La creación en la vagancia

Entrevista a Israel Martínez

Después de una larga estancia en Berlín, y de paso por otras ciudades europeas, nuestro columnista Israel Martínez regresa a Guadalajara para participar en dos exposiciones, la individual Flânerie y la colectiva Tinnitus y Fosfenos. Mariana Aguirre charla con él.

Israel Martínez. Foto © Mariana Ampudia.

Israel Martínez. Foto © Mariana Ampudia.

Martínez es un artista de Guadalajara [México] para el cual el sonido funge como el punto de partida de su práctica. Obtuvo el Distinction Award en la edición del 2007 del Prix Ars Electronica en la categoría de Música Digital y sus discos han sido publicados por sellos como Sub Rosa y Aagoo Records. El hombre que se sofoca fue clasificado en el cuarto lugar por la revista Spin en su lista “20 Best Avant Albums of 2011”. Estuvo en Berlín gracias a una beca del German Academic Exchange System durante parte del 2012 y 2013. Sus exposiciones más recientes han sido Private, public and some impositions en Quiet Cue y Spend time, waste time en daadgalerie, ambas en Berlín; Surrounded en The Tin Tabernacle, Londres; Flânerie en el Museo Raúl Anguiano, Guadalajara, y la colectiva Tinnitus y Fosfenos en el Museo de Arte de Zapopan. Presenta en abril sus obras en El ruido es el silencio (sonido, caminatas y acciones) en la Fonoteca Nacional y Dislocation a partir de septiembre en MUCA Roma, ambas en la Ciudad de México.

—¿Por qué elegiste el término Flânerie como título de tu exposición en el MURA?

—Durante agosto y septiembre de 2012 fui parte de un proyecto llamado Sound Development City, producido por una organización suiza. Se trataba de reunir a diez artistas de distintas nacionalidades y perfiles artísticos para convivir, producir y exponer obra creada durante varias semanas en Berlín, Londres y Zurich. Después de la inauguración de la exposición en Zurich caminé exhaustivamente por el centro de la ciudad y, de repente, me encontré con Steve Rosenthal, artista visual londinense que también había participado en ese proyecto. Me preguntó si había encontrado buenos sonidos o imágenes en mi expedición por la ciudad, le respondí que no, pero que esa era mi forma de producir, vagando y registrando, entonces me dijo que yo era un flâneur. No supe qué responder pero volteé hacia la puerta de donde él había salido unos segundos antes y era el mismísimo Cabaret Voltaire, mítico sitio que albergó flâneurs hace décadas, punto de partida del dadaísmo, un lugar que había borrado de mi mente. Desde ese momento pensé en titular un proyecto a partir del concepto de flâneur, porque todo mi proceso durante 2012 en Europa había sido así. Se barajó la opción de llamar de esta forma mi exposición individual en la daadgalerie de Berlín, pero encontramos un nombre más pertinente, así que tras la invitación de Patricia Urzúa para exponer en el Museo Raúl Anguiano (MURA), decidí usar el término.

—¿Cómo se relacionan las obras expuestas en Guadalajara con Spend time, waste wime, la personal que tuviste en Berlín hace varios meses? ¿Cuáles son las diferencias más marcadas?

Countercurrent. Foto © Mariana Ampudia.

Countercurrent. Foto © Mariana Ampudia.

—Principalmente, la libertad para elegir las obras y hacer conexiones entre éstas. La diferencia principal es que en el MURA tomamos parte de la curaduría realizada por Julia Gerlach en Spend time, waste time e integramos tanto obras realizadas ex profeso para MURA como piezas expuestas en Sound Development City. Con la idea de presentar obras generadas en procesos de ocio o vagabundeo se mostraron trabajos en distintos soportes, sin anclarnos únicamente al sonido, aunque en toda mi obra el sonido o la música siempre están presentes, a pesar de que no suene nada.

—Anduviste rondando por varias ciudades europeas, especialmente Berlín. ¿Nos podrías contar más sobre estos recorridos, aspectos que no pudiste capturar en tus registros de audio y video? ¿Cómo relacionarías esto con las obras en su estado final?

—Durante siete meses rolé a mis anchas por Berlín porque en realidad ya era para mí una especie de segunda casa, después de Guadalajara y la Ciudad de México, he pasado más tiempo en Berlín que en otras ciudades. En mis registros y piezas mi relación con esta ciudad queda manifestada, otras experiencias se quedan de manera anecdótica para las charlas cantineras, como los bares punks y de “basura” musico-cultural a los que estoy tan arraigado, mi interés por la historia del comunismo, de la guerra fría y de la separación de Berlín, así como lo mucho que he aprendido tanto de la historia de la ciudad como de sus habitantes, aunque muchos de estos, como yo, sean temporales.

Eso es Berlín: un flujo continuo. ¡Qué diferencia a Guadalajara! ¿No? Una ciudad en la que siempre estamos atados a lo mismo, con las mismas discusiones, problemáticas y prejuicios.

