Cineasta y madre, Alisa Kovalenko se alistó en el ejército ucraniano para luchar contra los invasores rusos. Al mismo tiempo filmó este documental, dirigido especialmente a su hijo.

Alisa Kovalenko, cineasta ucraniana, nunca pensó que vería que el conflicto sociopolítico que había estado presenciando entre Rusia y Ucrania desde 2014 por la guerra del Dombás escalaria a una invasión total por parte de Rusia en febrero de 2022, lo que la llevaría a enlistarse como voluntaria en el ejercito ucraniano.

My Dear Théo, más allá del documental, es un diario de una madre a su hijo, para contarle y hacerle entender cómo fue que, de la noche a la mañana, su madre dejó los paseos por el parque a apoyar a las brigadas en la liberación de poblados, a aprender a usar un arma de fuego.

A lo largo del documental nos deja claro que la guerra no es cool o épica, como nos lo pintan las películas de Hollywood. Es cruda, desesperanzadora, sombría y, sobre todo, injusta. Aunque por momentos podamos ver escenas de momentos cómicos, de relajación y conocer a los distintos integrantes del batallón de Alisa, entre los que había pintores, constructores o contadores, ahora todos tenían un simple propósito: luchar por su patria.
Aunque el final pueda ser un tanto positivo, ya que Alisa termina su servicio y vuelve con su familia, se nos deja saber en los créditos al final que gran parte del escuadrón perdió la vida o se encuentran desaparecidos en combate; algunos incluso fallecieron este año. A pesar de que han pasado tres años desde el inicio de la invasión rusa, no parece que se acerque una solución, y a diario las noticias nos informan de los constantes ataques. ®