La identidad vuelta sombra

Una sombra ya pronto serás, de Osvaldo Soriano

Los personajes se confrontan, pierden, mueren o se suicidan en un zeigest ambientado por escenarios desolados, inhóspitos y tristes, como gasolineras en huelga, pueblos abandonados, carreteras sin pavimentar y hoteluchos de mala muerte

Osvaldo «el Gordo» Soriano.

Sucede que me canso de ser hombre.
—Neruda

Una sombra ya pronto serás (Sudamericana, 1990) del argentino Osvaldo “Gordo” Soriano (1943–2001) es la quinta novela escrita entre 1989 y 1990, publicada de manera simultánea en Argentina, España, Italia, Francia y Alemania. Confieso que cuando este libro de 196 páginas llegó a mis manos pensé que lo leería en dos días. Lo disfruté en dos noches, pero lo releí durante un mes. Lo que me interesó de este gran escritor latinoamericano fue el hecho de que sus novelas fueron multieditadas. Su primera novela Triste, solitario y final se tradujo a doce idiomas; No habrá más penas ni olvido fue llevada al cine por Héctor Olivera; Cuarteles de invierno se publicó en seis ediciones y fue considerada la mejor novela extranjera de 1981 en Italia y fue llevada dos veces al cine, y A sus plantas rendido un león tuvo un gran éxito editorial. Estos cuatro libros se publicaron en veinte países y se tradujeron a quince idiomas. Como dato curioso, Una sombra ya pronto serás lleva el nombre de uno de los versos de Caminito, de Filiberto Peñaloza,y establece un diálogo continuo con Si una noche de invierno un viajero, de Italo Calvino.Aunado a esta grandeza, la narración de esta aventura está construida con símbolos políticos relacionados con la decadencia argentina. Los pueblos Triunvirato y Primera Junta toman el nombre de las bases sobre las que se plasmó la democracia de ese país. Sin embargo, en la novela del “Gordo” éstos son pueblos abandonados. Algunos elementos patrios como la imagen desgastada de Evita, un prendedor de Perón y la estatua de San Martín también se muestran sin brillo.

¿De qué trata esta magistral novela? En apariencia, es la historia de un ingeniero en sistemas computacionales que no sabe por qué ni hacia dónde viaja. En un momento inesperado se encuentra a bordo de un tren que deja de funcionar y se queda parado en medio de la pampa argentina. El hombre baja y comienza su recorrido por pueblos que ni siquiera aparecen en el mapa. El personaje se vuelve aventurero, olvida sus lazos familiares y no tiene rumbo definido. Al recorrer la carretera —que podría ser la representación de la vida— se encuentra con personas que están igual de perdidas que él. Cada una de ellas tiene un deseo y una ilusión que los hace moverse en la trampa de su historia. Así, Coluccini es un artista de circo que pretende llegar a Bolivia en un Renault; Gordini quiere escapar de la crisis económica de su país; Lem, el millonario, anda por el camino en un flamante Jaguar y desea ganarle a un casino adivinando la secuencia de la ruleta; Nadia, una vidente, quiere llegar a Brasil en un viejo Citröen y Barrante busca la salida de su pobreza bañando peones en estancias. La identidad del ingeniero en sistemas se va borrando poco a poco y va confundiendo con la personalidad y la identidad de Zárate, a quien los personajes de la historia le van adjudicando oficios, manías y preferencias, hasta que sólo va quedando una sombra de lo que era. La atmósfera de esta novela sorianesca es un laberinto circular donde los individuos se encuentran, se desencuentran, y muestran —orillados por el ambiente agreste— sus caras más viles. Ellos, al igual que sucede en la vida real, no pueden escapar de su propio destino.

Puede percibirse que, tanto la atmósfera como los personajes, eran prósperos antes del inicio de la novela y, durante la narración van sufriendo un desgaste tal que los induce al deterioro. Éste podría compararse también con la crisis sufrida por Argentina en los años noventa. Los personajes sorianescos se confrontan, pierden, mueren o se suicidan en un zeigest ambientado por escenarios desolados, inhóspitos y tristes, como gasolineras en huelga, pueblos abandonados, carreteras sin pavimentar y hoteluchos de mala muerte —lo que revela una trama sobre el hombre vencido por su propia realidad y el desencanto de sus ilusiones y deseos más profundos. Cada personaje persigue su sueño de manera individual y, de manera grupal, todos enfrentan el dolor de los vencidos, de los que no encuentran otra salida más que el propio olvido.

Una sombra ya pronto serás habla también de la búsqueda del yo a partir de la identidad nacional. Y de cómo los individuos en la medida en que la van perdiendo ven desdibujarse su identidad personal hasta volverse una sombra. La degradación tanto del ambiente como de los personajes y de la situación real que se vive en Argentina durante la creación de esta obra es uno de los tratamientos más interesantes de Soriano. Otro es la lectura política que puede hacerse de la novela. Y uno más es la integración de elementos fantásticos que alteran la realidad de los personajes y que —aunque no resuelven su crisis progresiva— sí proporcionan una textura enriquecida a la trama. Un ejemplo de ello, que me resulta además poético, es cuando en medio de un pueblo fantasma Zárate encuentra un buzón y dentro de éste hay un sobre para él con una carta de su hija:

En su lugar había un sobre vía aérea que venía de España. Junto a la estampilla con la cara del Rey, reconocí la letra menuda de mi hija. Abajo de mi nombre solo había escrito “Poste Restante, República Argentina”.

Así como este ejemplo, el autor presenta situaciones extraordinarias en las que los personajes se ven envueltos y que rebasan toda lógica.

Zárate es el único que se ve a sí mismo y que se da cuenta de su situación y de la circunstancia que enfrentan el resto de los personajes; que expresa la crítica política y social y que por ende se vuelve depresivo.

El “Gordo” Soriano narra en primera persona cómo el hombre trata de sobrevivir de manera digna en un ambiente agreste y sin oportunidades. Y cómo esta circunstancia lo empuja en esa lucha. Para ello, se vale del ingeniero en sistemas que poco a poco va tomando la identidad de un Zárate que se vuelve el elemento conductor de la historia. En él convergen todos los personajes y sus peripecias. Zárate es el único que se ve a sí mismo y que se da cuenta de su situación y de la circunstancia que enfrentan el resto de los personajes; que expresa la crítica política y social y que por ende se vuelve depresivo.

…¿Por qué si una vez conseguí salir del pozo volví a caer como estúpido?
Porque es tu pozo —me respondí. Porque lo cavaste con tus propias manos…
…Todo me parecía lejano, como si le ocurriera a otro o como si lo viera en una película…
…Me di cuenta de que había que andar muy caído para que un paisano me levantara la voz…

El autor —utilizando el laberinto circular en el que acontecen los eventos— alude a la vida cíclica que se repite de manera indefinida y de la cual nadie se escapa.

Encuentro cierta intertextualidad entre esta novela, el poema Walking around de Pablo Neruda y el ensayo Los ingrávidos de Valeria Luiselli, ya que en ellos se aborda el tema de la identidad vuelta sombra o fantasma y se habla del desdibujamiento hacia el que todos caminamos. Tópicos explorados de manera magistral por este gran escritor. Por estos motivos, recomiendo leer con detenimiento no sólo Una sombra ya pronto serás, sino toda la obra sorianesca, la que nos proporcionará la pauta para sumergiros en la idiosincrasia latinoamericana. ®

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Publicado en: Éstos son nuestros papeles

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