Diez apuntes sobre la crisis del periodismo

Palabras en el Premio Jalisco de Periodismo 2023

En estos diez puntos el autor habla de la crisis del periodismo, entre ellos la pobreza de los géneros periodísticos en los medios, la precariedad económica, la intromisión de los influencers, la crítica, la libertad de expresión, el derecho de las audiencias y los poderes fácticos.

Agustín del Castillo. Fotografía de Isabel Reyes/UdGTV.com

1. El principal síntoma de la crisis contemporánea del periodismo es la pobreza de los géneros. Se hacen muchas noticias, notas, todos los días, pero pocas entrevistas, sobre todo de fondo y no se diga de semblanza. El reportaje se mantiene como el género rey, pero tampoco tiene mucho espacio porque implica dejar tiempo y destinar recursos para su elaboración. La crónica, que periódicamente es declarada desierta en este concurso de periodismo, no es ni siquiera procurada, y se desestima la gran cantidad de tiempo y los recursos estilísticos que se necesitan para conseguirla.

2. El periodismo busca competir con las redes sociales y, particularmente, con los llamados influencers, entre quienes hay de todo: lo peor son aquellos que disfrazan de periodismo propaganda descarada y rumorología nacida en el poder, el institucional o el fáctico. Es una guerra que jamás podremos ganar y que nos ha tendido a envilecer.

3. La sociedad desprecia a los periodistas, y eso no es ninguna novedad. Es uno de los oficios más incomprendidos del mundo. Y no es que sea deseable el desdén, pero si ha de ser, que sea por las buenas razones: respeto a los hechos, distancia crítica, y que la crítica sea lúcida y no diatriba —como dijo Octavio Paz—. No se trata de necear en no darle la razón al poder, a los poderes, pero sí en desenmascararlos, en desnudar sus simulaciones, en exhibir sus mentiras. Una crítica sólida también reconoce lo que está bien, pero, ojo, la noticia enfatiza lo que está mal porque para eso se inventó el periodismo, para poner el dedo en la llaga a las sociedades autocomplacientes que no asumen su naturaleza conflictiva, plural, caótica e imperfecta. Para las democracias, pues.

No se trata de necear en no darle la razón al poder, a los poderes, pero sí en desenmascararlos, en desnudar sus simulaciones, en exhibir sus mentiras. Una crítica sólida también reconoce lo que está bien, pero, ojo, la noticia enfatiza lo que está mal porque para eso se inventó el periodismo…

Agustín del Castillo. Foto de Enrique Manterola.

4. Los medios de comunicación son empresas casi siempre privadas pero gestionan un bien público, que es la información, y un derecho, la libertad expresión: a hablar y a que sea publicado lo que digo. Bajo esa premisa no se puede soslayar ningún tema ni actor con el pretexto de una línea editorial. La línea editorial es cómo veo al mundo, pero no cómo lo deben ver los demás. El derecho de la audiencia prima sobre el de la empresa, porque, paradójicamente, es la naturaleza de esta empresa.

5. Los gobiernos siempre, y muchos poderes fácticos que van desde iglesias hasta sociedad civil, sobre todo en los países sin tradición democrática y sin Estado sólido, son enemigos naturales del periodismo. Como tales, buscan controlar la información y la opinión libre por medio de los recursos públicos o privados de los que dependen los negocios mediáticos. Los gobiernos demócratas en Estados sólidos también dan recursos a los medios, pero no los condicionan.

6. Los medios, aunque los normalizadores intelectuales del autoritarismo populista insistan machaconamente en la conjura de la industria, no son un poder político, y si pretenden tal cosa es peor para ellos. La prensa nació como contrapoder en las democracias y morirá con ellas. Las dictaduras son otra cosa.

7. La falta de una ley reglamentaria para la asignación de recursos a los medios, los cuales son ejercidos de forma discrecional por los gobiernos, sobre todo por los ejecutivos, demuestran de forma palmaria que ningún gobierno de ningún partido, en Jalisco y en México, ha querido soltar esa sartén por el mango que tienen para presionar a los medios y violar su libertad profesional, para capturar su línea editorial, para castigar a los que se salen del huacal.

Por eso necesitamos seguir desmontando la mentira, la media verdad, la posverdad y “los otros datos”, que si bien siempre han existido, son consustanciales a la demagogia y al populismo que hoy nos gobiernan.

8. Necesitamos reinventar el periodismo diario, hacerlo sólido, profundo y serio. Solamente un periodismo que de verdad trascienda el día a día será una herramienta útil para los ciudadanos. A partir de ahí está la tarea de éstos: garantizar la solidez financiera de los proyectos periodísticos.

9. El periodista como tal no es militante ni de las causas políticas ni de las causas sociales. Su trabajo es valioso no sólo porque le da espacio y voz a los que no la tienen, sino porque revela secretos y visibiliza también a lo que muchos llaman lobo, pues cuenta historias complejas y esto contribuye a un debate serio e informado que no obligue a tomar los callejones sin salida en que los políticos y los poderosos nos pretende meter para legitimar y decisiones ventajosas para sus intereses. Por eso necesitamos seguir desmontando la mentira, la media verdad, la posverdad y “los otros datos”, que si bien siempre han existido, son consustanciales a la demagogia y al populismo que hoy nos gobiernan.

10. El periodismo no es un apostolado o un martirio. Sería cómodo porque los héroes aparentemente no comen y se les puede exigir lo que sea. El periodismo es una profesión y requiere de profesionales. Y los profesionales que piensan en cómo van a completar la renta o la despensa, el vestido o la educación de los hijos, tienen menos tiempo y menos cerebro para ejercer.

Corolario: No seamos ingenuos con el poder. Maurice Joly lo dijo hace más de 150 años en ese clásico de la literatura política que es Diálogo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu. La voz es la del maestro florentino, admirador de César Borgia: “Puesto que el periodismo es una fuerza tan poderosa, ¿sabéis qué hará mi gobierno? Se hará periodista, será la encarnación del periodismo”. “Hoy en día, utilizar la prensa, utilizarla en todas sus formas, es ley para cualquier poder que pretenda subsistir”. ¿A poco no nos suena familiar? ®

Estas palabras se leyeron en la ceremonia de entrega de reconocimientos del Premio Jalisco de Periodismo 2023, que se llevó a cabo el miércoles 13 de diciembre en el Paraninfo Enrique Díaz de León de la Universidad de Guadalajara.
Agustín del Castillo obtuvo el premio en la categoría de Crónica por su trabajo “Crónica de una tierra de caciques”, publicado en una serie de cinco partes y transmitido en el Canal 44 de la UdG.

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Publicado en: Apuntes y crónicas

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