REMASTERIZACIÓN, REGRESO Y NOSTALGIA

Los Rolling, Stone Temple Pilots y Furland

A casi cuatro décadas del exilio

Exile on Main Street es considerado uno de los mejores discos de la historia del rock. Recientemente fue relanzado en una edición remasterizada y con varios extras. Aunque en su momento no fue bien recibido por algunos críticos, éste fue con el que comenzó el reinado de los Rolling Stones en Estados Unidos.

Con muy buenas canciones, el álbum podría considerase el espasmo de la etapa más atascada de los Stones. Su sonido sucio y potente fue la punta de lanza de una grabación y una gira célebre por los excesos de los integrantes.

Ahora, convertidos en dignos gentlemen de la tercera edad, Jagger y compañía decidieron reeditar el álbum a 39 años de haber huido a Francia por problemas con el fisco inglés. En ese país se grabó el Exile.

La versión remasterizada del disco original suena impecable, y en cuanto a los extras basta decir que la mayoría vale la pena, por ejemplo, “Pass the wine” escupe alientos de arrabal; “Plundered my soul” es algo así como la hermana mayor de “Waiting on a friend”, y el lado más bluesero de los Rolling se escucha en “I’m not signifying”.

Así, ¿qué se les puede reprochar? El diseño de la edición en físico es muy pobre, sólo unas fotografías, aunque en Inglaterra y Estados Unidos hay otra con DVD y libro. Musicalmente, el nuevo Exile puede resucitar a la banda, que parece invernar, mas parece que se quiere vender la nostalgia y los mitos sobre un disco clave, más allá de la música.

Un regreso luminoso y buena onda

Shangri-La Dee Da fue el álbum de 2001 con el que parecía que la vida de los Stone Temple Pilots llegaba a su fin. Un disco inconsistente, lo cual podía entenderse como un reflejo de la situación del grupo: relaciones inestables y un Scott Weiland siempre hasta la madre. Pasaron los años y se juntaron en 2008 para hacer una gira y posteriormente se recluyeron en el estudio para hacer el disco que le debían a la compañía.

Stone Temple Pilots es el nombre del sexto álbum del cuarteto estadounidense. Tanto la portada como el sonido de las doce piezas de la edición regular —hay otra con tres cortes en vivo y dos bonus tracks— remiten a un retorno a lo clásico. Las influencias de bandas como The Beatles, Led Zeppelin, Black Sabbath, MC5 y hasta del rock sureño están a la vista.

Es un disco más consistente pero no está a la par de Core y No. 4. La banda pierde piso en las baladas, con una fórmula ya gastada, a excepción de “Dare if you dare”, con elementos como un estribillo melódico y guitarras estilizadas y potentes que recuerdan el final del rock psicodélico en obras como el White Album de The Beatles y los primeros trabajos de John Lennon como solista.

El lado más áspero de la banda pierde fuerza con esos coros melódicos, aunque hay canciones potentes, como la proto-punk “Between the lines” y “Take a load off”, “Huckleberry Crumble” y “Hickory Dichotomy”, con evidente despliegue de sonidos setenteros, parte fundamental del soundtrack de la vida de los integrantes, todos cuarentones.

Es un disco más luminoso y optimista en el que la vida y el amor son parte importante de las letras. Un buen intento por volver a captar los reflectores, a pesar de que en varias partes la voz de Weiland fue procesada.

© Leinad Nuno

Espacio, astros y hierba en el universo de Furland

A principios de este año bien pudo considerarse a Furland como el “Chicharito Hernández” del rock hecho en México. Con su disco debut Historia de la luz la agrupación llama la atención con sus melodías suaves y diestro dominio instrumental. Esto les trajo en los albores de este año un fuerte despliegue mediático, especialmente en revistas de rock y blogs.

Historia de la luz es un trabajo de sonido suave y melódico, con un dejo un tanto inglés. El disco, coproducido por Emmanuel del Real (Café Tacuba), tiene diez piezas en las cuales abundan el rock psicódelico, un poco de folk y sonidos de corte galáctico.

“Colores, colores, colores”, “La luna más lejana” y “La luna, las estrellas” son las piezas más experimentales, en las cuales las atmósferas, los cambios de ritmo y hasta la presencia de guitarras ruidosas contrastan con las ambientales e instrumentales “Historia de la luz” e “…y demás criaturas del pantano”. En Historia de la luz la música y las letras van ligadas de una canción a otra. La agrupación capitalina está integrada por Sergio Silva (voz, teclado, guitarra, secuencias), Carlos Fernández (bajo, secuencias), Jacinto DiYeah! (sintetizador) y Ricardo Nájera (batería). Para conocer más su trabajo, puede visitar su My Space. ®

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Publicado en: Junio 2010, Música

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