¿Qué es el tiempo?

Sobre el tiempo, de Norbert Elias

Brillante la manera en que el fundador de la llamada sociología figurativa acomete la cuestión del tiempo, tocando campos como la filosofía, la física teórica, la religión y, sobre todo, la antropología cultural.

Pocos libros entre los llamados científicos o académicos se dejan leer con tanta fortuna como el breve tratado, sin listas de referencias ni bibliografías, sino con unas cuantas notas a pie de página, el cual lleva por título Sobre el tiempo [FCE, 2010], opúsculo crepuscular y magnífico del pensador judío alemán Norbert Elias, nacido en Breslavia en 1897 y muerto en Ámsterdam en 1990. Vástago de una acaudalada familia de comerciantes, Elias disfrutó de la mejor instrucción, acercándose a círculos tan selectos en el medio universitario como el de Edmund Husserl en filosofía, con quien siguió lecciones, y Max Weber en sociología, a quien ya no alcanzó vivo en Heidelberg, pero a cuyos herederos estuvo expuesto. La tesis doctoral de Elias habría de llevarlo entre otras obras a exponer sus ideas en Über die Zeit, aparecido en la versión alemana en 1984.

La tesis central del sistema de Kant en el sentido de que tanto espacio como tiempo son formas puras de la sensibilidad, dadas a la razón de manera sintética y a priori, es impugnada por Elias caracterizando la concepción general que los filósofos se hacen acerca del tiempo. El cogito cartesiano desemboca en las categorías sintéticas a priori de la razón pura, haciendo caso omiso de que nunca en realidad es un individuo aislado el que piensa y luego concluye que existe, sino una cadena o conjunto de individuos quienes, a través de generaciones, fueron desarrollando el lenguaje, las formas culturales, las ideas, a través de las cuales es posible plantearse estas cuestiones. Referirse a conceptos como espacio, tiempo, esencia es hablar de síntesis de un nivel muy elevado. El tiempo, por ejemplo, no es una cosa mesurable por medio de un cronómetro, como suele pensarse, sino una relación donde dos procesos en continuo devenir se hacen coincidir como referencia para ciertos acontecimientos, definidos como clave por dos o más individuos, mediante una convención. El proceso continuo que sirve de referencia puede constituirlo el movimiento del sol que engendra las horas del día o bien el movimiento de la luna que da lugar a los meses, cuya agrupación en estaciones y ciclos recurrentes conduce a la idea de año.

Cuando Kant invoca a Newton y el tiempo de la física olvida que los relojes de arena se usaron al principio para cronometrar eventos humanos como discursos públicos. Más tarde Galileo se serviría de su propio pulso sanguíneo y de relojes de agua perfeccionados por él para relacionar el tiempo y la distancia recorrida por un cuerpo que cae. Es patente que el concepto de tiempo varía de una cultura a otra. Ello constituye una prueba de que se trata de una noción humana, inventada y sometida a un proceso de evolución histórica. Brillante la manera en que el fundador de la llamada sociología figurativa acomete la cuestión del tiempo, tocando campos como la filosofía, la física teórica, la religión y, sobre todo, la antropología cultural. ®

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Publicado en: Agosto 2012, Libros y autores

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