Tres décadas de thrash metal

Agent Orange, de Sodom

Sodom forma parte de una trilogía musicalmente importante y devastadora. En la década de los ochenta, Alemania fue cuna de tres bandas definitorias en la historia del thrash metal: Destruction, Kreator y Sodom.

Las virtudes de este tipo de música radican no únicamente, pero sí principalmente, en tres factores: la rítmica, la coordinación y la creatividad. El thrash metal requiere de un altísimo nivel de coordinación debido a que gran parte de su atractivo depende de la velocidad con la que se ejecutan las canciones. Y para que la velocidad no se ahogue en el mar de la monotonía ésta debe contener los otros dos factores: rítmica, que es la habilidad para combinar notas y riffs de diferentes tiempos, es decir, el manejo de las diferentes figuras musicales: redondas, blancas, corcheas, semicorcheas, etc., y creatividad para armar buenas melodías en un campo aparentemente árido y restringido por la necesidad de violencia musical, inherente al género en cuestión.

El álbum Agent Orange que Sodom publicó en 1989 goza de las tres virtudes. Pero es, en particular, su rítmica la que sobresale de las demás. Gracias a esto el álbum está lleno de contrastes, los que sirven como descanso auditivo en el maratón thrashmetalero de cuarenta minutos de duración. Con desplantes que van desde lo acústico (escúchese el intermezzo en “Tired and Red”) hasta lo deathmetalero, pasando por episodios blackmetaleros (la voz de Tom Angelripper es oscura y demoníaca) y hasta rellanos malignamente punkrockeros, estos alemanes logran crear un mosaico que es igualmente sólido que heterogéneo. Lo anterior no implica que los de Sodom abandonen su campo de acción. Por el contrario, Agent Orange es uno de los álbumes más representativos y de mayor influencia en la escena thrash metal en sus tres décadas de existencia.

Líricamente, los álbumes de Sodom han estado ligados a la guerra, especialmente a la de Vietnam. Por supuesto, Agent Orange no es la excepción. La impronta del título lo dice todo. El nombre alude al poderoso herbicida-defoliante utilizado por el Ejército estadounidense para sobreponerse a la hostilidad de la vegetación surasiática. A la fecha, las secuelas del Agente Naranja siguen cobrando vidas. La crítica de Sodom a la actividad bélica ha sido una constante tanto en las letras como en las ilustraciones de sus trece álbumes de estudio en donde varias veces se ven personajes portando armas de alto poder, máscaras y diversos tipos de parafernalia guerrera.

Veintiún años después del lanzamiento de Agent Orange Sodom sigue produciendo música, y lo hace bien. Su más reciente producción In War and Pieces (2010) sigue siendo variada y energética. Aunque la propuesta de Sodom ha dejado de ser especialmente revolucionaria, su legado musical ha servido como base para nuevas ideas mucho más arriesgadas ‒no siempre tan buenas. Sodom es el thrash metal puro y duro. Y hace recordar a quien lo escucha que, como en el box, el putazo que noquea no sólo debe ser rápido, también preciso y en el momento indicado. ®

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Publicado en: Diábolo, Octubre 2012

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