El rey tlaxcalteca de Colotlán

Una insurrección indígena durante la Colonia en la Nueva Galicia

Carlos Ruiz Medrano descubrió el expediente de una sublevación en una región inhóspita de la Nueva Galicia, a ese legajo le dedicó dos años de estudio y el producto es Las sombrías aventuras del rey tlaxcalteco Juan Vicencio de Córdova y los rebeldes de Colotlán, Jalisco, 1777–1783.

El mapa de la conquista del actual territorio de Jalisco.

El mapa de la conquista del actual territorio de Jalisco.

Hay historias que duermen el sueño de los justos… hasta que alguien las descubre, les sacude el polvo y las airea para que tengan una segunda vida. Carlos Ruiz Medrano descubrió un expediente completo de una sublevación en una región inhóspita de la Nueva Galicia, a ese legajo le dedicó dos años de estudio y el producto es el libro Las sombrías aventuras del rey tlaxcalteco Juan Vicencio de Córdova y los rebeldes de Colotlán, Jalisco, 1777–1783 (Colegio de San Luis, 2011).

Se trata de una insurrección indígena durante la Colonia en lo que hoy es el norte de Jalisco y el suceso es novedoso porque ahí se discuten ideas de libertad y de soberanía, treinta años antes del inicio de la Guerra de Independencia. “Me parece uno de los antecedentes más notables de un discurso político de autonomía, que antes no percibimos en la Nueva España. Y está surgiendo en las Fronteras de San Luis de Colotlán”, afirma Carlos Rubén Ruiz Medrano, historiador del Colegio de San Luis (Colsan), quien nunca ha puesto un pie en Colotlán pero habla con emoción de esta historia que esperó más de dos siglos para volver a ser contada.

—Cuando se encuentra con el expediente, ¿qué es lo que le atrae del movimiento?

—Veo dos elementos que se piensan antagónicos: por un lado, los indígenas contratan en México abogados que les litigan sus demandas por conflictos de tierras, de vulneración de derechos y al mismo tiempo acuden a la vía armada. Desde su punto de vista no había una contradicción, Juan Vicencio lo señala: “De qué nos sirven tantos privilegios si no somos capaces de defenderlos”. Esa es una afirmación importante, ahí veo a un líder que comienza a condensar el malestar social en una prédica o discurso que podemos llamar cuasi revolucionario.

”A diferencia de otros indígenas de otras regiones, los de Colotlán tenían el permiso de montar a caballo, de poseer armas, no pagaban tributos y tenían el título de hidalgos. La Corona les hizo este tipo de concesiones con el fin de pacificar la zona chichimeca, a finales del siglo XVI, tras cuarenta años de guerra. Bajo este acuerdo, Colotlán se funda en 1591 con familias tlaxcaltecas emigradas del centro, españoles e indígenas nativos de la zona.

”Esta zona fue de agitación política y social, e incluso étnica. Hubo una rebelión anterior (1702) cuando los nativos de Nóstic (Mezquitic) se manifestaron en contra del capitán protector (el encargado del virrey en la zona) y lo mataron en Colotlán. Esto indica que los indígenas de ahí tenían una concepción de la ley española muy clara y sofisticada, y cuando no eran acatadas sus demandas normalmente acudían a la insurrección.

—¿Qué provoca la agitación política en la rebelión de 1777?

—Comienza con el arribo del capitán protector, Felipe del Villar, que comienza a vulnerar los privilegios de los indígenas. Los quiere desarmar, de hecho propone la desaparición de la jurisdicción, les quita el agua de sus labores y los manda azotar por leves motivos.

Esta zona fue de agitación política y social, e incluso étnica. Hubo una rebelión anterior (1702) cuando los nativos de Nóstic (Mezquitic) se manifestaron en contra del capitán protector (el encargado del virrey en la zona) y lo mataron en Colotlán.

”El descontento lo encabeza el teniente Juan Vicencio de Córdova y los gobernadores de los tres barrios de Colotlán. El grupo inicia un proceso legal en contra del capitán protector ante la Corona y para ello contrata a un abogado, mientras comienzan a colocar personas afines al movimiento en los distintos cabildos de los pueblos de la región.

