Porno para mujeres

Entrevista con Erika Lust

Si me pidieran una definición de esta mujer no dudaría en calificarla como alguien que nos hace más libres y nos pone más calientes en la borrosa frontera entre lo erótico y lo pornográfico, en la delgada línea entre lo chic y lo kinky. Aquí, una conversación con ella.

Erika Lust

Erika Lust es directora de cine porno para mujeres. En Lust Films pergeña historias vistas desde un ángulo más personalizado —ángulo femenino, no siempre feminista— al que estamos acostumbrados en pornografía. Nació en 1977 en Estocolmo, la capital de la actual patria de la novela negra (Suecia) y se licenció en Ciencias políticas. Se especializó en Feminismo en la universidad de Lund pero se vino a vivir a España, donde reside —en Barcelona— desde el año 2000. Además de dirigir ha escrito un best-seller titulado Porno para mujeres y regenta otros proyectos relacionados con el erotismo. Si me pidieran una definición de esta mujer no dudaría en calificarla como alguien que nos hace más libres y nos pone más calientes en la borrosa frontera entre lo erótico y lo pornográfico, en la delgada línea entre lo chic y lo kinky. Aquí, una conversación con ella.

—Tu último proyecto, ya a la venta, se titula La Biblia erótica de Europa. ¿Qué se van a encontrar los lectores? ¿Consideras la Biblia un libro erótico manipulado por las religiones?

La Biblia erótica de Europa es una guía erótica divertida y original donde los lectores podrán encontrar erotic boutiques, museos y galerías del sexo, cabarets, fiestas fetish, love hotels, playas nudistas, eventos eróticos, festivales de cine erótico y porno, swinger clubs y varias curiosidades alrededor de Europa. Son todos aquellos lugares con los que me he encontrado y que han llamado mi atención durante mis viajes en este continente, ayudada económicamente por la novedad de los vuelos low cost ¡claro!

No creo que la Biblia sea un libro erótico manipulado por las religiones. Más bien creo que es un libro histórico y moral manipulado por intereses políticos y religiosos que poco tienen que ver con la fe. La Biblia es un libro muy interesante, es parte de nuestra historia, el problema es la interpretación que le han dado y cómo la han usado como discurso de control y poder.

—De lo más kinky a lo más chic: ¿qué noción de kinky y de chic manejas? ¿Crees que tu forma de entender la sexualidad es sólo aplicable a Europa o que se puede exportar al resto del mundo?

—A ver, con lo kinky me refiero a lo duro, grotesco, excéntrico, bizarro, extraño, enroscado, pervertido, ja ja, excitante, extremo, sucio… pero que no deja de ser interesante y de tener estética propia, pues las propuestas nuevas aunque estén enmarcadas dentro de un adjetivo siguen siendo nuevas apuestas contra lo que venimos viendo y consumiendo desde hace años. Lo mismo pasa con lo chic, pues enmarca toda una serie de adjetivos que usualmente se relacionan con lo que está de moda, con estar con lo último que salió en la Cosmopolitan (también con niñatas, ja ja), pero también tiene que ver con el glamour, con el sentido de calidad de los que estás viendo, usando o sintiendo, tiene que ver con buen diseño y originalidad: lo chic siempre mira hacia delante.

Desde un punto al otro, y si buscamos, podemos encontrar una amplia variedad de colores interesantes.

Creo que estos dos conceptos tienen definiciones similares alrededor del mundo y si te hayas en cualquiera de las capitales importantes puedes encontrar muchos parecidos, con sus tonos culturales y sus colores, pero si miras detenidamente ves lo mismo. Igual pasa con la sexualidad, aunque mis películas sean creadas en Barcelona y el mercado más fuerte esté en Europa, también se consumen en otros países, Estados Unidos, Canadá, México… En Colombia las tienen, también en Australia y mandamos a Sudáfrica; tenemos tiendas que nos compran las películas en Chile, Buenos Aires y Brasil. Me gusta sentirme representada en mis películas y seguro que hay un público que se siente representado, tanto en Barcelona como en la Ciudad de México: es lo bueno de esto, no hay que cerrarse, hay que dar cabida a nuevas propuestas, seguro que si hay 60 millones de habitantes habrá 60 millones de maneras de entender su sexualidad y disfrutar del sexo.

