Los misterios de la gráfica es como se suele conocer a esa epifanía que se da en el proceso de impresión cada vez que sobre el papel y la placa entintada pasa el rodillo del tórculo y queda grabada una nueva imagen.
Al levantar la delgada manta de asbesto que protege al papel, previamente puesto en remojo y después de un breve secado, nos encontramos invariablemente con una sorpresa. No hay copia exacta a ninguna otra por mucho empeño que ponga el impresor. La humedad del papel, la presión del rodillo, la densidad de la tinta harán que cada una de las copias, a pesar de que a simple vista parezcan idénticas, tengan unos rasgos que las harán particularmente únicas.
Ferrus —Fernando Antonio Cortés Muñozcano—, nacido en la Ciudad de México en 1963, y a estas alturas un personaje clásico de la colonia Roma Sur, donde vive y tiene su taller, ni siquiera pretende que una copia se parezca a la otra, puesto que trabaja principalmente con el concepto de original múltiple, tomando la estampación sobre papel como punto de partida, no como objetivo final, al contrario que en el grabado tradicional, sujeto a la idea del tiraje.
Egresado de La Esmeralda en Artes Plásticas empezó a trabajar la gráfica como oficio y campo de expresión en 1990, fundando el taller La Buena Impresión en 1992 y produciendo profusamente bajo ese sello desde entonces. Ferrus opina que “no importa tanto la técnica sino cómo usas la imagen”. Así que el artista mezcla indistintamente las técnicas del grabado con la serigrafía, el collage y el dibujo dando lugar a diferentes variaciones, con diferentes colores y motivos, pero nunca a piezas seriadas.
Comenta Ferrus: “Yo no produzco seriajes, todas mis piezas están firmadas como p/a (es decir, prueba de autor). Me gusta trabajar sobre la imagen impresa, partir de eso como base, al contrario que con las acuarelas o dibujo que partes de cero. A partir de una matriz (placa o esténcil) se generan diferentes originales,
el soporte del papel me remite a los libros, que son mi verdadero interés”.
A Ferrus la pasión por el grabado le viene por su cultura y afición libresca, de hecho colaboró en la emblemática revista La Pus moderna, dirigida por el director de este portal entre finales de los ochenta y principios de los noventa, reuniendo a las mentes más brillantes del outsider mexicano.
En su casa, hablando de libros, me enseña su nueva adquisición por 20 pesos en un puesto de la calle: un Pequeño Larousse original con casi 1,500 grabados. Me dice: “El grabado está muy ligado a la Ilustración, a la imprenta de Gutemberg, a la difusión de la Biblia y el conocimiento… Hay grandes artistas que han producido con esta técnica, por supuesto Gustave Doré, Goya, Picasso, y está todo el gran desarrollo de la gráfica popular mexicana y el uso de las calaveras a las que aludo bastante en mi obra. Trabajé con Alberto Gironella (hace más de una década irrumpí en Valle de Bravo en absoluta ebriedad con una artista que luego sería muy famosa mientras platicaban precisamente sobre una edición de grabados), artista que poseía una gran cultura y una gran formación libresca. En eso coincidía con Gironella, porque para mí la gráfica, la producción artística es un oficio, un trabajo al que hay que dedicarse con disciplina, bastante disciplina, pero mi interés está en la Literatura y en la Historia”.
Por eso, en su iconografía personal mezcla personajes populares como Cantinflas con escritores como Dostoievsky, a Marilyn con Sigmund Freud o William Burroughs… Dice Ferrus: “En la literatura es donde me desarrollo más, incluso escribo pequeños textos”.
Los iconos modernos surgen de las gestas deportivas y se convierten en referentes universales. Ahí está el entrenador del Fútbol Club Barcelona, Pep Guardiola, apodado el Filósofo, gurú del genio del balón de esta década: el argentino/catalán Leonel Messi, apodado la Pulga por su escasa envergadura, pero también el Messías por su indiscutible genio y excepcionalidad. Aparecen por ahí también toreros como Manolete y beisbolistas como Ted Williams.
Concluye Ferrus revisando el conjunto de la obra expuesta: “Lo que yo produzco son originales múltiples”.
Rechazo la cerveza que me ofrece ese día a las 10 de la mañana y mejor quedamos después para comer y ver un partido del Barça en la cantina la Villa de Sarría, de la que somos socios y vecinos. Lentejas, tacos de moronga, bolas de cerveza oscura, el Messías en la tv, en la barra las fotos de unas tetonas con el bikini del América y la foto de Pancho Cachondo con un tanga del PAN… Me dice: “En las noches cuando vengo un poco pedo paso por la Villa, me tomó una cerveza, molesto a todo el mundo y ya me voy a mi casa”.
Agua mi niño!
Actualmente el artista está preparando una serie de qunce piezas sobre iconos del cine mexicano, serigrafía sobre cristal y papel, titulado Neuronas del Mexicano, que se expondrá en el Palacio de Minería de la Ciudad de México. ®
