Ricos y pobres en Parasite

Una mirada a la desigualdad económica y social

“La gente que viaja en metro tiene un olor especial”, dice alguien en esta película surcoreana, con una trama que va de la comedia a lo oscuro y perturbador.

Fotograma de Parasite.

La película Parasite (2019), dirigida por Bong Joon–ho, ha sido aclamada como un hito cinematográfico y ha captado la atención del público a escala mundial. Más allá de su brillante narrativa y su excelente ejecución técnica, Parasite es una obra maestra que reflexiona sobre la desigualdad económica y social. Analicemos, pues, cómo la película retrata de manera impactante las disparidades económicas y las tensiones sociales en la sociedad contemporánea.

Parasite explora la brecha creciente entre los estratos económicos a través de dos familias: los Park, adinerados y privilegiados, y los Kim, una familia pobre que vive en condiciones precarias. La película muestra cómo los Park ignoran por completo los problemas de aquellos que son menos afortunados, incluso viviendo literalmente a pocos metros de distancia. Esta separación física simboliza la distancia emocional y económica entre los dos grupos sociales.

Una de las mayores fortalezas de Parasite es su habilidad para combinar géneros de manera magistral. La película comienza como una comedia social, con momentos hilarantes y diálogos ingeniosos que reflejan la realidad de la vida de la familia Kim. Sin embargo, a medida que la trama avanza, se adentra en terrenos más oscuros y perturbadores, transformándose en un thriller emocionante y lleno de suspense. Esta mezcla de géneros crea una tensión constante y mantiene al espectador en vilo durante toda la película.

La dirección de Bong Joon–ho es excepcional. Cada escena está meticulosamente elaborada y llena de simbolismo. La cinematografía es impresionante, con planos cuidadosamente compuestos que realzan la historia y los temas de la película. La utilización del espacio y la arquitectura en la representación de las diferencias de clase es especialmente destacable. Bong Joon–ho utiliza la casa de la familia Park como un símbolo de opulencia y privilegio, contrastándola con el sótano estrecho y sucio en el que vive la familia Kim. Esta dicotomía visual refuerza la idea central de la película: las profundas divisiones de clase que existen en la sociedad.

Los Kim se infiltran en la vida de los Park mediante engaños y manipulación para ascender en la escalera social. Sin embargo, la película sugiere que esta movilidad es extremadamente difícil de lograr, incluso imposible.

La película también aborda la idea de la movilidad social y cómo está estructurada. Los Kim se infiltran en la vida de los Park mediante engaños y manipulación para ascender en la escalera social. Sin embargo, la película sugiere que esta movilidad es extremadamente difícil de lograr, incluso imposible, debido a las barreras invisibles y las estructuras de poder establecidas en la sociedad. A pesar de sus habilidades y esfuerzos, los Kim siempre están destinados a ser “parásitos” en el sistema.

La desigualdad económica y social a menudo se traduce en una lucha constante por la supervivencia. Parasite retrata vívidamente esta lucha a través de la familia Kim, quienes deben realizar trabajos precarios y luchar para satisfacer sus necesidades básicas. La película subraya cómo la pobreza y la falta de oportunidades limitan las opciones de las personas y las empujan a tomar medidas desesperadas para sobrevivir.

La cinta no sólo muestra la brecha económica, sino también las consecuencias psicológicas y sociales de la desigualdad. Los personajes de Parasite experimentan frustración, envidia y resentimiento, lo que finalmente lleva a una explosión de violencia. La película argumenta que la desigualdad económica y social no solamente es perjudicial para los menos privilegiados, sino que también corroe la moral y la estabilidad de la sociedad en su conjunto.

A través de su representación de la desigualdad, Parasite cuestiona los fundamentos del sistema capitalista. La película señala cómo el afán de lucro y la competencia desmedida perpetúan la desigualdad y crean divisiones sociales cada vez más profundas. Además, critica la mentalidad consumista y superficial de los ricos, quienes ignoran los problemas de los menos afortunados y viven en una burbuja de privilegios.

Parasite es una película excepcional que aborda de manera magistral la desigualdad económica y social en la sociedad contemporánea. A través de su narrativa y personajes convincentes, la película expone las disparidades entre los ricos y los pobres, y cómo éstas afectan tanto en el plano material como en el emocional. Además, plantea preguntas incisivas sobre la movilidad social, la lucha por la supervivencia y las consecuencias psicológicas de la desigualdad.

La película también ofrece una crítica valiosa al sistema capitalista y su enfoque en la competencia y el afán de lucro. Parasite nos invita a reflexionar sobre nuestras propias responsabilidades como individuos y como sociedad en la lucha contra la desigualdad económica y social.

En última instancia, Parasite se destaca no sólo como una obra maestra cinematográfica, sino como una poderosa herramienta para generar conciencia sobre la desigualdad y fomentar el diálogo sobre cómo construir una sociedad más equitativa y justa. ®

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Publicado en: Cine

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