La Undécima Musa de América

Pita Amor

Guadalupe Amor puede ser, o no, un “caso mitológico”, lo que sí es claro es que en su poesía vemos la extraordinaria maestría con la que expresó la realidad del alma, para nada es una mujer ficticia, aunque algunos necesiten ponerle los atributos de divina o mágica para explicar su gracia.

Guadalupe Amor. Permiso de reproducción IISUE/AHUNAM/Colección Ricardo Salazar Ahumada/sección
retratos/RSA–00197.
Casa redonda tenía,
de redonda soledad:
el aire que la invadía
era redonda armonía
de irrespirable ansiedad.

Las mañanas eran noches,
las noches desvanecidas,
las penas muy bien logradas
las dichas muy mal vividas.

Y de ese ambiente redondo,
redondo por negativo,
mi corazón salió herido
y mi conciencia turbada.
Un recuerdo mantenido:
Redonda, redonda nada.

Pita Amor, “Yo soy mi casa”

Guadalupe Amor, la undécima musa, como se autonombró, fue una mujer auténtica; su belleza física se enlazó con un talento sin igual para la escritura, sobre todo para la poesía, espejo del intenso mundo interior que la acompañó siempre. Hija de Carolina Schmidlein García Teruel y Emmanuel Amor Suberville, nació en la Ciudad de México el 30 de mayo de 1918 y murió el 8 de mayo del 2000 en la misma ciudad. Su formación religiosa acompañó a una niña inquieta y juguetona que disfrutaba de las bondades de ser la más chica de la familia. De su madre conocemos la creatividad con la que enfrentó las dificultades económicas y las mil y una estrategias que empleó para dar a su familia un futuro mejor; de su padre, gran impulsor que condujo a Pita desde temprana edad a comunicarse con los libros y quien inspiró los primeros contactos de la poeta con la literatura, la filosofía y la teología.

La particularidad de Pita no se forjó en la juventud; se hizo presente desde la infancia. Aquella niña de crespos dorados y ojos despiertos padecía de insomnios y terrores nocturnos; la imaginación sobrepasaba su pequeño cuerpo, haciendo de las noches momentos terroríficos en los que la fantasía y la sensibilidad eran su resguardo. De la exuberante personalidad de Pita y de la libertad que mostró para contestar cualquier imposición o regla habla su hermana Inés, equiparándola con algunos fenómenos de la naturaleza: “Vientos huracanados, intenso fuego, tempestades y polvo […] y de vez en cuando tranquila belleza”.1

El espíritu libre de Pita Amor fue el punto originario desde el que emanó la fuerza que la condujo a ocupar un lugar reconocido en la escena poética mexicana del siglo XX. Conocida como “el caso mitológico”, este apelativo fue usado, tal vez, por el descreimiento que algunos escritores mostraron frente a su poesía, planteando que no era de su autoría,2 o, tal vez, por la falta de palabras verdaderas para nombrarla. Podemos tratar a Pita Amor como un caso único o como una detallista observadora de la realidad, una mujer próxima y conocedora de la misma, e incluso, como una mujer con don: clara y vidente.

Conocida como “el caso mitológico”, este apelativo fue usado, tal vez, por el descreimiento que algunos escritores mostraron frente a su poesía, planteando que no era de su autoría, o, tal vez, por la falta de palabras verdaderas para nombrarla.

Desde sus primeras publicaciones en la década de los cuarenta del siglo XX, Pita Amor fue observada, leída, editada e impresa; para esa época figuraba como una poeta irreverente, con una pulcritud en sus rimas que produjo admiración:3 “La técnica fue desde entonces el más fiel instrumento de mi espíritu. Y antes de destruir las formas, me empeñé en construirlas. Mi vida cambió. El éxito creció junto a mí multiplicado”.4

