Minas antipersonales en Michoacán

«Mi niño no se despidió de mí, sin querer pisó una mina»

Mayra Alejandra Buenrostro relata cómo la mañana de aquel domingo 9 de febrero se trastocó su vida: “Mi niño estaba trabajando en el campo, no se despidió de mí. Sin querer pisó la mina. Fue a las siete de la mañana. Mi hijo quedó destrozado”.

Mayra Alejandra Buenrostro, poco después de las once de la mañana, aún bajo una pertinaz llovizna, formalizó su petición de asilo político en la vieja sede de la Embajada de Estados Unidos en Paseo de la Reforma en la capital mexicana. Foto: Arturo Mendoza Mociño.

En el día en que el presidente estadunidense Donald Trump, miércoles 17 de febrero del 2025, designó a seis cárteles del narcotráfico mexicanos como organizaciones terroristas internacionales, el diputado local priista michoacano Guillermo “Memo” Valencia apoyó la petición de asilo político de Mayra Alejandra Buenrostro, madre del adolescente jornalero agrícola Pablo, quien perdió la vida el pasado domingo 9 de febrero cuando una mina antipersonal del crimen organizado causó su muerte en Paredes del Ahogado, municipio de Buenavista, Michoacán.

Cae una brizna fría sobre el rostro y las lágrimas de la madre que a los trece años de edad tuvo a Pablo, ese hortelano limonero que el pasado domingo 9 de febrero se convirtió en la sexta víctima de las minas antipersonales que narcotraficantes han sembrado, palmo a palmo, en los caminos y brechas del Michoacán que gobierna el morenista Alfredo Ramírez Bedolla desde el 1 de octubre de 2021.

En la Explanada Latino, frente a la Embajada de Estados Unidos en México, en Paseo de la Reforma, a unos cuantos pasos del Ángel de la Independencia, Mayra Alejandra Buenrostro está acompañada por el diputado local y dirigente estatal del PRI en Michoacán, Memo Valencia, quien viene con ella desde Morelia. Corren los primeros minutos de las diez de la mañana y la sensación gélida de trece grados se parece a los bosques donde se guarecen las mariposas Monarca y las faldas de coníferas del Pico de Tancítaro, la cumbre más alta de Michoacán, con sus 3,849 metros de altura. Una veintena de reporteros los circundan para escuchar otro testimonio más de la guerra que se vive allá.

“Mi niño estaba trabajando en el campo, no se despidió de mí. Sin querer pisó la mina. Fue a las siete de la mañana. Mi hijo quedó destrozado”. Quienes recogieron sus restos en la huerta limonera donde laboraba se disculparon con ella: “Lo recogimos lo más que pudimos”.

La lluvia que cae esta mañana se entremezcla con las lágrimas de la madre de tres hijos, el mayor de ellos, Pablo, lo tuvo cuando Mayra Alejandra Buenrostro tenía apenas trece años. De nueva cuenta relata cómo la mañana de aquel domingo 9 de febrero se trastocó su vida: “Mi niño estaba trabajando en el campo, no se despidió de mí. Sin querer pisó la mina. Fue a las siete de la mañana. Mi hijo quedó destrozado”. Quienes recogieron sus restos en la huerta limonera donde laboraba se disculparon con ella: “Lo recogimos lo más que pudimos”.

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La primera avanzada del diputado priista salió a las 4:30 de la madrugada. Miguel García y Xóchitl Nava, titulares de la Agencia Notiver, con base en la capital michoacana, encabezaron la comitiva que arriba al punto de convocatoria hacia las 9:54 de la mañana. Así, tras superar el extenuante tráfico de Santa Fe, se apersonan Carolina Tomás, secretaria particular de Guillermo Valencia, quien resguarda las espaldas de Mayra Alejandra Buenrostro, quien viene acompañada del más pequeño de sus hijos: Alejandro, de apenas nueve años. Las manecillas se acercan a las diez horas de esta húmeda mañana cuando inicia la rueda de prensa.

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En Paredes del Ahogado, municipio de Buenavista, Michoacán, no hace tanto, iba un jinete que voló por los aires cuando pasó por una zona minada por narcotraficantes. El caballó murió y aquel hombre salvó la vida gracias a su montura. Ésa fue la primera denuncia que alertó al diputado Valencia y tardó más en colocar avisos de advertencia que los gobiernos morenistas en quitarlos. “He visto cuerpos pudriéndose al viento, que nadie se acerca a recoger en esa zona en disputa”, afirma. A las 10:42 am reta: “Que vaya allá (Omar Hamid García) Harsfuch (secretario de Seguridad y Protección Ciudadana), a caminar las brechas de Michoacán”. Por el momento, sigue organizando brigadas de alerta para que otros no mueran en los rincones donde ha estallado alguno de estos artefactos y que ya son zonas vedadas.