”A final de cuentas el movimiento es importante en las obras que hice no sólo en Berlín sino en varios puntos de Alemania: trenes de alta velocidad que circulan a un metro de nuestro cuerpo en pleno campo; surfos en medio de la ciudad que no se limitan a pesar de la cámara que los registra; músicos callejeros que hacen su performance como si mi lente no existiera; personas que siguen su paso sin importar mi presencia. Eso es Berlín: un flujo continuo. ¡Qué diferencia a Guadalajara! ¿No? Una ciudad en la que siempre estamos atados a lo mismo, con las mismas discusiones, problemáticas y prejuicios.

—¿No te parece que el concepto detrás del término flânerie tal y como surgió en el siglo XIX es un punto de vista poco universal? Es decir, ¿te imaginas a una mujer habitando el espacio público de la misma manera, aunque sea en ciudades europeas relativamente seguras?

—Las mujeres caminan sin temor alguno en la mayoría de los países europeos, a la hora que sea, con la falda más corta o el escote más provocativo, con una larga fiesta encima o de plano quedándose dormidas. Uno puede ser un flâneur en cualquier sitio adaptándose a ciertos códigos de ese lugar. ¡Hasta en México! Uno, o una, puede andar de vago por infinidad de sitios, aunque tienes razón, las condiciones político-sociales son distintas. Entonces pensaría en una adaptación del concepto de flâneur a cada sitio; en los barrios de Guadalajara aún existen flâneurs.

—¿Cuál fue la primera obra que se generó para esta exposición? ¿Cómo determinó a las que le siguieron?

It never happens. Installation view, Londres.

It never happens. Installation view, Londres.

—Fueron tres y se realizaron de forma muy sencilla: Flânerie, que consiste en grabaciones de campo (audio) en Alemania y la República Checa, simplemente porque pasaba todo el día registrando; Spend time, waste time, porque me acercaba al movimiento de la gente en espacios públicos, y Éxito, porque no paraba de grabar músicos callejeros en la calle. Estos últimos eran para mí muy potentes pues desde hace años quería hacer un trabajo sobre ellos, me llama mucho la atención cómo se saltan estupideces propias de la industria musical como buscar foros oficiales, producir discos; en fin, más allá de la legitimación, estos músicos desean, por una parte, dinero, y por otra, acercarse a la gente, al público en general me refiero, no a audiencias específicas. Durante el proceso de creación de estas obras o proyectos me di cuenta de que mi metodología era simplemente producir en la calle, registrando, y seguí haciéndolo.

—La exposición fue acompañada por un pequeño libro, Vagancia. ¿Cuál fue el propósito de esta publicación?

—Fue un proceso muy interesante ver cómo varios amigos estuvieron en la misma zona viajando y descubriendo, generando experiencias. Martín Mora estaba en un año sabático en Barcelona, en comunicación con la Universidad de Cataluña; Daniela Cadena estudiando una maestría en educación enfocada hacia el arte contemporáneo en Londres; el Chano, amigo desde nuestros tiempos en la escena punk de Guadalajara en los noventa, viajando para conocer, y Mariana Ampudia, mi pareja, descubriendo por igual esta zona del mundo a partir de su interés por el tejido urbano.

”Me pareció importante hacer un libro sobre nuestras experiencias, nuestro acercamiento, un libro hecho entre amigos que incluyó a Paulina Ascencio porque me parece una curadora con buenas ideas, apertura y con la cual mantengo un diálogo muy sano tanto a nivel amistoso como profesional. También incluimos al doctor Holger Schulze, un teórico duro del sonido y de la musicología en Alemania. El libro gira en torno a la experiencia de vagabundeo pero desde la perspectiva de cada quién, incluyendo la parte visual a cargo de mi hermano Diego (Lumen Lab). Amo la literatura como a la música y el arte, así que era una opción más para extender este proyecto. ¿Por qué no hacerlo?

—Dos de las obras en la sala más pequeña, Encounter y Countercurrent, se instalaron de manera horizontal. ¿De dónde surgió esta idea y por qué decidiste mostrarlas así?

Llorona. Foto © Mariana Ampudia.

Llorona. Foto © Mariana Ampudia.

—Por un afortunado error. El arquitecto Christian Fuchs, quien hizo la museografía de la exposición Spend time, waste time, pensó que yo quería estas dos obras proyectadas sobre el piso, aunque yo dije: desde el piso. Le pareció una guarrada (pulcritud alemana) proyectar directamente al piso, por lo tanto, propuso dos plataformas para proyectar ambas obras. Cuando observé el resultado y entendí la equivocación, decidí quedarme callado y disfrutar de esta oportunidad tridimensional: la proyección de un video como objeto. Rafael Ortega ya había propuesto algo similar, aunque no en el piso sino sobre la pared, en la exposición que tuve con Luis Felipe Ortega en Laboratorio Arte Alameda en 2011, Así es, ahora es ahora. Así que yo ya conocía el trasfondo dimensional de sacar de la pared (o del piso) una imagen en movimiento; para mí fue un re-descubrimiento y es ya una estrategia de proyección en mi trabajo.

