Un chilango en Guadalajara

Las fronteras de un diccionario

Vaya ironías, el Chilangonario se presentó por primera vez en esta edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y después será hasta la Ciudad de México en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.

Conozco a Alberto Peralta desde hace más de un lustro cuando su diccionario ahora bautizado como Chilangonario llevaba sólo el largo nombre de Vocabulario de supervivencia para el visitante de la Ciudad de México. Y tal vez, por el esfuerzo de publicarlo y sus confesiones en alguna cafetería de la Ciudad de México de renunciar a ser escritor ―hace ya algunos años, también― fueron razones suficientes para sentirme entusiasmado al ver que por fin forme parte de la colección Jijos del Chingonario de la editorial Algarabía en coedición con Lectorum.

Busco la palabra “chilango”, se encuentra en la página 103. Me gustaría ver definiciones más complejas de lo que es ser chilango, el diccionario completo tal vez nos pueda dar un acercamiento para entenderlo. Las acepciones de esa palabra son dos: “Falso genticilio para el habitante de la Ciudad de México, usado en ocasiones en forma despectiva” y la segunda, “Habitante, nativo de la Ciudad de México”.

Ahí mismo el Chilangonario agrega ejemplos con los cuales aterriza cada una de las palabras que el autor va definiendo con el objetivo de que personas extranjeras tengan una herramienta práctica y lúdica para lograr sobrevivir en la ciudad. Dice: “Ese güey anda tirando basura, claro, tenía que ser chilango”.

De las varias veces que he vivido en Guadalajara recuerdo una imagen, a principios de este siglo había un espectacular colgado en alguna avenida de esta ciudad, en él aparecía aquel cómico de televisión ya fallecido, Miguel Galván. Ahora no recuerdo si con un uniforme de rayas, el caso es que intentaba transmitir una idea claramente discriminatoria. La idea general era que si ensucias la ciudad te vas al tambo (cárcel, penitenciaría. Sinónimo de Bote, frescobote, tambo, tabique, sombra, chirona, galeras, peni, tanque, cana). Así que en resumen serás señalado frente a todos alrededor como un asqueroso chilango.

Por esos tiempos, el mismo Galván, en un comercial del BITAL (Banco Internacional), donde personificaba a un presunto delincuente que tras las rejas de una prisión relata con su respectivo cantadito defeño cómo intentó asaltar a una persona y para ello el hombre como rasgos de “chilango” ―nariz de chile y cara de chango― “le saca la tartamuda”, es decir, “ametralladora, rifle de repetición. Sinónimo o relacionado con metralleta, fusca, fierro, plomo, cuete”, (se lee en el Chilangonario en su página 288).

Vaya ironías, el Chilangonario se presentó por primera vez en esta edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y después será hasta la Ciudad de México en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería. Le pregunto a María del Pilar Montes de Oca Sicilia, directora editorial de Algarabía, cómo le fue al diccionario en esta ciudad, cuando existe una relación amor-odio entre algunos habitantes de ambos lugares. Ella evidentemente me responde “muy buena recepción, asombrosa porque no es rechazo es como intentar comprender”.

Durante la presentación el cantante Jaime López leyó el prólogo que aparece en el libro, en unas de sus partes se puede leer que: “Chilangolandia, la Capirucha, Ciudad de México, el Chilaquil [palabra que no encontré en el diccionario] el Defe es una gran frontera. Y como toda buena frontera, el dinamismo le es inherente. Una lengua en movimiento está viva. Y cómo la materia viva, es difícil atraparla, disecarla, clasificarla, sobre todo en un diccionario”.

Agrega que él no está “tan de acuerdo con que chilango es el que llega ahí y se naturaliza, insisto, en la frontera quién es de ahí, la frontera para mí no es lo que divide sino lo que hace el confluir a más de una cultura, por lo tanto a veces salen cosas aberrantes, a veces hermosas, al final de cuentas chilango yo no sé de dónde venga…” Tampoco creo que le interese demasiado. ®

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Publicado en: FIL, Noviembre 2012

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