Música digital, ¿una industria rentable?

Piratería, devaluación y nuevas tecnologías

De los viejos acetatos a los compact discs y a los archivos digitales de música que pueden comprarse en línea, todo ha cambiado en pocos años para la industria de la música, para los consumidores y para los mismos creadores.

La ciudad de Guadalajara lidió la resaca de inicio de año con el inesperado cierre de su primera tienda Mixup a quince años de su apertura. La discreción en las declaraciones de los operadores de la tienda ubicada en el centro comercial Plaza del Sol de la capital jalisciense no pudo ocultar la avalancha de sucesos que han ocurrido en las últimas dos décadas en la industria discográfica global.

Mil por ciento no es una cifra para ignorarse. De ese tamaño fue el incremento en el valor del mercado de la música digital en los últimos seis años, razón de peso para que tiendas convencionales como Mixup y ABDiscos cierren sus puertas y, por supuesto, para motivar la exploración de este artículo. Guadalajara, calificada como una ciudad conservadora a pesar de ser una de las tres ciudades más importantes de México, no está exenta de los procesos globales impulsados por las tecnologías de la información y la comunicación actuales.

Acontecimientos como la primera Feria Internacional de la Música (FIM), realizada en junio pasado, inscriben a Guadalajara en la escena cultural de Latinoamérica y en el mercado de la música global. Enrique Blanc, asesor de medios de la FIM, señala que es pronto para hacer un balance numérico de los aportes de este evento a la ciudad, aunque no duda de que fue “el mejor pretexto para acercar a la ciudad a expertos de la industria musical, periodistas y músicos internacionales”. Esta feria es también parte de la vorágine de cambios en el mercado musical local impulsados por el “quebrantamiento” de las fronteras en el mundo.

Desde la venta de las primeras grabadoras de CD en 1988 hasta el lanzamiento de iCloud de Apple en meses pasados, en este artículo se intenta recapitular y realizar un estudio somero de la mercantilización de la música digital y sus consecuencias en la industria discográfica global establecida desde los años cincuenta.

Por supuesto, no se ignoran fenómenos como el constante incremento en las ventas de música digital que representó 29% del total en la industria musical en 2010, así como la piratería y los estragos que ha dejado en los bolsillos de las discográficas más importantes o majors como EMI, que este año se declaró como una empresa frágil económicamente. Ese recuento y análisis está sustentado en la información que generan instituciones, autores y actores del medio discográfico y musical e intenta no dejar de lado procesos y fenómenos de lo local a lo internacional, para establecer un precedente en el que se profundice a detalle en un futuro.

Dos décadas de compartir música: el dolor de cabeza de las disqueras

A doce años de su popularización, las redes de intercambio de archivos mejor conocidas como peer to peer (P2P) implantaron mejor que nunca el gran obstáculo para las disqueras, la colaboración entre usuarios. La Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI por sus siglas en inglés) declara una baja de 31% en las ventas de música grabada en los últimos seis años, cifra que denota un verdadero bache, provocado en gran medida por estas redes. Sin embargo, existen otros socavones que la industria discográfica internacional ha enfrentado en las últimas dos décadas que se mencionan más adelante.

Desde la venta de las primeras grabadoras de CD en 1988 hasta el lanzamiento de iCloud de Apple en meses pasados, en este artículo se intenta recapitular y realizar un estudio somero de la mercantilización de la música digital y sus consecuencias en la industria discográfica global establecida desde los años cincuenta.

La revolución de la música digital comenzó a finales de los ochenta cuando salieron a la venta las primeras grabadoras de disco compacto (CD). En 1988, a seis años de su lanzamiento al mercado, el primer soporte digital de música que reemplazaría al popular acetato de larga duración o LP y el cassette, cualquier persona podía hacer una copia fiel de un CD sin pagar el precio original de éste. Es decir, el fenómeno de la piratería, como es llamado por la industria, le daba el primer puntapié al mercado discográfico establecido en el plano mundial.

