Quizás aquel taxista loco, con su incomprensible ritual y las postales surrealistas que generaba a su paso, me haya salvado...
El otro monte
El otro monte. L’autre mont. Textos personales desde Montevideo, tierra de Isidore Ducasse, conde de Lautréamont. Nunca se supo cuál de los dos fue para el poeta maldito el otro monte oculto en su seudónimo: si aquella lejana Montevideo natal, ciudad portuaria, de vacas carneadas en la calle, de grisura suicida, o si el parisino Montparnasse adquirido en su última década, con los cafés, luces y noches de glamour bohemio. La doble naturaleza del inmigrante, pero también del escritor que se mira a sí mismo. Porque el otro monte siempre es relativo y el monte de origen siempre es temporal. En esta columna se exploran ambos montes del yo. Y todas las escalas intermedias. ®
My last patriotic heartbreak
Parece que pasaran a presentar sus respetos finales a un difunto. No sirve para nada: es sólo para despedirse. Quienes...
Vírgenes y lobizonas
Tanto vírgenes como lobizonas son modelos solitarios, por fuera de las relaciones amorosas, aunque se busquen o se deseen. La...
Secretos del corazón
Toda la vida he deseado perversamente que alguien, mi padre, mi madre, mis novios, mis amigos, mi hermano, se acerque...
Pase libre
Mi tío era un manantial de escenas públicas. Cuando mis primos eran chicos, los llevó un día a los juegos...
Santo Varón
Pasan los años y la tanda de Clarín, clásica radio uruguaya, siempre se ve bendecida con auténticas perlas de doctores...
Ashes to ashes
No puedo acordarme bien cómo era el dicho aquel: “Donde hubo fuego, cenizas quedan” o, dándole la vuelta, “Donde hay...
Deseos extintos
Nuestra columnista, uruguaya de origen, vivió varios años en México antes de regresar a su país. ¿Quién dice que patria...
Omnis Amans Militat (Todo amante es un soldado)
A propósito del dossier de Replicante dedicado al amor y otros sentimientos, nuestra columnista recurre a la lectura de un...
Escritoras y directoras… ¡de vuelta a la cocina!
El mundo editorial sigue insistiendo en categorías como literatura femenina, como si existiera una natural contrapartida de literatura masculina (supongo...
Elogio de la luz
Mi viejo proyecto de columna Desde el barril pretendía tomar como excusa un fragmento filosófico, y a partir de él...
Esconderse / Revelarse
“De pronto, alguien tiró de la cuerda y en un instante fui despertada de mi somnolencia de pescador aburrido. Sentí...
Males y exorcismos no ortodoxos
“En eso, reparo en un trocito de metal sobre la cama, una especie de horqueta, una i griega. Sé, desde...
Un mundo sin hombres
Los hombres brillantes, además, son mucho más brillantes que las mujeres brillantes. Porque son hombres, claro. Es decir, eso siento...
Amores de café/ (una postal de otoño)
“Pero hay que temer a los idilios, claro. Hace muchos años amé a Montevideo y me rompió el corazón, me...
Gárgolas: milagros fuera del agua
Una singular galería de animales y seres mágicos —gárgolas, dragones, sirenas— pueblan una antigua ciudad del centro mexicano. Aquí la...
Atenea Bless America
El otro sábado salimos los tres a caminar para disfrutar de una hermosísima tarde soleada de otoño a las puertas...
(Réquiem por la) Belleza propia y ajena
“En la juventud no hay nada peor que decirle a una mujer bella e inteligente que es bella. Sus constantes...
El Santo Patrón de las Tempestades
A menudo es preferible una falsa alegría a una tristeza cuya causa es verdadera, escribió Descartes. Es un vicio, expresó...