El enigma de sí misma se percibe en la composición poética permanentemente; las influencias de Rubén Darío, Federico García Lorca y Juana de Ibarbourou se entremezclaron con su marcado talento por la rima; por eso, para ella, “más que la esencia de toda esta poesía, lo que quedaba en mí era su ritmo”.5 En su atracción por el compás y la armonía Pita encuentra la manera de expresar su impulso poético a través de un esquema clásico: “Sentí que las formas clásicas se acoplaban a mi modo de sentir. Estas formas podrán haber tenido principio, pero una vez creadas me parecen eternas, siempre que el contenido sea lo esencial. Por lo menos esta es la posición que yo he tomado desde que empecé a escribir”.6

Guadalupe Amor nombrada con los adjetivos de desafiante, controvertida, ocurrente y extravagante, alcanzó altos grados de misticismo en su poesía, así como reflexiones filosóficas sobre la muerte y la belleza. La cadencia que alcanzó en sus rimas fue, seguramente, resultado de la exquisita apertura que siempre mostró para la poesía clásica y moderna, pese a que se decantara por la primera. He de anotar que, en medio de la vanguardia y el rechazo a lo convencional, fue un acto de profunda autenticidad el enamoramiento hacia las formas clásicas.

El matiz autobiográfico en la obra de Pita Amor es innegable, no sólo porque ella misma lo asume: “Mi lenguaje poético es el que uso todos los días para conversar. Claro que mi conversación generalmente se reduce a hablar de mí misma, y mis problemas personales son los mismos que mis problemas poéticos”,7 sino porque, además, consideró que los interrogantes fundamentales de la vida son los que le permitieron escribir; son lo medular de su poesía.

“Mi lenguaje poético es el que uso todos los días para conversar. Claro que mi conversación generalmente se reduce a hablar de mí misma, y mis problemas personales son los mismos que mis problemas poéticos”.

La poética de Pita Amor no sólo expresa el genio y la belleza de la composición, sino también un pensamiento complejo que es interrogado permanentemente. La poesía en Pita se muestra como una radiografía de alma, un modo de vivir y una expresión profunda de sí misma. En un texto escrito el 2 de febrero de 1939 María Zambrano reflexiona sobre el dolor, la enajenación y el agotamiento que eclosiona dentro de sí misma y cómo la poesía le permite la expresión sincera: “Sólo podría hacer poesía, pues la poesía es todo y en ella uno no tiene que escindirse. El pensar escinde a la persona; mientras el poeta es siempre uno”.8 Algo similar apuntaba Salvador de la Cruz García en un artículo publicado en la revista Fuentesanta en 1948, respecto de la relación de Pita con la poesía: “Guadalupe Amor ha concentrado en el vértice desolado del pensamiento reflexivo todo el tremante agobio de su experiencia vital para lanzarlo, hecho poesía, al deshabitado confín donde el hombre vive su más dramática verdad”.9

La poesía para Pita Amor es la vida misma, así que Pita existe en esas dos realidades que se retroalimentan y se transfiguran. La poesía en la existencia de muchas mujeres en diferentes momentos de la historia muestra la relación vital con la lengua y con las palabras; de ahí que el imperativo de publicar o ser reconocidas en ambientes literarios no sea la causa movilizadora de la escritura, tal vez sí un asunto que tenga que ver con la necesidad de respirar.

Los poemarios a los que haré referencia fueron escritos entre 1940 y 1956, época considerada esplendorosa en el recorrido literario de Guadalupe Amor y que, al mismo tiempo, hacen parte de la Antología poética, recogida por la colección Austral, edición que cada vez adquiere más valor por recoger ocho de los poemarios que le dieron reconocimiento público a la poeta.10

El 16 de septiembre de 1946 se publicaron los 150 ejemplares de Yo soy mi casa. El libro estaba dedicado a Carolina Schmidlein de Amor, la madre de Pita, quien había fallecido poco antes. Publicado por primera vez por la editorial Alcancía, en edición de Edmundo O’Gorman y Justino Fernández; este poemario fue el que proyectó a la poeta al mundo literario mexicano. A este poemario siguió la publicación de Puerta obstinada el 14 de abril de 1947 con el mismo sello editorial, con un tiraje de 250 ejemplares, poemario que muestra muy bien la personalidad de la poeta.