Fernando Clavell Corbera apunta también que aunque las grandes majors como EMI, Universal, Warner, Sony y BMG retrasaron el lanzamiento de las grabadoras de disco compacto por miedo al hundimiento del negocio discográfico, no lograron detenerlo.

Desde entonces, y por lo menos durante toda la década de los noventa, las copias no sólo se vendieron en el mercado informal como productos piratas, sino que también empezó lo que hasta ahora ha sido el principal dolor de cabeza para la industria, el intercambio de música entre conocidos e incluso desconocidos.

Compartir música entre personas no les representaba aún una contingencia, aunque en 1993 se populariza la llamada World Wide Web o internet, que cuatro años más tarde se convertiría en la plataforma idónea para este fin. En 1996 las ventas de la industria musical en Latinoamérica eran controladas aproximadamente en 80% por las cinco grandes disqueras (Universal, Warner, EMI, Sony y BMG).1

En 1997 el MP3 (MPEG-2 Layer 3), un formato de archivo musical que por ocupar poco espacio (una reducción de diez a veinte veces respecto al formato .cda utilizado en el CD) y ser fácilmente transferible a través de internet, se populariza y en 1999 se convierte en el término más consultado en todos los buscadores de internet.

En ese mismo año nace el concepto que hasta ahora hace temblar a la industria, el intercambio de archivos de usuario a usuario, popularizado como peer to peer (P2P). O lo que sería un sencillo programa de intercambio entre diversos discos duros llamado Napster, en el que se dio una relación usuario-usuario que incentivó el intercambio de archivos MP3 entre sí.

Desde la creación del exitoso Napster las redes usuario-usuario han recibido duros ataques de desprestigio por parte de las disqueras, la Recording Industry Asociation of America (RIAA) y la mencionada IFPI, calificándolas como piratería digital, incluso hasta llegar a las disputas legales. Esta red, que en su momento álgido atrajo a casi 50 millones de usuarios únicos, según menciona Gustavo Buquet, fue demandada por la RIAA en 1999 por violar la ley de propiedad intelectual, y para el año siguiente por el grupo de rock Metallica.

La RIAA, la American Society of Composers, Authors and Publishers (ASCAP) y otros grupos de presión como la American Federation of Musicians impulsaron la controvertida Digital Milenium Copyright Act (DMCA) que fuera aprobada en 1998 por el Congreso de Estados Unidos y que castigaba cualquier intercambio de archivos a través de internet sin autorización del propietario como un delito.2

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de esas instituciones, las redes P2P se popularizaron y para abril de 2002 redes como Morpheus y Kazaacontaban con alrededor de 90 millones de usuarios. Según la RIAA la cantidad de canciones que se intercambiaban ascendía a tres mil 600 millones, aproximadamente, cuatro mil millones de discos compactos al año.

“En buena medida, el auge de los programas P2P y del intercambio de ficheros musicales gratuitos fue propiciado por la tardía reacción de la industria discográfica ante la digitalización”.3

Cómo respuesta emergente entre 2002 y 2003 las cinco grandes majors crearon dos servicios de suscripción en paralelo. PressPlay impulsado por Sony y Universal, y MusicNetde BMG, Warner y EMI, pero estos proyectos aunque intentaron emular las populares redes de intercambio de archivos nunca trascendieron como tales.

Contradictoriamente el primer caso de éxito en la venta de música online,iTunes Music Store, fue creado en abril de 2003 por una empresa ajena al mercado de la música: Apple. Gran parte de su triunfo ocurrió gracias a la penetración en el mercado de su reproductor de música portátil iPod, dado a conocer en octubre de 2001.

Tan sólo en su primera semana iTunes vendió un millón de canciones y su popularidad ha sido tal que en 2008 vendió dos mil millones de canciones, casi 80% del total de ventas de música por Internet en ese año.4

Tan sólo en su primera semana iTunes vendió un millón de canciones y su popularidad ha sido tal que en 2008 vendió dos mil millones de canciones, casi 80% del total de ventas de música por Internet en ese año.

