destino inexorablemente trágico.
El cineasta español Nacho Vigalondo se preguntaba en su blog —antes de que fuera arrasado por los intolerantes que provocaron su salida de El País— cuál era la razón por la que hasta las películas de superhéroes como Superman returns (2006, Bryan Singer), concebidas para el entretenimiento del publico infantil-juvenil, vengan cargadas de una prosopopeya que, en una cinta de ese tipo, sólo puede causar aburrimiento, cuando no risas involuntarias. De ahí, explicaba el director de Los cronocrímenes (2008) que la saga de Iron Man (2008 y 2010, Jon Favreau) sea tan querida por el público, ya que se permite la ironía ausente en la mayoría de estas películas.
Ciertamente, no se trata de una tendencia que se reduzca estrictamente al cine; hay una especie de dinámica social que nos condiciona a tener un discurso pretendidamente sensible y comprometido, con el cual demostremos constantemente qué tan buenas personas somos. La ironía, el comentario inteligente y la burla están proscritas.
Hay varios lugares comunes en estos dramas, el favorito de todos: enfermedades terminales.
Si antes los chicos con retraso mental y síndrome de Down eran la norma, desde la brillante Forrest Gump (1994, Robert Zemeckis) hasta la patética Me llaman radio (2003, Michael Tollin), sin olvidar a ese icono televisivo de la explotación de personas con síndrome de Down llamado Corky, la vida continúa (1989–1993, ABC). Ahora la moda la imponen los cánceres, los sidas, las leucemias, los alzheimers y cualquier otro mal que lleve al protagonista a sufrir una larga y penosa agonía.
Es comprensible que la proximidad de la muerte sea un tema común el cine, después de todo, no debe haber un momento en la vida en que una persona se haga tantas preguntas sobre sí mismo y sobre el camino que ha recorrido que cuando un doctor le anuncia que la muerte tiene fecha de arribo. Mientras la muerte permanece como un destino inexorable, aunque lejano, no solemos detenernos a pensar en ella. En cambio, cuando esta muerte tiene hora y fecha de llegada es normal que nuestro temor a ella nos lleve a autoexaminarnos y cuestionarnos. El problema comienza cuando una película utiliza esto no como punto de partida para reflexionar sobre cosas importantes o para contar una historia interesante, sino como recurso facilón para buscar lágrimas en el público, a través del morbo.
Wit (2001), una excelente película para la televisión, dirigida por Mike Nichols y protagonizada por Emma Thompson, desarrollaba la historia de una mujer enferma de cáncer en los ovarios que enfrentaba su situación con un amargado humor. La subvalorada serie de televisión Glee (2009 y sigue) ha tratado con humor negro temas realmente serios, como la difícil vida de un estudiante en silla de ruedas, la integración de personas sordomudas al sistema escolar estadounidense, y hasta se atrevió, en su genial primera temporada, a tratar a las personas con síndrome de Down desde una perspectiva cómica e irónica.
Como espectador, prefiero esos enfoques a los habituales melodramas lacrimógenos que buscan conmoverme a la fuerza.
Biutiful
Biutiful es una película que cuenta el calvario de Uxbal (Javier Bardem), un hombre sacrificado que vive en un barrio de Barcelona; trabaja como enlace entre jíbaros senegaleses, policías corruptos e inmigrantes que trabajan en fábricas clandestinas; cuida a sus dos hijos, luego de obtener la custodia de ellos, porque su madre es una prostituta alcohólica que padece un trastorno bipolar, además de acostarse con su hermano, un pobre drogadicto bueno para nada. Uxbal se encuentra con que tiene un cáncer de próstata en etapa terminal. Este descubrimiento lo llevará a revisar su vida, con ánimos de redimirse y dejarle un futuro mejor a sus hijos. Como un agregado que no aporta nada a la película, Uxbal también tiene el poder de comunicarse con los muertos.