—¿Cómo marcas tú, si las hay, las fronteras entre el erotismo y la pornografía?

—La diferencia básica entre ambos es que uno muestra escenas explícitas y el otro recurre a la sugestión, a la sensualidad y a la imaginación, propone también un esfuerzo extra del que mira para excitarse pensando en aquello que no llega a ver. Yo no intento marcar estas fronteras, sino complementarlas, utilizar estos dos conceptos y sus recursos sumados a los propios recursos del cine para hacer un material mucho más contundente y de buena calidad y sobre todo proponer algo diferente.

—Eres mundialmente famosa por hacer porno para mujeres: ¿qué te llevó a dar el salto para especializarte en este tema?

La Biblia erótica de Europa es una guía erótica divertida y original donde los lectores podrán encontrar erotic boutiques, museos y galerías del sexo, cabarets, fiestas fetish, love hotels, playas nudistas, eventos eróticos, festivales de cine erótico y porno, swinger clubs y varias curiosidades alrededor de Europa.

—El tema me interesa desde que era estudiante en la universidad y poco a poco me fui metiendo en el sector, intentando conocer cada vez más de él y ver qué posibilidades había. Me gusta el cine, me gusta hacer cine y utilizar todos sus recursos para hablar de sexualidad, de relaciones personales, de fantasías sexuales femeninas, de fantasías femeninas cumplidas, de historias reales, de conflictos reales, de placer provocado de manera real, de orgasmos reales, de placer que se ve en el gesto del actor y no en la letra de un guión completamente pobre que dice normalmente “Moreno folla a rubia en la sala”, y os puedo asegurar que cuando empecé a trabajar en el sector, en principio para productoras ya existentes dirigidas por hombres, he visto guiones así de cortos, sin ninguna indicación de estética, de la música, de la ropa, del montaje, de la locación, nada pero nada de nada; pues fue ahí cuando me cansé de ver siempre lo mismo y no sentirme representada en ningún momento como mujer. Algunas cosas me excitaban pero el resto no tenía nada que ver conmigo ni con mi estilo de vida ni con mis valores ni con mi generación ni con mi propia exploración sexual, y entendí que esto no iba a cambiar si no propone alguna un nuevo material, si no decimos y gritamos nuestro punto de vista. La verdad, ver cómo los hombres de la industria pornográfica intentan hacer un producto nuevo orientado a la mujer pero manteniendo su propio punto de vista machista es decepcionante e insultante.

—Estás haciendo una nueva película (Six Female Voices) y buscas actores porno no profesionales: ¿es fácil en España encontrarlos? ¿Es más difícil encontrar chicos o chicas?

—A ver, que no sea el típico musculoso tatuado que ni se puede abrazar y la típica rubia exuberante con minifalda y cara de niña traviesa no significa que no sean profesionales, sino que no siguen el estereotipo que han fijado las grandes industrias del porno.

Para poder sentir placer y que el espectador lo sienta y se maquine con él, los actores tienen que hacer bien el trabajo, exponer su cuerpo y usarlo como herramienta de trabajo, pero no sólo físicamente sino psicológicamente, jugarla, creérselo, disfrutar en escena, es necesario ver la psicología del personaje, ver su fantasía, hacia dónde va, su objetivo, entender su contexto y su conflicto en la historia y sus deseos sexuales. Debe haber muy pocas situaciones en la vida de un hombre común y corriente en las cuales se encuentra con dos mujeres que le ofrecen felaciones incondicionales y se abren de piernas sin seducción, sin una razón, y no preguntan, no cuestionan, dejan hacer todo lo que al hombre le gusta, inclusive se queda sin sentir el querido y esperado orgasmo y felices y sonrientes terminan jugueteando con su semen en la boca. Si encuentras muchas situaciones reales de este tipo y sin dinero de por medio, envíame un e-mail. El porno masculino convencional no refleja la realidad que viven los hombres, reflejan solamente fantasías puntuales, un poco repetitivas, estereotipadas, y fantasías de lo que les gustaría ser y tener, no se cuestionan sentimientos, no hay historia, la historia es la acción sexual y termina en la eyaculación.