Poco a poco, el comercio y tráfico legal e ilegal de música por la red se convirtió en la principal preocupación de la industria musical dominante. Para septiembre de 2003 el diario español El País publicó: “La asociación discográfica norteamericana RIAA envió la semana pasada a los tribunales demandas contra 261 internautas que se han descargado de internet más de mil canciones protegidas por derechos”. Esa asociación realizó esto como una medida de presión a los millones de usuarios P2P que diariamente intercambiaban archivos gratuitamente.

En 2007 la Electronic Frontier Foundation(EFF), en defensa de estos usuarios, analizó el caso y emitió un informe en el cual concluyó que “demandar a los usuarios de los sistemas de intercambio de archivos no es la respuesta correcta al dilema del P2P”.

En octubre de ese mismo año sucede un caso singular en el mercado global de la música, pues el grupo de rock Radiohead decidió ofrecer su disco In Rainbows por medio de su página de internet. Lo inusual y revolucionario de este caso fue que el grupo dejó a libertad del consumidor el precio del álbum, es decir, cualquier persona podía pagar desde 1 centavo hasta 200 dólares según su elección.

Fijando la mirada en este acontecimiento único, el periodista y productor de Radio Universidad de Guadalajara, Enrique Blanc, se preguntó meses después, en 2008: ¿La música por internet desplazará a los intermediarios? A lo que su respuesta fue: “Con esta determinación, venturosa desde luego, Radiohead se sacudió a todo intermediario del camino y estableció una relación directa con sus seguidores, a la vez que sentó un precedente”.5 Hubo quien reprodujo el hecho en los años próximos, como Trent Reznor, líder del proyecto musical Nine Inch Nails. Sin embargo, el impacto cultural y sobre todo el fortalecimiento de la percepción de la gratuidad de la música en los consumidores han prevalecido hasta ahora.

La sucesión del mercado musical

El pasado mes de abril la tienda de música en línea iTunes cumplió ocho años de su lanzamiento. Desde entonces otros han replicado su modelo de manera que en 2003 existían treinta servicios similares y para 2011 son más de cuatrocientos. Como consecuencia, el número de tracks disponibles para venta en la red se incrementó más de treinta veces en el mismo ciclo. Es decir, de 400 mil a más de 13 millones de canciones, según la IFPI.

iTunes no constituyó el primer intento por vender música en Internet. CDNow y CD Universe fueron las primeras tiendas de música en línea, las cuales sólo emulaban el modelo de negocio de la realidad, es decir, el cliente compraba un disco compacto vía catalogo en internet y después lo recibía en su domicilio, con la ventaja de que podía pre-escuchar fragmentos de canciones en la red y disponía de un buscador de títulos, elementos que para 1996 resultaban innovadores.

Según datos de la IFPI, actualmente una tienda de discos convencional cuenta en promedio con 250 mil unidades en inventario, pero una tienda de música en línea como Amazon cuenta por lo menos con cinco veces más material en su catálogo.

Para Javier Audirac, periodista musical y fundador del sello discográfico tapatío Barrilete Cósmico, la oferta en las tiendas de discos convencionales es muy pobre, “tristemente veo tres o cuatro discos que me interesan dentro de todo el mar de discos que manejan, es decir, el no tener una oferta atractiva para el consumidor de música tangible genera el cierre de estos lugares”.

En la ciudad de Guadalajara, casi dieciséis años después de su apertura en mayo de 1995, la emblemática tienda de discos Mixup situada en Plaza del Sol, cerró sus puertas al inicio de 2011. Éste no fue el único caso, ocurrió lo mismo con una de las tiendas de ABDiscos (antes Discotecas Aguilar), empresa tapatía con más de cincuenta años de permanencia en la ciudad.