“Me voy a permitir una reflexión personal”, dice el académico, que para trabajar este tema hizo una estancia de un año en la Universidad Autónoma de Zacatecas. “Siempre pensamos que los indígenas, en la Colonia, no tenían derechos. Eso no es exacto. Había una violencia muy fuerte contra ellos, pero también tenían determinados privilegios: cuando hablamos de pueblos de indios hablamos de una categoría jurídica y fiscal que les entregó la Corona. Era una manera de conciliar la explotación con la organización territorial. Eso sucede en los doscientos años de los Habsburgo, pero cuando arriban los Borbones a la Nueva España comienza un programa reformista que provoca tensiones. Los Borbones colocan a todos los indígenas en una misma escala como vasallos del monarca y tienen que pagar tributo. Con la llegada del virrey José de Gálvez se inicia este programa reformista y se despacha a funcionarios que comienzan a actuar como verdaderos sátrapas regionales”.

—¿Quién es Juan Vicencio de Córdova, el líder de esta insurrección?

—No era indígena, era mestizo, hijo ilegítimo de un capitán español, Hernando Fernández de Córdova, que venía de la zona de Andalucía. Los Fernández de Córdova fueron miembros de una nobleza que se remonta a la época de la reconquista, cuando expulsaron a los moros de Granada. Su padre acudió a la región de Colotlán y abandonó la vida española: dejó de hablar castellano, aprendió “tocho” (un náhuatl corrupto que se hablaba en la zona), estuvo amancebado con varias indígenas, tuvo varios hijos y vivió tanto con los indígenas que se hizo a su uso y sus formas. También hubo un tío de Juan en Colotlán, Antonio Fernández de Córdova, que fue Capitán Protector en 1730 y lo apoyó en todo el alzamiento. Los Fernández de Córdova eran bien vistos en la comunidad. Dos miembros de la nobleza tan cercanos a los indígenas. De la madre sólo se sabe que fue tlaxcalteca.

El historiador del Colegio de San Luis se explaya en la figura de Juan Vicencio de Córdova, sostiene que recibió una buena educación porque en el expediente hay varias cartas donde se lee una prosa elegante y dramática, y aparte fue miembro de las milicias de Colotlán que operaron en Nayarit. O sea que tenía vínculos políticos con varios militares españoles asentados en la zona.

“Normalmente vemos a los líderes de la historia como personajes de bronce. Juan no era así. Le gustaba beber, jugaba a las cartas, a los gallos, le gustaba echar serenata y al mismo tiempo azotaba a los indígenas cuando no le rendían acatamiento. Es un individuo heroico al defender los derechos de la comunidad indígena y también es muy dado a vulnerarlos para reafirmar si posición. Eso lo hace un individuo atractivo para la historia”.

—Consiguen que el virrey les quite al capitán protector Felipe del Villar, pero después les manda otro que se comporta igual: Antonio Vivanco, uno de los mineros más relevantes de Bolaños.

La conquista de Colotlán.

La conquista de Colotlán.

—Cuando sus reclamos ya no tienen suficientes oídos en lo legal, comienzan a transitar a la vía armada. Juan es listo, sabe que necesita una base social y para incrementarla empieza a expulsar a españoles de la zona. Había un conflicto de tierras por la bonanza del mineral de Bolaños (en 1760 comienzan a llegar muchos migrantes porque Bolaños pasa de cuatro mil a 16 mil habitantes. Sus minas llegan a producir la tercera parte de la plata de la Nueva España), y esa bonanza requiere de muchos insumos, por eso surgen pequeños ranchos de grupos españoles y mestizos que les quitan sus tierras a los pueblos de indios, entonces Juan expulsa a esos españoles y les regresa sus tierras a los indígenas. Su prestigio aumenta de manera sustantiva.

—Su otro frente abierto es con los líderes indígenas de Huejúcar, que no se suman al movimiento.

—Juan Vicencio sostiene un pleito muy fuerte con las autoridades indígenas de Huejúcar porque éstas apoyan al capitán protector. En el libro se describe este conflicto ampliamente. Juan organiza una expedición armada de dos mil personas hacia esta población; los indígenas del Cabildo de Huejúcar se refugian en la iglesia, y a pesar de ser un sitio sagrado, a Juan no le importa, primero la sitia y luego derriba la puerta: ahí asesina a un cacique indígena y quedan heridos dos o tres soldados. Luego saquean el pueblo, arrasan con todo y se llevan a ciento y pico de personas para encarcelarlas en Colotlán.

—Menciona en el libro que esa acción fue el inicio de su caída.