En España hay una gran grupo de actores, Europa en general está bien para la búsqueda, lo importante muchas veces no es a quién eliges sino cómo utilizas el estilismo y cómo lo diriges para lograr lo que quieres.

—No hace mucho te preguntaba Susana Moo en una entrevista: “¿Podremos por fin nosotras ver follar a mujeres normales, gorditas, planas o maduritas con dignidad, resultando apetecibles?”, y tú respondías que debería ser posible que “entre el océano de filmes que se estrenan cada año, unas pocas deberían permitirnos ver sexo natural en vez de porno”. ¿Predicción fallida la tuya? Y si ya existen esas películas, ¿están al alcance de todos los que quieran verlas?

—No fue una predicción fallida, todo lo contrario, es lo que nos mueve a mí y a otros directores —y directoras— del sector a seguir rodando. Lo bueno es que nos estamos moviendo y todos los nuevos materiales está al alcance de más personas cada día, Internet fue una herramienta muy importante para nosotros, nos ha ayudado a difundir y a ser accesibles sin importar dónde te encuentres en el mundo. A mí lo que me da un poco de temor es que si las minorías no representadas en este sector no toman medidas y no intentamos cambiar la visión del sexo impuesta por los hombres (considerados entre ellos normales) través de los años, por no decir siglos en el cine x, las nuevas generaciones sólo tendrán acceso a su visión, más bien pobre, de la sexualidad. Con las nuevas tecnologías el acceso y la difusión es muy fácil: lo importante es que exista el material, que exista la variedad, da igual si tienes cien canales y en todos te dan el mismo programa.

—¿Cómo te llevas con la industria del porno? ¿Siguen pidiéndote que actúes en sus películas a estas alturas?

—Lamentablemente ellos no han podido limar asperezas, ni conmigo ni con otros directores. Yo no tengo nada en contra de ellos, entiendo que tiene que haber diferentes formas de abordar el porno, que ellos hagan lo que hacen y que dejen a los otros realizadores hacer cosas nuevas. ¡El público cambia! Pero en lo que más disentimos es en que digan que ellos ya hacen porno para todo tipo de público cuando no es así y nos critiquen a mí y a otros directores, que hacemos algo distinto.

Cuando decidí empezar a hacer cine erótico y explícito especial para mujeres, los hombres de la industria me acusaron de ser antigua y retrógrada. Me dijeron que hacer películas para mujer era discriminatorio, y que las que ellos ya hacían estaban dirigidas para todo el mundo. Y eso no era cierto, muchas investigadoras del ámbito coincidimos en que los filmes son masculinos. Lo que ocurre es que lo masculino es el estándar universal en este mundo, por eso no entienden que hace falta otra perspectiva. Consideran su deseo y su placer como el general para todos los seres humanos del planeta.

Y sí: aún me siguen pidiendo que actúe en alguna que otra película, porque no son capaces de verme como profesional, como realizadora, sólo ven un cuerpo de mujer, el cual ellos acostumbran a usar en sus películas como objeto sexual nada más que para aumentar y satisfacer el placer masculino.

—Cuéntanos cuál es tu relación, si existe, con las feministas.

—Yo me especialicé en feminismo en la universidad y he investigado mucho desde mi campo, pero eso no quiere decir que el discurso feminista sea igual para todas las mujeres que lo defienden y que lo usan como estandarte. Yo siempre digo que el discurso femenino (feminista) surge a partir de la diferencia existente entre hombres y mujeres y de las desigualdades que se hicieron presentes durante la historia sociocultural que nos enmarca. En el porno ocurre lo mismo: hasta ahora era realizado y dirigido por y hacia un tipo determinado de población masculina. Para mí ser feminista significa que reconoces esta diferencia y que te parece que debería cambiar, y decides hacer algo por ello. ¡Y en ello estoy!

—¿Conoces el movimiento PostPorno, las Ludditas Sexuales, el Pornoterrorismo? ¿Compartes alguno de sus postulados?

—Los conozco, claro, intento empaparme de todo lo que ofrece el mercado de entretenimiento para adultos y adultas: lo distinto nos puede enriquecer, me gusta saber de todo para ver en qué puntos podemos coincidir y en qué puntos nos podemos diferenciar entre estos movimientos y la línea que propongo yo.