Álex Sedano, gerente de la sucursal Juárez de la tienda Mr. CD en Guadalajara, dice que desde hace tres años esa cadena jalisciense “ha visto un descenso de 30 por ciento anual en las ventas de discos compactos […] Desde que inventaron iTunes ha bajado la venta”.6

La baja en las ventas del disco compacto en la ciudad refleja un fenómeno global que lo mismo afectó a Guadalajara como a otras ciudades en el mundo. Aunque la constante suma de otros grupos empresariales al mercado de la música por internet, como lo es la cadena de tiendas Seven Eleven y más recientemente el servicio de Blackberry Musicen Canadá, Estados Unidos y Reino Unido que para 2012 estará disponible en México, nos da un claro indicio de una transición en las formas de comercialización y consumo de la música.

Los soportes para venta de música están en un proceso migratorio según menciona el profesor de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, Juan C. Calvi: “Un factor importante a tener en cuenta sobre el descenso de la venta de música en soporte CD es que éste soporte […] ha entrado en su fase de declive y está siendo reemplazado actualmente por nuevos soportes digitales, tales como los reproductores de música portátil MP3”.7

En México la Asociación Mexicana de Productores de Fonogramas y Videogramas, A.C. (Amprofon), representante de la industria discográfica nacional, reporta que “al cierre de 2010 las ventas de discos de la industria discográfica mexicana descendieron 11.3% en unidades y 8.8% en valores respecto al año anterior, comercializando poco más de 26 millones de unidades, equivalentes a mil 997 millones de pesos. Este volumen de unidades de discos vendidos es el más bajo de la década”.

Según informó la Agencia Alemana de Prensa (DPA), en febrero la facturación de Warner Music cayó 14% de octubre a diciembre de 2010. Las pérdidas se elevaron en comparación con el mismo periodo del año anterior de 17 a 18 millones de dólares.

El actual consumidor de música digital comienza a obedecer a las nuevas formas de mercado, es decir, a comprar canciones o sencillos en lugar del álbum completo. Antes de 2003 si querías comprar música tenías que pagar el álbum completo por diez o quince dólares, ahora puedes comprar por 99 centavos de dólar una canción en servicios como iTunes, Play.com, Amazon y Tesco.

Las industrias culturales, como las llama el filósofo e investigador Néstor García Canclini, están sufriendo una alternancia para entrar en la “producción, comercialización y comunicación a gran escala de bienes culturales”, en este caso la música.8 Aun cuando ésta no es su especialidad en el mercado (como fue el caso de Apple con iTunes), existe un interés por llevarse una rebanada de ganancias por su distribución.

La industria musical ha sido afectada principalmente por el auge de internet, las redes sociales como Myspace o Bandcamp, las descargas libres y la emergencia de productoras independientes que reconfiguran el mercado. Canclini sitúa al fenómeno de internet, Google,como “un monopolio aún más poderoso de lo que eran hasta ahora las cadenas televisivas y las cuatro empresas musicales”.9

Aun así, la empresa discográfica Universal Music es la más poderosa con 31.4% del mercado actual, Sony Music cuenta con 27.4%, le sigue Warner Music con 19.8% y EMI con 9.6%. Esta última se asumió como una empresa frágil en 2011, pues el grupo bancario Citigroup, conglomerado del que formó parte, la puso en venta en junio pasado. Por su parte, el sector independiente se hizo partícipe de 11.6%.10

El actual consumidor de música digital comienza a obedecer a las nuevas formas de mercado, es decir, a comprar canciones o sencillos en lugar del álbum completo. Antes de 2003 si querías comprar música tenías que pagar el álbum completo por diez o quince dólares, ahora puedes comprar por 99 centavos de dólar una canción en servicios como iTunes, Play.com, Amazon y Tesco.

Las mencionadas majors de la industria musical viven incertidumbre con el panorama actual. García Canclini dice que “algunas magnas empresas que controlaban el negocio todavía no saben qué hacer frente al desafío digital y frente a las nuevas maneras de asociarse, comunicarse y trasmitirse contenidos de los usuarios ordinarios”.11

En el caso de nuestro país algunos sellos discográficos independientes han hecho redes con las grandes empresas para imponerse como una opción de distribución para los músicos excluidos directamente por las grandes empresas. Al respecto Javier Audirac dice: “Las majors están desapareciendo, al menos aquí en México están trabajando como distribuidores, están distribuyendo muchos productos de sellos independientes, como el caso de Arts and CraftsMéxico”.