Círculo de angustia se publicó un año después, en 1948, con 200 ejemplares, a cargo de la editorial Styloy al cuidado de Antonio Caso. Este maravilloso título deja ver los caminos que recorrió la escritora, además de los temas de inspiración o de desasosiego que la destinaron a escribir. El poemario Círculo de angustia muestra el lugar que tiene el deseo de comprensión de sí misma; la experiencia surgida en ese recorrido la conecta con la inquietud, el movimiento, el enigma: “Sola yo estoy y llena de inquietudes, cada día me interno más adentro”.11

Para la poeta la expresión de su cuerpo era tan significativa como la expresión de su pensamiento; no hubo en Pita separación, por ello en sus poemas trata esto con tanta honestidad.

Se recuerda a Pita como una sonetista natural que escribió con fascinación acerca del miedo, la angustia y la soledad; esta conjugación de emociones es maravillosamente tratada en su poesía. Para la poeta la expresión de su cuerpo era tan significativa como la expresión de su pensamiento; no hubo en Pita separación, por ello en sus poemas trata esto con tanta honestidad. Hay cierta crudeza en el verso que no se muestra de manera fría; por el contrario, es cálida y aprehensible. El tono que usa Pita Amor para expresar sus tormentos es tan cálido y sutil que parece que la misma angustia tiene un matiz que inspira: “Mientras mi carne aguarda sepultura, mi espíritu conoce ya lo exacto, tanto ha llegado a refinar el tacto, que ha visto claridad en la negrura”.12

Pita Amor vivía tanto la dicha como la tragedia con fuerza y cercanía, tanto la vida como la muerte le producían encanto. Es indiscutible que el material de trabajo de Pita Amor es su mundo interior: “Muerte en vida yo he probado, que se muere cada día: lo que se cree lozanía, es ya trayecto pasado…13 Los versos de Pita dejan ver inquietudes que perviven a lo largo de su producción poética; el misterio, la comprensión de sí misma, lo erótico como lazo comunicante con la realidad, la muerte, el movimiento y el paso del tiempo, entre otras.

A los veinticinco años de edad Pita Amor logró materializar la salida de su siguiente libro de poemas, titulado Polvo, por demás uno de los poemarios más recordados por la escena literaria y editorial mexicana. El texto fue reimpreso en Madrid en el mes de julio en 1950 en los talleres de Blass, por lo que se deduce la circulación fuera de tierras mexicanas. En el poemario Polvo Pita expresa los efectos de su paso por la vida, como si ésta se desplegara frente a ella; la describe como una escenografía que se habita, pero donde ella —la vida— acaba imponiéndose. La realidad se muestra como algo incorregible, ya concebido y hasta inmodificable: “Tu esencia no habrá cambiado, mas tu trayecto es temible, si bien naciste apacible, viviendo te has desquiciado…14

En la metáfora del polvo la arremolinada existencia de Pita encuentra lugar. Recordada como una de las pioneras en el tema de la liberación femenina, Pita expuso sus principios de libertad y de autonomía en la escritura. Estos principios resultaron estorbosos para la sociedad que la veía hacerse poeta y escritora. Mientras tanto, Pita conocía las reglas sociales y era consciente de la ruptura que estaba llevando a cabo: “Presiento un remolino; lleva mundos, locura, pensamiento; por él yo me alucino; de Dios viene su aliento: es el eterno polvo en movimiento…15 Los temas que abordó en sus poemas y la rima empleada le dieron autenticidad y particularidad a su trabajo poético, empleó un esquema clásico para escribir poesía, pero moderno al emplearlo como soporte de los temas que a ella le inquietaban; temas en todo caso que a una escritora de mediados de siglo XX le fueron vitales para comprender su contexto social y cultural.