La primera contradicción viene con la extraordinaria fotografía de Rodrigo Prieto, quien busca belleza en el horror que fotografía de manera prolija, bien sea un vagabundo que duerme en las calles de Barcelona o una miserable fábrica clandestina con trabajadores inmigrantes explotados. Así, ocurre una extraña contradicción entre la estética y la ética: la visión que Iñárritu encomienda enfocar a Prieto no es la de un cineasta interesado en denunciar sino la de un turista del sufrimiento. Biutiful nos muestra la cara de Barcelona que Woody Allen ocultó en la fallida Vicky Cristina Barcelona (2008), también incorporada por Bardem, pero no lo hace con ánimo de denunciar, sino para desplegar su oscuro melodrama.
La primera contradicción viene con la extraordinaria fotografía de Rodrigo Prieto, quien busca belleza en el horror que fotografía de manera prolija, bien sea un vagabundo que duerme en las calles de Barcelona o una miserable fábrica clandestina con trabajadores inmigrantes explotados.
Es meritorio que una ciudad tan idealizada como Barcelona sea mostrada en su lado menos amable, pero deja de serlo cuando la supuesta preocupación del cineasta por mostrar las consecuencias negativas de la globalización —inmigración, pobreza, mafias que trabajan en la piratería, etc.—, es sólo el adorno gris para una historia que requería de un decorado deprimente para poder desarrollarse, aunque en realidad la agonía de Uxbal tenga poco que ver con el contexto en que se despliega.
Incluso el guión de Iñárritu tiende a repetir la peor tara que afecta a su exsocio Guillermo Arriaga: la condena moral a sus personajes desde una perspectiva conservadora.
¿Qué necesidad había de que los dos “empresarios” chinos que tienen a sus compatriotas ilegales trabajando en condiciones de esclavitud fueran homosexuales y que, además, su historia termine con un desagradable crimen de uno contra el otro? Igualmente, ¿qué necesidad había de que la esposa de Uxbal fuera una prostituta-bipolar-alcohólica-malamadre y demás defectos, que no buscan otra cosa que nuestro desagrado, para así sentir más lástima por el protagonista?
El único punto fuerte de la película son las actuaciones, destacando a Maricel Álvarez, construyendo con admirable contención a la esposa de Uxbal. Tratándose de un personaje tan caricaturesco que en manos de cualquier actriz pudo prestarse para el exceso y la sobreactuación, Álvarez, quien nunca había actuado en cine, lo defiende con maestría.
Lo de Javier Bardem es capítulo aparte. El actor español realiza la mejor actuación de su carrera, lo que es decir bastante ya que hablamos de uno de los mejores intérpretes del cine contemporáneo. De hecho, la credibilidad de la que carece la historia se la aporta este actor, cuya presencia es poderosa y demoledora en cada escena. Si no fuera por él esta cinta sería infumable.
Sólo al final, luego de que han transcurrido unas dos horas de película fallida, figura un segmento que parece salido de otro filme. Ese tránsito amargo, pero al mismo tiempo sosegado, hacia la muerte al que Bardem nos conduce, como ya lo hiciera en Mar adentro (2004, Alejandro Amenábar), está muy bien logrado, alcanzando aquí la humanidad y sensibilidad que la película torpemente buscó en las excesivas dos horas anteriores.
Pero cuando por fin se logra una coherencia en la película ya es demasiado tarde. ®
Miguel Angel Bolaños González
Me parece risible como el público que gusta de calvarios protagónicos en películas como Biutiful se toma TAN personal una simple crítica.
En ese caso gente, si no les gustó la crítica pues no la lean «y tan tan.»
Amores Perros me parece grandiosa, 21 Gramos es interesante y amena pero Babel si se me hizo una basura total. Solo entré al cine a ver Biutiful por Bardem y la verdad quedé satisfecho. Es un deleite ver a ese hombre en la gran pantalla PERO la forma de contar trama es como la historia de la mujer sin pierna y perrito bajo el piso de Amores Perros solo que elevada a la quinta potencia. MALA manera de contar una buena historia. Sin las exageraciones redundantes para desgraciar a Uxbal la película pudo ser excelsa… pero dista mucho de ser así.
