El artista argentino traspone, en más de 150 obras sobre madera y papel, relatos familiares, sociales y literarios del “holocausto por fusilamiento” de judíos en Ucrania y de las millones de víctimas del estalinismo en ese país. Un “doble genocidio” que atormentó a Ucrania durante la Segunda Guerra Mundial.
El 27 de abril de 2021 se inauguró la muestra de Daniel Kuryj (1968) “El Holocausto en Europa del Este y las víctimas del estalinismo”, en el Museo Mikhail Marmer, de la ciudad de Krivói Rog, Ucrania, que podrá verse hasta septiembre de este año.
Durante un año de pandemia la directora del Museo, Svetlana Piddubna, y Daniel interactuaron vía messenger, en torno a los relatos sobre Odessa, y la catástrofe vivida por los judíos destruidos por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial; así, el diálogo en ruso y ucraniano, a la distancia, de la obra poética y los trabajos visuales, junto a las historias de familia, dio origen a esta exposición entre Buenos Aires y Krivói Rog.
Daniel Kuryj propone un recorrido por Europa del Este, comenzando con las expectativas despertadas por la revolución rusa, los intentos de las vanguardias, los cambios en una sociedad de campesinos, la represión del estalinismo de los distintos estratos sociales, la catástrofe de la Segunda Guerra Mundial y la destrucción de judíos, gitanos y comunistas perpetrados por los nazis durante la ocupación alemana.
Trabajando un mundo de poesía visual y maderámenes, y repitiendo a modo de oración millones de veces la caligrafía de un viejo mandamiento, “No Matarás”, surgen las obras y los registros de Kuryj sobre las historias de Odessa, desde la caída de los zares, las políticas agrarias y el surgimiento de los koljoses, la colectivización forzosa y la industrialización de un país de campesinos, la Segunda Guerra Mundial, la ocupación de una parte de Europa del Este por el ejército alemán junto a los temidos Einsatzgruppen, y el Holocausto perpetrado por los nazis en el territorio soviético, y, finalmente, la reconstrucción de posguerra, cuyos relatos toman cuerpo en la voz de Lídochka, su madre, testigo–niña de los trágicos momentos acaecidos en el pasado siglo XX. ®
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