Recordada como una de las pioneras en el tema de la liberación femenina, Pita expuso sus principios de libertad y de autonomía en la escritura. Estos principios resultaron estorbosos para la sociedad que la veía hacerse poeta y escritora.

Después de un par de años de no publicar, Pita Amor reaparece en 1951 con un nuevo poemario titulado Más allá de lo oscuro. En este poemario retoma los temas de más sensibilidad para ella: la muerte, el amor, la vanidad, la soledad, la angustia y Dios. Su poesía vuelve a terrenos de profundidad filosófica y se mantiene en su expresión directa, descarnada y elegante. Retorna a Dios, o al menos a la pregunta sobre el lugar de éste en el interior de la poeta; plantea dudas a través de interrogantes directos, no bajo la actitud ceremonial de un altar, sino en una conversación de tú a tú, entre dos energías insuperables, la de la poeta y la de la divinidad.

Mas allá de lo oscuro es un poemario que atraviesa las fronteras de la razón; pone a quien lo lee a pensar en la nada y en el todo como si fueran lo mismo, a desentrañar el sentimiento angustioso del vivir, al menos en la vivencia de una mujer que escudriña cada parte de sí buscando comprenderla a través de la escritura poética: “Este anhelo de hallarme a cada instante, esta ansiedad de estar en lo presente, la fija idea de vivir consciente…”16 En los exactos y precisos versos de Más allá de lo oscuro también tiene un espacio la locura, el delirio en el que la poeta se asume sencillamente y sin timidez, como algo más allá del cuerpo, y con el cuerpo.

Antes de sumergirse en el absoluto silencio poético Pita escribió Décimas a Dios, un breve poemario que ha sido calificado como polémico y que conecta a quien lo lee con el nerviosismo que produce la creatividad. Décimas a Dios fue publicado originalmente en 1953 por el Fondo de Cultura Económica (Letras Mexicanas) y reimpreso en la misma fecha (Tezontle). Hace poco tuvimos la grata sorpresa de contar con otra edición de este texto, también por el Fondo de Cultura Económica en el año 2018.17 Este poemario es muy especial, además de elocuente; su fuerza radica en el hecho de mostrar detalladamente cómo es la construcción de su fe y la presencia de la duda como parte de su vivencia espiritual. El prólogo que acompaña la primera edición, y que además se mantuvo en la edición de la colección Austral, es una declaración de intenciones y de principios místicos: “Dios fue mi máxima inquietud. Lo busqué primero como quien busca a un ser humano, me hubiese gustado hablar con él, como jamás pude hacerlo con mis padres, con mis hermanos ni con mis amigos. Más tarde busqué su cielo, olvidándome de su presencia…”18 Décimas a Dios es un poemario de profunda apertura que asemeja un diario espiritual a la manera de las místicas medievales o novohispanas.

En 1955 aparece Otro libro de amor, poemario que cierra la antología poética y que muestra la originalidad con la que Pita Amor trata el tema del deseo, la carnalidad, a la que suma la mirada que tiene del erotismo; expresado con sabiduría y sencillez a la vez que, es transmitido como una experiencia casi espiritual. La poeta que reconoce la admiración por sor Juana Inés de la Cruz nutre sus versos de misterio, exaltando siempre el deseo como motor del todo, deseo que moviliza, paraliza, inspira y enloquece.

La poeta parece sugerir que el vacío primario que la acompañó nunca se colmó, de ahí su búsqueda y su necesidad de comprender.