John Manuel Silva
Hola, soy el autor del post.
Es sorprendente como, para defender a la película, no recurren a argumentos cinematográficos, sino a descalificaciones personales (toda la cursilería sobre «mi juventud» y la falta de «experiencias duras en mi vida») y al remanido argumento de «si no te gusta, pues no la veas».
Oígan, sin ánimos de agredir, pero, ¿ustedes habían leído críticas de cine antes?
Imagínense si los críticos de cine sólo vieran películas que de ante mano saben que le van a gustar, o que la respuesta a las críticas sea un pseudoanálisis psicológico que parece sacado de un manual para principiantes. Psicologías para dummies, podría llamarse. Yo llevo cinco años escribiendo críticas de cine en mi país (Venezuela) y ahora lo hago aquí, y sobra decir que no me mueve ningún trauma personal. Por favor!!!!!!!
Me gustaría responderle a JLBRK cuando comenta que «no me gustan» los temas que trata la películas. Mí crítica va por el lado contrario, no es que no me gusten, sino que me parece que el tratamiento de Iñárritu es moralista y mediocre. Los homosexuales son dos perversos «empresarios», capaces de dejar morir a decenas de inmigrantes y que mantiene una sórdida relación que termina en un abominable asesinato. Las mujeres son inestables; el personaje de la esposa de Uxbal, bordea la caricatura absoluta, es un estereotipo despreciable.
Y así… Más que una cinta social, Biutiful parece un capítulo de Mujer, casos de la vida real, pero más fuertecillo.
Prolijamente filmado, sin duda, Iñárritu es grande tras la cámara, pero el contenido de casi todos sus films flaquea. Sólo hago la excepción de Amores perros, que en lo particular me parece una gran película; la cinta que llevó al cine mexicano el siglo XXI. Yo espero que Iñárritu tome esa senda y nos vuelva a sorprender.
Gracias por sus comentarios. Saludos.
hugo barbosa
JLBRK
MAN… TOTALMENTE DE ACUERDO CON TU COMENTARIO!
si no te laten filmes de este tipo lo mejor es NO verlos.. y tan tan..
JLBRK
Híjole mi estimado John Manuel, yo tengo una teoría, o eres muy joven, o eres una persona muy insensible. Neta, el decir que » Es comprensible que la muerte sea un tema común en el cine», es risible. Mi estimado, la muerte es EL tema que define nuestra condición de humanos, y luego dices cosas como «Ahora la moda la imponen los cánceres, los sidas, las leucemias, los alzheimers y cualquier otro mal que lleve al protagonista a sufrir una larga y penosa agonía», lo cual es como decir que las enfermedades terminales son, para tí, nada más que una moda de hueva, que para qué discutirlas si son temas tan desagradables. Mejor nos quedamos con Forrest, que tendrá síndrome de Down pero es muy simpático. Supongo que a tí la vida nunca te ha propiciado una madriza, verdad? qué bueno, ojalá nunca te pase. Por otro lado, Iñárritu siempre se ha caracterizado por retratar personajes en situaciones jodidas, el tipo q se enamoró de la esposa de su hermana, el esposo que se le muere la esposa en sus brazos, el ex convicto que se volvió cristiano y tiene que luchar con sus demonios para sacar a su familia adelante, etc. Moralizante Iñárritu y/o Arriaga? Pues eso es discutible, sí te muestran a personajes que cayeron de gracia, pero quién los juzga? sus acciones son determinadas por ellos mismos. En fin, Biutiful puede ser mala película, pero los temas que Iñárritu toca son temas universales, no de hueva, si su fórmula no funcionó como debía, pues esa es otra cuestión, ahí si puedo coincidir contigo, pero no me vengas a decir que Forrest es «brillante», ni que tocar temas que no te parecen agradables (homosexualidad, crimen, pobreza, enfermedades terminales, enfermedades mentales) es de mal gusto, por favor, ahora bquién es el moralino, tú o Arriaga e Iñárritu?