El periodista y productor apunta que es benéfico para los propios músicos vender su material por internet, “agarrarse de iTunes o CDBabyo cualquier distribuidor en internet en lugar de EMI, Universal o Sony. Cualquier sello independiente tiene que ser un aliado del músico y no debe abusar de su obra, lucrar, cosa que ocurre en la mayoría de las grandes productoras”.

Raúl Andreu, “Rulo”, músico de la banda de rock tapatía Movus, dice que cada vez hay más autonomía incluso con artistas consolidados como Pepe Aguilar, quien optó por producir su música como sello independiente, “ahora él puede vender su disco y quedarse con el dinero, porque lo que hacían las disqueras es que te daban muy poco dinero por la venta de tus discos”.

La independencia en términos de distribución es sólo uno de los factores para que en los últimos años las ventas de música en línea se incrementaran exponencialmente. Pero para las empresas que instituyen el mainstream es decir, la música editada por las grandes disqueras, se instaura un nuevo paradigma de mercado porque estas ventas en internet no se ven reflejadas en sus economías. También debemos considerar otros factores, principalmente, la piratería digital.

En términos globales (como indica la tabla 1) al concluir 2010, 4.6 billones de dólares fueron los ingresos de la industria musical por medio de ventas en internet, es decir, 29% del total. El equivalente a casi 70% del Producto Interno Bruto de Nicaragua, según datos del Banco Mundial. Muy por debajo le siguen las ventas de diarios digitales con 4% y en primer lugar la industria de los videojuegos que supera ese porcentaje de ventas en línea con 39%12

Tabla 1. Industria discográfica

Crecimiento

Pérdidas

Existen 13 millones de canciones autorizadas por las compañías discográficas para su venta en servicios de música digital.

El valor de la industria global de música grabada cae 31% de 2004 a 2010.

Son más de 400 los servicios de música digital en la red.

45% disminuyó el número de álbumes realizados en México entre 2005 y 2010.

4.6 billones de dólares es el valor comercial del mercado de música digital en el mundo.

Entre 2008 y 2015, 240 billones de euros (340 billones de dólares) será la acumulación estimada de pérdidas en las ventas de la industria creativa europea debido a la piratería.

6% crecieron globalmente las ventas de música digital en 2010.

Para 2015, se estima que 1.2 millones de trabajos se perderán en la industria creativa europea debido a la piratería.

29% esla proporción global en ventas de música digital en las compañías de grabación.

De 77% se estima la baja en las ventas de lanzamiento de álbumes del top 50 global entre 2003 y 2010.

Más de 1000% ha sido el incremento en el valor del mercado de música digital de 2004 a 2010.

17% es la caída en el número de personas que trabajan como músicos en Estados Unidos entre 1999-2009.

16.5% es la proporción de usuarios de internet en Estados Unidos que compran música por este medio.

12% caen las ventas de las cincuenta giras de artistas más importantes en 2010.

Reporte de Música Digital 2011, resumen de estadísticas. Fuente: IFPI13

Globalmente un promedio de nueve millones de archivos musicales se descargan legalmente a diario. A la fecha, el número de canciones que se han vendido en la tienda en línea iTunes supera los diez mil millones, consolidando a ésta como un monopolio en el mercado de la música digital.

Según la Amprofon, en México la venta de música digital por medio de las tiendas en línea del país ascendió 116.3% en 2010, pues se realizaron cerca de trece millones de descargas. En valor comercial, las ventas totales de música digital considerando las ventas para teléfonos celulares, las tiendas en línea y los servicios de suscripción (streaming), representaron cerca de 590 millones de pesos, lo que significó un incremento de 54.3% respecto a 2009.