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A las 20:23 del martes 18 de febrero de 2025 se lanzó la convocatoria de la conferencia de prensa con Mayra Alejandra Buenrostro, madre de Pablito, desde la cuenta oficial del Partido Revolucionario Internacional. Allí estaban, a la mañana siguiente, puntualitos, el reportero y el camarógrafo de Grupo Imagen, a las 8:30 horas. Luego, como hierros al imán, fueron llegando corresponsales extranjeros y periodistas del abanico informativo de la capital mexicana. Esa treintena de informadores consignaron a un exaltado Memo Valencia: “Si me dicen que esto es ‘una campañita’, voy a seguir haciendo ‘una campañita’ por la vida de los michoacanos de Tierra Caliente, porque son miles de minas las que han sembrado los terroristas, porque eso es lo que son: terroristas”. ¿A qué temen aquellos michoacanos? A morir de un dronazo, responde el priísta, y, ahora, de las minas ocultas que esperan indiferentes dar su zarpazo de muerte.

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Alto como un guardatablero de baloncesto, exalcalde de Tepalcatepec y con sobrados años como priista, Memo Valencia cruza Paseo de la Reforma, hacia las 10:37 de la mañana, con rumbo a la sede diplomática de la Unión Americana. Poco antes recordó ante los periodistas que lo escoltan que contados días atrás la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo estuvo en Salvador Escalante, Michoacán (8 de febrero de 2025), presentando el Programa “Cosechando Soberanía”, mejor, insiste el hombretón, debería de crear un programa que se llame “Cosecha de minas”. E insiste en la paradoja y absurdo morenistas: “¿Para qué reparte fertilizantes si no hay campesinos? Centenares de familias han huido de la violencia terrorista. Porque a los narcotraficantes les incomoda la presencia del pueblo. Por eso hay ataques con drones y, ahora, minas terrestres”.

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Mayra Alejandra Buenrostro ya es una víctima más de la violencia del narcotráfico, y ahora le sobreviven dos hijos pequeños de once y nueve años de edad. En las huertas de limoneros siguen trabajando otros hombres, jóvenes y niños con riesgo a otras explosiones. Por el momento, exige una disculpa pública del gobierno de Alfredo Ramírez Bedolla porque la Fiscalía de Michocán sostuvo que la muerte de Pablito se debió a que él estaba manipulando el artefacto explosivo, pero hay decenas de testimonios que sostienen que el joven pizcador cruzó un terreno minado. Por eso quiere irse de México, aunque ahora con Donald Trump no ve tan viable su asilo político. En lo que ello ocurre le recomienda al gobernador morenista que no le tenga miedo a la delincuencia.

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Las primeras víctimas de las minas sembradas por narcotraficantes fueron soldados. Dos perdieron la vida en el municipio de Cotija, zona limítrofe entre Michoacán y Jalisco (17 de diciembre de 2024), y otra dupla de la 43 Zona Militar ardió en los límites de los municipios de Buenavista Tomatlán y Apatzingán, en la región de Tierra Caliente (18 de diciembre de 2024). Ramón Paz Salinas, maestro de telesecundaria en el plantel educativo de la localidad La Huerta, viajaba a bordo de su vehículo de la comunidad Las Bateas a El Tepetate, en el municipio de Apatzingán, cuando una mina estalló (15 de enero de 2025).

Pablito sucumbió el pasado 9 de febrero. Y hasta el momento, como informa la periodista michoacana Xóchitl Nava, se tiene registo de explosiones de minas en Buenavista (a 170 km de Morelia), Apatzingán (140 km) y Tepalcatepec (40). Es difícil saber quién las siembra porque en algunos puntos en conflicto hay hasta cuatro bandas criminales en disputa: Los Botox, Los Viagras, Los Caballeros Templarios y el Cártel Jalisco Nueva Generación. El más pequeño de los hijos de Mayra espera huir de esa tierra minada que ya es la zona sur de Michoacán, mientras la brizna no cesa de caer esta mañana de miércoles 19 de febrero poco antes de ser el medio día. ®

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Publicado en: Apuntes y crónicas

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