Franco Aldaco
Ví la película y podríamos enumerar una serie de críticas y hasta cierta falta de ética en la forma de presentar las situaciones. Pero no podemos ocultar el poder de las historias de Iñarritu, esta vez ya sin el llorón inoportuno de Arriaga. Me quedaron 2 certezas: la primera: Iñarritu como director de filmes está a años luz de la media nacional. y 2: La mejor actuación de Bardem no puede habitar ni siquiera en una película mediocre. Es decir, a la conclusión que podemos llegar es que un director con tan pocos filmes hechos, algo tendrá de talento como para hacer que estemos pendientes de todas sus películas, aunque sea para criticarlas. Decía Ingmar Bergman, quien siempre tuvo una predilección por trabajar con personajes grises y desolados «La vida es una ininterrumpida e intermitente sucesión de problemas que sólo se agotan con la muerte». Aunque para dramas me quedo con Ingmar que con la gran pretenciosidad de Biutiful, pero si me ponen la melosa Vicky, Cristina, Barcelona, prefiero a su antítesis, lo cual ya es digno de reflexión.
hugo barbosa
Se nota a leguas que en tu vida has tenido una experiencia que te haga filosofar tu vida entera…. si creo que hay puntos de biutiful que son en extremo manejados para hacer «dramas desgarradores» que tanto le gustan a Iñarritu.
May Robles… Forresto Gump es una historia que no toca las fibras filosofales, entretiene y mucho, Hanks es encantador comediante y atrapa su manera de ser y actuar.
Lo que Alejandro pretendìa era removerte las fibras, y lo logra bien. en 21 gramos tanto en Biutiful.
y yo creo que si DEBEMOS sentirnos mierda por lo que somos porque eso somos… siendo capaces de tantas cosas, solo podemos matarnos, ignorarnos, abusarnos, y más. La cuestiòn moral esta comprometida por sentimientos de envidia, ira, posesión y de más.
Babel a mi parecer SI es un filme fallido, que le sobran como 25 minutos de historia (la de la japonesa) y que además terminó de trillar la estructura tarantinesca de las historias que se mezclan.
por otra parte, creo que si no te gustó el filme, no lo hace ser un filme fallido. Por el contrario, yo he leido por ejemplo estudios de la concepcion de Rodrigo Prieto e Iñarritu sobre aspectos de la fotografía y de más cinematografia que me parecen no solo adecuados si no que Alejandro como director esta gozando de una gran soltura creativa que le permite explayar su potencial visual a través de elementos Técnicos del cine.. para ello refierote al articulo de American Cinematographer que se le dedicó al trabajo de Rodrigo Prieto, quien lo quieras aceptar o no.. revolucionó la cinefotografía en mexico a tal nivel que los jovenes no pueden dejar de seguir sus pasos (aunque a ellos no les salga bien)
No todo el cine debe ser entretenimiento, habemos lectores y espectadores para todo. Si no te gusta este tipo de cine, no lo veas, y sobretodo no intentes vaciarlo de contenido cuando en la idea de analizar la misera humana, nunca hay vacio. En la idea de desprestigiar el análisis si veo mucho vacio.. vacio de tu ser, que jamás te has hecho la pregunta quintaesencial del filosofo, de aquel que tiene sed de saber que hay mas allá de su carne y por tando de su propia vida.
Es muy fácil comparar Biutiful con Iron Man? no inventes mano.. estas errando el camino.. nada que ver.. si te gusta la trivialidad no te acerques a filmes de este tipo.. yo una vez redactè en revistas sobre cine y te cuento algo, jamás me dedique a la critica porque hacer eso es muy sencillo… yo te invito a que intentes hacer una pelicula y estrenarla en los cines y a ver que tal la batalla. despedazar el trabajo de los demás desde una perspectiva de comodidad APESTA…
dime como puedes decir que la mejor actuacion de la carrera de Bardem sale de un filme fallido.. vaya incongruencia señor.