—Esta incursión llamó la atención de las autoridades españolas, un mestizo que organiza una expedición militar o punitiva con más de dos mil hombres. Es cuando deciden intervenir directamente mediante el empresario minero Antonio Vivanco, a quien le dan un título nobiliario y también lo nombran Coronel de las Fronteras. Vivanco es apoyado por un grupo de vecinos de Jerez, de Aguascalientes, Fresnillo y Tlaltenango. Son los que capturan a Juan en Colotlán con un engaño. El tío de Juan narra cómo es detenido: le colocan los trabucos, lo amarran con mucha crueldad y lo sacan de noche a él y a los líderes principales de manera sigilosa hacia Aguascalientes y luego a la cárcel en México.

—Con su captura se rompe el movimiento. Da la impresión de que terminan muy rápido con él.

—No termina tan rápido. Hay rebeliones que al mes son sofocadas, y ésta duró varios años… Juan transita de la transgresión a un extremismo porque comienza a considerar la posibilidad de convertirse en rey tlaxcalteca. Vamos, en términos legales no estaba errado porque la Jurisdicción de las Fronteras tenía un estatus particular y él lo convierte en su argumento, pero las autoridades españolas no iban a aceptar una fuente de poder indígena. No sabemos qué hubiera pasado si continúa un poco más el movimiento. Juan, en su discurso, ya hablaba de traer a los indígenas de Nayarit para apoyarlo en sus pretensiones. Pero lo capturan en un momento clave; es como si hubieran atrapado al cura Hidalgo antes de tocar la campana.

—¿Este movimiento podría considerarse un antecedente de la Guerra de Independencia?

—Considero importante atender los estudios de historia regional porque nos dan pauta para entender lo que ocurrió después. La Guerra de Independencia no surge de la nada, nomás porque el cura Hidalgo se levantó y ya, sin cuestionar su importancia ni mucho menos. En realidad, yo creo que el cura operó en un entorno de descontento social, se habla del pensamiento político afrancesado de Hidalgo, Allende, pero sabemos muy poco de lo que pensaban los grupos de indígenas y las grandes masas de campesinos que los siguieron.

”En estricto sentido, sí es un antecedente porque la monarquía estaba atravesando por una severa crisis de legitimidad. Cuando ocurre la invasión napoleónica a España esta idea se arraigó, entre otros sectores, en los criollos, pero la idea de legitimidad de las autoridades españolas estaba erosionada en la segunda mitad del siglo XVIII. Es un reino que está comenzando a generar fracturas y fisuras en un nivel regional.

Sobre el mestizo que quiso ser rey tlaxcalteca.

Sobre el mestizo que quiso ser rey tlaxcalteca.

—¿En qué se podrían comparar Juan Vicencio y Miguel Hidalgo?

—Hidalgo era un cura criollo con una visión más amplia del entorno político. La visión de Juan se circunscribe a las fronteras de Colotlán y considera que es viable, dentro de su horizonte cultural, una monarquía tlaxcalteca al interior del virreinato. La visión de los líderes de la Guerra de Independencia es más secular, amplia, en contacto con lo que estaba ocurriendo en el mundo español. Es un criterio criollo ilustrado. En cambio, Juan es un líder mestizo de una comunidad de indios, eso es lo que determina que su movimiento se mantenga en Colotlán porque ahí tienen la base de su poder y ahí es donde sus reclamos tienen validez ante los españoles.

”No sabemos a dónde pudo llegar, pero viendo lo que escribe y lo que dice y como actúa, da la impresión de que iba en camino a convertirse en un líder indígena en el occidente de México. Su trayectoria era de directa colisión con el estado colonial.

—¿Cuál es el aporte de su libro a la historia de México?

—Me interesa recuperar la memoria histórica de la región y mostrar su importancia dentro del multirregionalismo que había en esas fechas. México era una colonia escindida por múltiples regionalismos, y estos regionalismos daban lugar a trayectorias políticas importantes por parte de las comunidades indígenas. Esa sería la aportación en términos historiográficos.

”Colotlán ha sido visto desde la historiografía revolucionaria y posrevolucionaria como el lugar del natalicio de Victoriano Huerta. Y eso parece que lo ha colocado en una suerte de estigma. Ha impedido acceder a estudios más amplios de lo que es una región muy importante en términos historiográficos y culturales. Colotlán y el norte de Jalisco tienen una historia que vale la pena ser contada. En el caso de este libro, una historia donde por primera vez se esbozan ideas de libertad y de soberanía. ®

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Publicado en: Libros y autores

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