Historias del viejo Irán

Poulet aux prunes y Broderies, de Marjane Satrapi

¿El noveno arte? ¿Literatura para iletrados? ¿Entretenimiento ligero para niños y adolescentes? Esto y más se ha dicho sobre el cómic, que no adquirió una dimensión más seria, un público adulto y un discurso teórico sino hasta la segunda mitad del siglo XX, en Europa, Estados Unidos y Japón, a pesar de que su origen se remonta a principios de 1830.

Actualmente, en las bibliotecas públicas de Francia no es extraño encontrar grandes secciones dedicadas a esta forma de expresión que, si bien solemos categorizar como parte de la literatura, se acerca más al cine, gracias al elemento visual, pero también al ritmo de la historia, a los juegos temporales y a ciertos elementos sonoros, como las onomatopeyas y la voz en off. Uno de los cómics que justamente se encuentra en cualquier biblioteca pública francesa y que muestra claramente la relación entre este género y el cine es Poulet aux prunes, traducido al español —ibérico— y publicado por Norma en el 2006 como Pollo con ciruelas; la versión cinematográfica está en cartelera desde noviembre del 2011. Se trata de la obra más reciente de Marjane Satrapi, historietista de origen iraní y descendiente de la dinastía persa que reinó poco más de un siglo hasta que su último representante —y bisabuelo de Marjane— fuera depuesto en 1925.

En sus cómics, Satrapi —avecindada en Francia desde hace más de veinte años— narra algunos episodios de la vida de su familia en Irán en los años que preceden y siguen inmediatamente a la revolución de 1979, en la que una república islámica teocrática reemplazó al régimen monárquico, cambiando radicalmente la vida de las mujeres, quienes encontraron sus derechos restringidos, empezaron a usar velo de manera obligatoria y se vieron segregadas en la vida pública, desde el salón de clase hasta la playa, pasando por el transporte colectivo.

No obstante la seriedad del contexto, tan propenso a despertar nuestros prejuicios, Poulet aux prunes —reconocido con el premio a Mejor obra en Angulema 2005­— narra una historia atemporal de amor y desamor, de esperanza y desesperanza, comprensible en cualquier cultura. Se trata de la historia de Nasser Ali, tío abuelo de Marjane y músico virtuoso quien, al ver destrozado su amado tar, intenta reemplazarlo pero, al no poder encontrar un instrumento con la calidad del suyo, decide morir. El libro nos muestra, con dibujos a blanco y negro, los últimos días de Nasser Ali, sus reflexiones, sus recuerdos, sus sueños y miedos, sus relaciones cercanas y, sobre todo, nos cuenta la historia tras su inmenso amor por el tar en cuestión.

La historia es encantadora, su tono ligero está salpicado de un humor inteligente y de la cotidianidad de una cultura lejana. Los personajes son profundos y verosímiles, y los dibujos transmiten persuasivamente el amplio espectro de las emociones y los sentimientos humanos.

La historia es encantadora, su tono ligero está salpicado de un humor inteligente y de la cotidianidad de una cultura lejana. Los personajes son profundos y verosímiles, y los dibujos transmiten persuasivamente el amplio espectro de las emociones y los sentimientos humanos.

Poulet aux prunes comparte muchos rasgos con Broderies, su antecesor inmediato —también traducido en España y publicado por Norma bajo el título de Bordados—, como los dibujos que apuestan más por la sencillez y la expresividad que por el detalle o el realismo, el corte intimista y costumbrista que permite sentir empatía por los personajes, y un ambiente que permite que uno se sienta como en casa y con sus propios parientes. Broderies, sin embargo, explora más a fondo el humor, la irreverencia y la ironía. Este volumen, nominado también para Mejor obra en Angulema, retrata una plática de sobremesa en la que sólo participan las mujeres de la familia, precedidas por la aguda y opiómana abuela. La conversación gira en torno a las experiencias propias y ajenas —“pues no hay nada mejor en el mundo que hablar a las espaldas de los demás”— y, como cualquier buena sesión de chismes, mezcla los ingredientes esenciales: sexo, romance y traición. Las mujeres departen junto a una buena taza de té, pero nunca aparecen las anunciadas manualidades pues, en realidad, los bordados del título son de un tipo muy distinto…

Vale la pena trascender los prejuicios que rodean al cómic y darle una oportunidad a estos dos volúmenes, a su humor, a su sensibilidad, a su aguda percepción de la naturaleza humana. Vale la pena, también, conseguirlos juntos, ya que se leen muy rápido y uno se queda con ganas de más. ®

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Publicado en: Cómic, Febrero 2012

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