Servicios de streaming o transmisión gratuitos como YouTube, Pandora o We7aumentan el número de usuarios mes a mes. Ninguno de estos servicios existía hace diez años. Además se puede pagar una suscripción mensual de cerca de diez euros para tener acceso a millones de canciones con servicios como Spotify, Deezer, eMusic, Sky Songs y Rhapsody.

En internet la venta de canciones no es el único servicio que existe actualmente alrededor de la música. Servicios de streaming o transmisión gratuitos como YouTube, Pandora o We7aumentan el número de usuarios mes a mes. Ninguno de estos servicios existía hace diez años. Además se puede pagar una suscripción mensual de cerca de diez euros para tener acceso a millones de canciones con servicios como Spotify, Deezer, eMusic, Sky Songs y Rhapsody.14

También la nube, o cloud, entró a la esfera musical de internet en 2011. La agencia de noticias EFE reportó en marzo que el servicio Cloud Drive de Amazonofrecerá de manera gratuita cinco gigabytes de almacenamiento en internet para subir datos, videos o música, mientras que quienes compren un álbum a través de la tienda online Amazon MP3 podrán almacenar hasta 20 gigabytes”.

En el mes de mayo Googlese une como competidor por el servicio de nube en internet con su plataforma Music Beta. Semanas después, Steve Jobs, entonces presidente y director ejecutivo de Apple, presentó la propuesta de cómputo en la nube denominada iCloud. Según la DPA, Apple tuvo que pagar entre 20 y 50 millones de dólares a Universal Music, EMI, Sony y Warner por los derechos de la música. Servicios como éstos generalmente son lanzados a prueba en países como Reino Unido y Estados Unidos, porque en México nuestros hábitos de consumo se identifican aún con el consumo tangible. En nuestro país ocurrió el caso de iTunes,que no fue sino hasta 2009 cuando abrió su tienda en México, aunque ya habían pasado seis años que esta plataforma funcionaba en Estados Unidos.

Mientras nos habituamos a consumir música en internet de manera legal, la industria ha encontrado formas de acercarnos a ello pues actualmente existen tarjetas iTunes de prepago en tiendas como OXXO, Soriana y Walmart con las que se puede comprar canciones vía internet. Es así como los mexicanos poco a poco lograremos adaptarnos al perfil del ciudadano global que está conectado con las nuevas redes, formas de consumir y comunicarse.

Piratería y percepción de gratuidad de la música

La industria musical en el plano mundial ha sufrido espasmos durante los últimos veinte años, intensificándose éstos en la última década con el auge del internet y las nuevas formas de consumo gratuito de música, aunque ésta no vacila en calificarlas como piratería.

La piratería es un fenómeno que se ha hecho fuerte desde hace algunos años y que no sólo afecta a la industria discográfica. En el último “Análisis de Mercado de Música Robada” en 2007 la Amprofon destaca que 67% de las personas en México consumen música robada, es decir, discos piratas. Dato que concuerda con que siete de cada diez discos vendidos en México son piratas.

En la zona occidente del país, donde Jalisco está agrupado en ese análisis con Aguascalientes, Nayarit, Colima, Michoacán y Guanajuato, las ventas de la industria pirata fluctuaron en 60% entre 2004 y 2007. Mientras que en las zonas con mayor cercanía a Centroamérica, es decir, la zona centro y sureste del país, se alcanzó 78%.

Sobre las iniciativas internacionales para atacar la piratería, existe actualmente el tratado ACTA (Anti-Counterfeiting Trade Agreement), “del que ya se estudia su aplicación en México y que busca proveer a la industria y a los creadores de una mejor protección fuera de sus fronteras y podría significar un enorme paliativo para frenar la piratería digital”, indica Fernando Hernández, director de la Amprofon.15

Según la Asociación Mexicana de Productores de Fonogramas y Videogramas, finalizando el 2010 existían en México alrededor de siete mil 500 millones de canciones disponibles para intercambio ilegal, casi cinco mil millones más que en 2009. La cantidad de usuarios que ponen a disposición música de manera ilegal oscila entre los quince millones.