El tono de tristeza también acompañó la poesía de Pita Amor, pese a que la fuerza de lo erótico haya sido el derrotero; para Pita Amor hay una certeza que es cruda pero que le permite escribir tanto bondadosa como cruelmente. La poeta parece sugerir que el vacío primario que la acompañó nunca se colmó, de ahí su búsqueda y su necesidad de comprender. Para Guadalupe Amor la idea de la comprensión total es imposible, pero la poesía funge como mediadora de la realidad que siempre podrá ser dicha en la escritura. En sus propias palabras: “Insisto, no padezco angustia, padezco un mal diferente. Inquietante, alarmante y electrizante. Que es el querer, el de ansiar escribir y escribir. Escribir hasta donde mi marchita sangre me lo permita”.19

Guadalupe Amor puede ser, o no, un “caso mitológico”, lo que sí es claro es que en su poesía vemos la excelente y extraordinaria maestría con la que expresó la realidad del alma, para nada es una mujer ficticia, aunque algunas personas hayan necesitado ponerle los atributos de divina o mágica para explicar su gracia e inteligencia. Pita Amor es la Undécima Musa de América. ®

Referencias
Guadalupe Amor, Antología Poética, Colección Austral, Primera Edición, México, 1956. 
Guadalupe Amor, Antología Poética, Colección Austral, Primera Edición, México 1956, poemario Círculo de Angustia.
Guadalupe Amor, Antología Poética, Colección Austral, Primera Edición, México 1956, poemario Puerta obstinada.
Guadalupe Amor, Antología Poética, Colección Austral, Primera Edición, México 1956, poemario Más allá de lo oscuro.
Guadalupe Amor, Décimas a Dios, 3ª ed., México, FCE, 2018.
Michel K. Schuessler, Guadalupe Amor. La undécima musa, México, 2008.La vida en México en el periodo presidencial de Manuel Ávila Camacho, México, Conaculta (Memorias mexicanas), 1994.
Josefa Álvarez, ed., Laberintos del género. Muerte, sacrificio y dolor en la literatura femenina española, Editorial Renacimiento, Madrid, 2016.

Notas
1 Michel K. Schuessler, Guadalupe Amor. La undécima musa, México, 2008, p. 83.
2 Así lo relata M. K. Schuessler en su texto Guadalupe Amor…, op. cit., p. 113.
3 La admiración y el reconocimiento de Pita Amor en el ámbito de la cultura en México se acompañó de su participación en el teatro, pues desempeñó papeles en obras conocidas, como La dama del alba y La casa de muñecas. A estos eventos se refirió Salvador Novo en una de sus columnas publicadas en El Diario de Salvador Novo, martes 16 de octubre de 1943. Las columnas están recogidas en el libro La vida en México en el periodo presidencial de Manuel Ávila Camacho, México, Conaculta (Memorias mexicanas), 1994, p. 407.
4 Michel K. Schuessler, op. cit., p.100.
5 Michel K. Schuessler, op. cit, p. 109.
6 Michel K. Schuessler, op. cit, pp. 111–112.
7 Michel K. Schuessler, op. cit, p. 110.
8 Josefa Álvarez, ed., Laberintos del género. Muerte, sacrificio y dolor en la literatura femenina española, Editorial Renacimiento, Madrid, 2016, p. 85.
9 M. K. Schuessler…, op. cit., p. 126.
10 Guadalupe Amor, Antología Poética, Colección Austral, Primera Edición, México, 1956.
11 Guadalupe Amor, Antología Poética…, op. cit., Poemario Círculo de Angustia, p. 40.
12 Guadalupe Amor, Antología Poética…, op. cit., poemario Puerta Obstinada, p. 26.
13 Guadalupe Amor, Antología Poética…, op. cit., poemario Círculo de Angustia, p. 25.
14 Guadalupe Amor, Antología Poética…, op. cit., poemario Polvo, p. 49.
15 Guadalupe Amor, Antología Poética…, op. cit., poemario Polvo, p. 61.
16 Guadalupe Amor, Antología Poética…, op. cit., poemario Más Allá de lo oscuro, p. 83.
17 Guadalupe Amor, Décimas a Dios, 3ª ed, México, FCE, 2018.
18 Guadalupe Amor, Antología Poética…, op. cit., poemario Décimas a Dios, pp. 95–97.
19 M. K. Schuessler, Guadalupe Amor…, op. cit., p. 229.

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Publicado en: Ensayo

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