El abogado del diablo

De Bernabé Jurado a Jesús Hernández Alcocer

Estamos en México y la impunidad de los criminales alcanza casi el cien por ciento. Hace unos días el septuagenario abogado Hernández Alcocer mató de tres disparos a su joven esposa Yrma Lydia. ¿Será un crimen impune?

El abogado Jesús Hernández Alcocer.

El lunes 3 de septiembre de 1951, a mitad de una tremenda peda de Oso Negro con muchos amigos, William Burroughs, famoso toxicómano profesional y uno de los padres de la generación beat, que vivía en la calle de Monterrey núm. 122, Colonia Roma, Ciudad de México, y a quien le fascinaban las drogas, la ginebra y las armas, fue desafiado por su esposa, Joan Vollmer: “Eres demasiado vacilante como para dispararle a alguien”, y el respondió: “Voy a probar lo contrario. Es hora de hacer nuestro acto de Guillermo Tell, vamos a probar a los muchachos lo buen tirador que soy”. Joan se incorporó del sofá, tomó su vaso de ginebra Oso Negro y lo colocó sobre su cabeza. Al hacerlo cerró los ojos, rio ahogadamente y dijo: “No puedo mirar, no puedo soportar la sangre”. Entonces, a unos tres metros de distancia, su marido apuntó y disparó. Joan cayó al suelo. “Bill, creo que le diste”, dijo Lewis Marker, invitado a la fiesta y amante del escritor, relata Jorge García–Robles en su libro La bala perdida.

A Burroughs se lo llevaron a Lecumberri, donde debió haberse quedado por muchos años, como el asesino confeso y con testigos en que se había convertido… pero estábamos en México y era 1951.

Es entonces cuando aparece en la historia Bernabé Jurado. Como su familia tenía mucho dinero y estábamos en México, varios clientes satisfechos le recomendaron a Burroughs que lo contratara de inmediato. Y sí: el licenciado Jurado sacó a William Burroughs de la cárcel en trece días.

Defendió, contra toda evidencia, al galán Emilio Tuero, acusado de asesinar a su novia. Y todo parece indicar que planeó la increíble fuga de Joel David Kaplan de la cárcel de Santa Martha Acatitla en un helicóptero que aterrizó en el penal…

Pero ésa no fue la única hazaña legal de este legendario sujeto que supo ganarse, parece que antes que nadie, el ingenioso mote de el abogángster. A lo largo de su increíble carrera Jurado se destacó por despachar divorcios exprés para los famosos de entonces, como Pedro Infante, a quien divorció de su esposa María Luisa de León falsificando su firma para que El Ídolo de México pudiera casarse con Irma Dorantes; defendió, contra toda evidencia, al galán Emilio Tuero, acusado de asesinar a su novia. Y todo parece indicar que planeó la increíble fuga de Joel David Kaplan de la cárcel de Santa Martha Acatitla en un helicóptero que aterrizó en el penal y al que las autoridades del penal confundieron con una nave oficial.

El abogado Jesús Hernández Alcocer, de 79 años y reconocido abogángster vinculado con personajes de oscuro perfil y con escándalos como la muerte en circunstancias sospechosas de dos esposas veinteañeras anteriores, asesinó de tres disparos a su esposa.

El jueves 23 de junio de 2022, en medio de una acalorada discusión en el restaurante Suntory de la calle de Torres Adalid 14, Colonia Del Valle, Ciudad de México, el abogado Jesús Hernández Alcocer, de 79 años y reconocido abogángster vinculado con personajes de oscuro perfil y con escándalos como la muerte en circunstancias sospechosas de dos esposas veinteañeras anteriores, asesinó de tres disparos a su esposa, la cantante Yrma Lydya, de veintiún años.

Según el diario Reforma, este abogado, que se tituló en 2017 a los 74 años, “llevaba décadas implicado en asuntos jurídicos” y “cuando ibas a una junta con él, para tratar de arreglar un asunto, lo primero que hacía este señor era poner su pistola en la mesa, en lugar de su cédula profesional”.

Hernández Alcocer fungió como asesor legal de Onésimo Cepeda, fallecido obispo de Ecatepec, que en 2011 enfrentó un juicio por un fraude de 130 millones de pesos, y fue proveedor de la Secretaría de Seguridad Pública durante la gestión de Genaro García Luna…

Hasta hoy han transcurrido setenta años desde que William Burroughs disparara su bala perdida. Y esta semana, a plena luz del día, otro sujeto “con conexiones” saca su pistola y acribilla a su mujer a plena luz del día. A Jesús Hernández Alcocer se lo llevaron preso y debería permanecer así por muchos años.

Pero… estamos en México. ®

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Publicado en: Apuntes y crónicas

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