Lo mejor para todos es que haya diferentes producciones para todos los gustos donde todas las minorías se sientan representadas y tengan un producto pensado para ese público particular.

—¿Qué tal funciona tu tienda de productos eróticos? ¿De dónde proceden y de qué género son la mayoría de tus clientes?

—¡La tienda funciona muy bien, gracias! Intentamos que todo lo que ponemos en nuestra boutique online esté elegido por algo más que el simple beneficio comercial, queremos ofrecer productos de calidad, tratar de vender lo que nosotros compraríamos y no vender cosas malas, pues esta industria está llena de ellas y seguro que muchos no usaríamos ni armados con guantes y escafandra.

Los productos no sólo tienen buena estética y marketing, tienen diseño industrial y materiales de buena calidad, lo cual no implica necesariamente que sean los más caros, lo que pasa es que este sector aún no se conoce mucho porque fue siempre algo tabú el uso de juguetes sexuales.

Hay que entender que los juguetes son juguetes, no reemplazan a nadie y son para jugar, para acercarte o para unirte a tu compañero o compañera o para experimentar sensaciones en la intimidad. Se puede aprender mucho de uno mismo.

Nuestros mayores clientes son los países del norte de Europa, también porque es el mercado que ahora está mejor económicamente, pero intentamos cumplir con las expectativas de todos y entrar en todos los mercados.

—Internet: ¿crees que se intenta controlar y censurar, también en las democracias europeas, con la excusa del porno con menores?

Yo me especialicé en feminismo en la universidad y he investigado mucho desde mi campo, pero eso no quiere decir que el discurso feminista sea igual para todas las mujeres que lo defienden y que lo usan como estandarte.

—La semana pasada publiqué en mi blog un post que hablaba precisamente de esto. Surgió de un artículo que leí en aolnews.com. El título dice: “Will ‘porn-lock’ in UK and France lead to Internet Censorship?” o sea “¿El bloqueo del porno de Reino Unido y de Francia llevará a la censura de Internet?

Habla de cómo muchos conservadores quieren bloquear totalmente el acceso al porno en Internet para suprimir el riesgo de que niños encuentren estas webs y vean vídeos para adultos. En Francia, una ley que se aprobará quizás el año que viene daría el poder al gobierno de poner CUALQUIER web en una lista negra y de bloquearla completamente. Políticos británicos dicen que quieren bloquear TODO el porno de la web. Ya sabéis, por si acaso…

Son buenas intenciones. Hay que luchar contra el porno de niños y evitar que los niños encuentren páginas para adultos. Eso está claro. Pero no debería ser una excusa para tomar el control de internet y dejar que se censure. Cada adulto tiene el derecho de disfrutar de su libertad y de su sexualidad. Ya no es el siglo XV, for God’s sake!

Entre el caos de los copyrights de la música y la situación del porno, los políticos sólo tienen que elegir su excusa y hacer que se vea a los defensores de la libertad de ver porno como pervertidos.

Como lo explica Gilles Lordet, jefe editor de Reporteros Sin Fronteras en París, aprobar este tipo de medidas hace que corramos el riesgo de que se apliquen también a otras webs en el futuro, sin que tenga nada más que ver con el porno.

Ya veremos qué pasa, pero es importante que todos sigamos proactivos en Internet y que sigamos creando contenido.

Finalmente, ¿cómo está de salud tu libro Porno para mujeres? ¿En qué país se ha vendido más?

Porno para mujeres me ha ayudado mucho a difundir el tipo de cine que hacemos en Lust Films, productora. Es mi manifiesto, es la explicación en formato libro de lo que hacemos en la productora, de nuestra visión del porno y una guía completa de información para entender el cine x en los tiempo que corren, en la actualidad.

El país que tiene mejores ventas de la edición en castellano es obviamente España, país en el que trabajamos y donde nos vamos forjando cada día. Ya hemos vendido más de cuatro mil ejemplares. La edición en inglés tiene su mayor número de lectores en Estados Unidos. ®

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Publicado en: Destacados, Erotismo y pornografía, Febrero 2011

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