Si no puedes hacer buena critica, haz reseña.. pero este articulo la verdad me pareció solo pretencioso de enseñar que viste Breaking the Waves o Grissly Man o no sé.. que tu intención verdadera de hablar del filme de Iñarritu.
La filosofía del ser no es para cualquiera…
may rovles
Fuera de si se trata de una opinión más o de si John Manuel es experto o no, a decir verdad resulta interesante la perspectiva desde la cual se realiza el análisis de Biutiful y el cine en general.
De igual manera, también considero que en diversas películas, dícese mexicanas o extranjeras, se llega a la exageración dramática y más que salir con un buen sabor de boca, uno sale de las salas con aquel hueco sintiéndose mierda por lo que somos o lo que existe en este mundo.
Finalmente, considero que es cierto, se puede lograr un gran filme basado en situaciones crudas y complicadas de la vida, sin buscar el sufrimiento extremo del espectador. Por ejemplo, a mí me encantó Little Miss Sunshine, película que trata con humor sarcástico aspectos profundos. Y ni qué decir de la ya mencionada Forrest Gump; encantadora!
José Candás
Víctor dice que ler resultó insoportable desde «Babel», pero a mí desde «Amores Perros» me resulta infumable y no entiendo qué le ven a este publicista con pretenciones de cineasta de arte. Su cine es reaccionario, moraloide, determinista y lo que es peor, abunda en escenas inútiles y en situaciones estúpidas (¡El perro bajo la duela en «Amores perros», por Dios!).
De verdad, no es que se le tire mala onda, es que es el heredero de los peores rasgos del cine mexicano jodidista, pero barnizando todo con una capa fotogénica y artificial, que denota que como cineasta es un gran realizador de anuncios: filma con mentalidad de señora de sociedad que hace obras de caridad nomás para conmover en plan facilote a clasemedieros con complejos de culpa. Que lo disfruten los donantes del teletón, yo paso.
Amelia
Yo creo que es cuestión de opiniones, a unos les gusta, a otros no. Cada director pretende decir con su obra algo que seguramente a otro no le gustará o no diría, una realidad que negaría aunque estuviera en ella. El cine es un lenguaje y como tal se expresa de diferentes formas. ¿Pero que sea una cinta fallida?, la están nominando por todos lados, por gente que lleva años en el cine en todos los sentidos, y un tipo al que solo le gusta, lo ve, lo analiza desde su particular punto de vista, y emite una crítica (disculpa, no sé si eres director, actor, guionista, jurado en algún evento reconocico, ni cuánto tiempo llevas en el medio)válida, porque a fin de cuentas todo mundo tiene derecho a opinar aunque la mayoría de esas opiniones no sirvan para nada, nos dice aquí que es una película «fallida». ¡Por favor!, a ti no te gustó y aquí dices por qué y se acabó, no juzgues más allá de eso porque no tienes ninguna calidad para hacerlo, solo faltó que tu y la otra chava dijeran que su opinión vale más que la de los críticos de Cannes, de los premios Goya y de todos (muchos) los que están nominando a la película por todos lados. Yo por mi parte me enorgullesco de que los mexicanos destaquen en un medio como este, que parece propiedad exclusiva de Hollywood.
victor solis tapia
Desde «Babel» Iñárritu me resultó INSOPORTABLE. No fuí ni pienso ver esta pelicula de «Biutiful». Los personajes de «Babel» me fueron tan poco creíbles, y las situaciones que pasaban tan jaladas, que por favor… hay indocumentados que no vienen ni al velorio de sus familiares más cercanos por no perder los trámites de ciudadanía o por no arriesgar la pasada en la frontera. Y resulta que la doña aquella se viene a la boda y todavía con los niños… ay Dios mio.
Jorge García Orozco
Coincido con este excelente artículo. Existieron otros recursos, salí del cine y me sentí abrumado pensando en que mi vida era casi perfecta. Claro salí del cinepolis que se encuentra en Ciudadela y me subí a mi Mercedes Benz (viejo).
Pero creo que ese es el fin de la película, que sientas que tu miseria es mucho menor de la que crees.