La contracción en las ventas de música legal en el nivel industrial en los últimos años se interpreta como “un impacto de la piratería comercial del CD, la copia privada de los mismos y las descargas de música realizadas en internet”, según la IFPI y la propia RIAA.16

Otras formas de consumo musical que imperan están basadas en la gratuidad de las redes P2P, “y aparecen como desafíos frente a la industria, incapaz de encontrar un modelo de negocio que permita rentabilizar económicamente el tráfico de esas redes y también para el Estado, que siente que su poder se difumina en Internet”.17

Para abonar a esta conjetura la IFPI documentó en un video realizado en 2010 que uno de cada cinco usuarios de internet en Europa intercambia música ilegalmente, además de que 25% de los usuarios de redes de intercambio de música P2P en el Reino Unido no pagan por obtenerla.

En México el número de canciones bajadas en 2010 a través de las redes de intercambio P2P superó en más de trescientas veces el número de temas vendidos en el mercado digital legal del país. Las redes de intercambio de archivos más usadas fueron Ares y Limewire, sin embargo, la existencia cada vez mayor de plataformas similares hace más grave el problema para la industria discográfica mexicana.

El tráfico ilegal de música por internet es un fenómeno mundial que perjudica a la industria globalmente establecida, por lo que en México y otros países de Latinoamérica es también común encontrar casos de persecución por piratear las producciones de músicos y otros artistas.

Otras formas de consumo musical que imperan están basadas en la gratuidad de las redes P2P, “y aparecen como desafíos frente a la industria, incapaz de encontrar un modelo de negocio que permita rentabilizar económicamente el tráfico de esas redes y también para el Estado, que siente que su poder se difumina en Internet”.

Año tras año la Amprofon realiza un “Reporte de Descargas Digitales” para la industria audiovisual mexicana. Este estudio de mercado es realizado por la empresa especialista Ipsos Media. De acuerdo con el reporte de 2010, de la población mexicana entre doce y 44 años (alrededor de 43 millones), 69% se conecta a internet habitualmente y el resto no lo hace con frecuencia.

Dentro de las tres actividades en internet que más realizan este porcentaje de mexicanos está en primer lugar chatear y en segundo lugar la descarga de música digital. De los treinta millones de personas que se conectan habitualmente, sólo cuatro millones descargan contenidos legales, como videos musicales, películas, series, libros y música. La música es la más descargada ilegalmente con la cantidad de cinco mil 788 millones de canciones.18

Existen formas de distribuir la música que podrían ser calificadas como piratería pero que con autorización del autor son un atajo para que los músicos actuales se den a conocer globalmente por internet. En enero Frances Moore, entonces director de la IFPI, insistió sobre el incremento desmedido del intercambio de música digital, pues “alrededor de 95% de las descargas son sin licencia”.19

Uno de los creadores del proyecto tapatío Sociacusia, Javier Audirac, dice que “existe una delgada línea para definir qué es piratería y qué no lo es, ahora hasta los mismos artistas mainstream han optado por regalar su música”.

Sobre esta situación ventajosa para los músicos actuales, el periodista musical indica que “ahora alguien que tiene una computadora y un micrófono puede grabarse tocando la guitarra y cantando, le da su manita de gato a la rola, la sube a MySpace, Bandcamp o Soundcloud y ya la tiene en internet para publicar en su Facebook o Twitter: Acabo de subir mi canción fulana, y una persona en Grecia, Turquía, China, Estados Unidos o Argentina puede bajarla y escucharla. Anteriormente alguien que no pertenecía a una disquera o discográfica nunca haría esto”.

En una investigación de García Canclini se menciona que en la escena musical es donde más está cambiando el panorama. “Las nuevas generaciones casi no están interesadas en editar discos físicamente: prefieren la descarga en red. En la primera década del siglo XXI encontramos, por un lado, el surgimiento de redes sociales y el avance generalizado de internet, que facilita comunicaciones más horizontales, descargas libres, un abaratamiento del acceso a los bienes culturales”.20

Esta depreciación en el acceso a la música digital está impulsada por las tecnologías de la información y la comunicación y favorece directamente el libre intercambio de ésta y otras informaciones por medio del internet. Es decir, los ciudadanos actuales perciben este fenómeno como un estado de gratuidad de la música, caso contrario a las generaciones anteriores que sabían de antemano que para poder escuchar a su artista preferido tenían que pagar por un disco compacto que adquirían como cualquier otro producto tangible, en una tienda a la que asistían personalmente.