—¿Cómo se relaciona esta muestra con tu producción anterior y con lo que presentaste en Tinnitus y Fosfenos, exposición colectiva actualmente en el Museo de Arte de Zapopan (MAZ)?

—En el texto informativo sobre Spend time, waste time la curadora Julia Gerlach dijo que mi obra producida en Europa mostraba una región despreocupada, tranquila, casi banal, pues mi trabajo anterior estaba más sacudido por el contexto socio-político (y en México tenemos para repartir experiencias). Yo no niego su visón al respecto, en cualquier sitio me siento influenciado por mi contexto, y en Europa sentí las tensiones sociales, pero son muy distintas a las de México o Latinoamérica. Fue un buen momento para retornar a ejercicios de la adolescencia como la caminata, el ocio, el vagabundeo, la literatura, el estudio y la reflexión sin presión de tiempo. En el MAZ los curadores seleccionaron obras que ya había mostrado en la exposición Acorralado, la cual pasó por Guadalajara, Ciudad de México y Londres; tienen que ver con mi experiencia con la violencia o con el uso de espacios públicos que han sido abandonados, hilando todo a través del sonido. Son dos procesos distintos, aunque inmediatos; la ola de violencia precedió al ocio y el vagabundeo, y ahora me encuentro entre los dos.

—¿Podrías describir la evolución del arte sonoro en Jalisco? ¿Cuáles son los verdaderos avances? ¿Qué crees que se haya logrado con tu personal y con la colectiva en el MAZ?

—La etiqueta “arte sonoro” está insertada en el ámbito cultural de la localidad, pero no es algo fortuito, hay mucho trabajo detrás, y en ese sentido estoy involucrado totalmente, así como sucede con el sello Abolipop (hoy Suplex, del que soy co-director junto con mi hermano Diego). Cabe recordar a personas como Javier Audirac, Yair López (director del incansable proyecto de difusión Sociacusia), María Álvarez del Castillo (ex directora del CAM Contemporáneo y quien ahora participa como gestora en varios proyectos) y Andrés Aguilar, quien ha puesto a disposición de la comunidad uno de los foros de experimentación sonora más íntegros del mundo: Laboratorio Sensorial. Por supuesto, hay más gente involucrada en años recientes, pero ahora sólo me refiero a los que hemos sido promotores u organizadores de iniciativas para crear público directamente.

Mi barrio Haleense...

Mi barrio Haleense…

”Desde hace once años mi hermano y yo hemos difundido las etiqueta de arte sonoro, experimentación sonora y música experimental en la medida de lo posible. Cuando comenzamos no había otros esfuerzos, al menos no de gran resonancia; los medios no sabían nada al respecto. Si acaso había algunos artistas visuales inspirados por John Cage que presentaron alguna ocurrencia en torno al sonido, o Luz María Sánchez, que había hecho interesantes obras de radioarte e instalación sonora, pero se encontraba en España. En realidad, el panorama era desértico. Nosotros pugnamos por un espacio tanto en la atención del público como de los medios, y creo que lo logramos, Tinnitus y Fosfenos es una muestra de ello y lo celebro. Por otro lado, mi exposición en MURA es parte de este proceso pero también de un grado de comunicación y confianza que comparto con Patricia Urzúa y su equipo, quienes dieron seguimiento a mi trabajo en Europa, con quienes hemos retroalimentado muchas ideas, y con quienes hemos formado un sólido proyecto con poco presupuesto.

Hay mucha soberbia de parte de algunos creadores, una soberbia que no les permite asistir a talleres para formarse, o ir a conciertos, exposiciones o proyectos en los que no participen.

”El arte sonoro está siendo fomentado en la comunidad cultural de Guadalajara, incluso más que en otras ciudades o países. A pesar de esto, el nivel local sigue siendo discreto. Hay mucha soberbia de parte de algunos creadores, una soberbia que no les permite asistir a talleres para formarse, o ir a conciertos, exposiciones o proyectos en los que no participen. Aunque el territorio es fértil, depende de ellos generar algo al nivel de lo que se produce en otras escenas, o seguir operando únicamente en el entorno local.

”Por mi parte, he decidido trabajar con el sonido pero también utilizando otros medios, así que la etiqueta de artista sonoro limita mi discurso un poco. Prefiero partir del sonido y de la música hacia cualquier sitio donde éstos me lleven: de la literatura a la intervención, o de la acción al registro, por ejemplo. ®

Links

Una entrevista-documental sobre Spend time, waste time

It never happens (en torno a Sound Development City)

Éxito (músicos callejeros)

Encounter (el tren en Bavaria)

Countercurrent (los surfos en Munich)

Gente comportándose II (en torno a Tinnitus)

Pandilleros (en torno a obras anteriores o Tinnitus)

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Publicado en: Arte, Marzo 2013

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