Piedra, papel o aerosol, V

Aislap: dos universos, una firma

En Nuevo Mundo, el libro editado por la editorial alemana Gestalten en el que Maximiliano Ruiz toma el pulso al arte urbano latinoamericano, un dueto colaborativo de grafiteros chilenos sobresale gracias a esos personajes monumentales que parecen observar, fija e imperturbablemente, el paso de la vida en las calles de Santiago.

“Nosotros somos Ais y Slap, y juntos formamos Aislap”. Así se presentan justo antes de poner en claro que esa colaboración nació de una necesidad de crear algo nuevo, de ser originales, de imponer tendencia con su estilo.

Páginas atrás, Cekis, otro artista urbano de aquellas latitudes, se encarga de poner en contexto esa especie de movimiento neomuralista que han visto aparecer y reproducirse los muros de barrios santiaguinos como La Florida, Macul o Huechuraba en las últimas dos décadas. A mediados de los años noventa sitúa Cekis el momento en que comienza a percibirse una cultura popular en formación relacionada con el graffiti, cuando los creadores locales estaban en la búsqueda de estilos personalísimos, influidos ya no por corrientes estadounidenses o europeas, sino por otros artistas latinoamericanos y su historia compartida.

En esa época, Ais y Slap eran adolescentes y se encontraban conociendo y explorando el mundo del hip-hop. Así se da su primer acercamiento a la expresión gráfica y la apropiación del espacio público a manera de lienzo.

“A mediados de los noventa, cuando comenzó una revolución artística callejera después de la dictadura, mucha gente empezó a rayar las calles y trajo la influencia del graffiti de otros continents”, explican en entrevista para Replicante. “En ese tiempo comenzamos con el graffiti y el lenguaje callejero”.

Llevan ya más de una década firmando en conjunto. Al preguntarles cómo fue que escogieron aquellos primeros sobrenombres que terminaron fusionándose, responden que, más que escogerlos, sólo llegaron a sus vidas. “Desde el comienzo hemos estado acompañados por esas firmas, que se convirtieron en una sola hace diez años: Aislap”.

Hoy, como Aislap han desarrollado un estilo que se distingue no sólo por los personajes a los que hacíamos alusión líneas arriba, sino por un uso intenso del color, los trazos gruesos que consiguen con la utilización de rodillos y guiños simbólicos lo mismo a la naturaleza espiritual del pueblo latinoamericano que a la violenta realidad de sus ciudades.

—¿Cómo se interesan en el uso de los espacios públicos como lienzo?

—Desde siempre hemos intervenido la calle, pero con el tiempo, nuestra evolución ha tomado más respeto al espacio que estamos interviniendo.

—¿Qué aspecto disfrutan más de pintar en la calle?

—Que no existen los límites y nuestra obra está en contacto directo con el pueblo.

—¿De qué manera está presente Chile en sus creaciones?

—Hemos estado aquí, hemos visto y conocido Chile, y nos queda mucho por conocer… Todo ello es influencia en nuestras creaciones.

—Cuentan que unieron fuerzas para crear algo nuevo e imponer tendencia con su estilo.

—Logramos complementar nuestro trabajo a un solo trabajo, desarrollamos una nueva forma de graffiti más bien sudamericano con decoraciones, trazo grueso y un concepto latinoamericano.

—Busqué y busqué, pero no di con alguna imagen donde aparecieran ustedes. ¿Creen en el anonimato del artista urbano?

—Creemos que más que nuestra imagen personal, lo que importa es nuestra obra. Es bueno conservar el anonimato, pero todo depende del enfoque que quiere dar el artista a su obra.

—¿Cómo es visto el graffiti en Chile?

—Como en todo el mundo, amado por unos, odiado por otros.

—¿Alguna experiencia que hayan tenido con la ley?

—Generalmente, no hemos tenido grandes problemas, más que dormir algunas noches en calabozo por pintar, pero es parte del juego. Y sólo un momento.

—El graffiti suele estar ligado con la cultura hip-hop, y esa escena suele caracterizarse por tener siempre una buena cantidad de haters. ¿De dónde creen que pueda provenir tanto odio entre semejantes?

—Creemos que la cultura hip-hop está desvirtuándose por el ego y la fama que conlleva ese movimiento; el odio está en cada día y en cada lugar de la calle. Tal vez desde sus inicios siempre ha existido esto, sobre todo porque viene de una cultura callejera. Con el tiempo hemos aprendido a estar al margen y así tener una pintura más limpia y libre.

—¿De qué se alimenta el imaginario de Aislap?

—Estamos en constante aprendizaje del todo y de todos.

—¿Cómo describirían su obra a alguien que jamás la ha visto?

—No podríamos describirlo en palabras, nosotros hablamos con las imágenes.

—¿Cuál ha sido la crítica más fuerte que ha recibido su trabajo?

—Generalmente tenemos buenas opiniones para nuestro trabajo, pero lo que sí ha existido es censura de nuestros murales por parte del gobierno.

—¿Y cuál ha sido su mayor satisfacción hasta ahora?

—Poder entregar arte a la gente.

—¿Cuál consideran su mejor obra hasta ahora?

—Todas nuestras obras las pintamos con la misma energía, por lo tanto, ninguna es mejor que la otra.

—¿Su obra está hecha para permanecer?

—Nuestra obra es parte del momento. Si tiene que durar un día o cien años, es parte de su historia. ®

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Publicado en: Arte, Diciembre 2011

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  1. gladis ossa velasquez

    ES ESPECTACULAR¡¡¡ PERO MAS USTEDES POR DARLE A CONOCER .

  2. Grande Aislap, siempre que veo sus muros me pregunto ¿que pasa por sus cabezas al pintar eso?, harto color y en grandes dimensiones, siempre me ha gustado su trabajo sigan adelante que representan muy bien lo que pasa en la escena chilena.

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