Para Héctor Fouce, catedrático del área de Etnomusicología en el Conservatorio Superior de Música de Aragón, España, la digitalización de la música está relegando viejas prácticas entre los melómanos: recorrer las tiendas en busca de sus discos preferidos. “La música daba sentido a una actividad que obligaba a invertir esfuerzo, tiempo y dinero, recompensándolo con la posesión de un objeto aurático”.21

Lo que ocurre actualmente con los nuevos consumidores de música legal e ilegal en internet es que lo único que se almacena en su ordenador es un archivo que si en un futuro no es de su interés puede eliminarlo. Es decir, la música ha sufrido una devaluación, como muchos otros productos comunicativos como el periódico, pero en su caso particular implica pérdidas millonarias que ahora se estiman en 340 mil millones de dólares para 2015 tan sólo en la industria europea. ®

Notas
1 Gustavo Buquet (2003), Hacia un nuevo sistema mundial de comunicación: industrias culturales en la era digital, Barcelona: Gedisa.

2 G. Buquet, Idem.

3 Héctor Fouce (2009), Prácticas emergentes y nuevas tecnologías: el caso de la música digital en España, Fundación Alternativas, Madrid.

4 http://www.publico.es/ciencias/189620/el-fracaso-de-los-sistemas-anticopia (Actualizado: 09/01/2009)

5 Enrique Blanc (2008), “Generación iPod ¿La música por Internet desplazará a los intermediarios?”, Magis (agosto-septiembre), Guadalajara, México.

6 “Baja volumen Mixup en GDL”, diario Mural, 7 enero de 2011.

7 Juan Calvi (2006) La industria de la música, las nuevas tecnologías digitales e Internet. Algunas transformaciones y salto en la concentración, Universidad del País Vasco, revista ZER.

8 Héctor González (2006), tesis “Música e Internet: Consumo cultural en una comunidad virtual”, ITESO, Tlaquepaque, México.

9 “Google es más poderoso que las cadenas de tv o las discográficas”, noticia publicada el 22 de septiembre de 2011 y consultada en http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/tecnologia-comunicacion/Entrevista_Nestor_Garcia_Canclini_0_559144321.html

10 “Universal Music pone su mirada en EMI”, publicado el 23 de junio de 2011 y consultado en http://eleconomista.com.mx/industria-global/2011/06/23/universal-music-pone-su-mirada-emi

11 “Google es más poderoso…”

12 “IFPI Digital Music Report 2011. Music at the Touch of a Button”, consultado en http://www.Ifpi.org/content/section_resources/dmr2011.html

13 Ibid.

14 “Music How, When, Where You Want It (video) A short film describing the variety of legal online music services available worldwide”, consultado en http://www.Ifpi.org/content/section_resources/music_services_film.html

15 “Industria discográfica sobrevive en agonía”, publicado el 23 de enero en http://www.excelsior.com.mx/index.php?m=nota&id_nota=706892

16 Juan Calvi, op. cit.

17 Héctor Fouce (2010), “Tecnologías y medios de comunicación en la música digital: De la crisis del mercado discográfico a las nuevas prácticas de escucha”, revista Comunicar, Madrid.

18 “Reporte Descargas Digitales 2010”, publicado en diciembre de 2010 por Ipsos Media para la Amprofon, consultado en http://www.amprofon.com.mx/archivos/pdf/Analisis_de_descargas_2010.pdf

19 “Industria discográfica sobrevive…”

20 “Google es más poderoso…”

21 Héctor Fouce, “Tecnologías y medios de comunicación…”

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Publicado en: Enero 2012, Música

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