Ensoñación tóxica

El regreso de My Bloody Valentine

Es lógico que m b v recuerde a los trabajos previos de la agrupación. Puede ser una declaración de principios en el sentido de eso fueron, eso siguen siendo y están de regreso.

mbvVeintidós años después de Loveless. La expectativa vino, se fue, regresó y volvió a irse hasta que en la noche buena de 2012 se anunció que Kevin Shields confirmaba que estaba listo el tercer álbum de My Bloody Valentine y que si bien no había fecha de lanzamiento, esta sería pronto.

Llegó a especularse en redes sociales que el lanzamiento podría ser en marzo o en abril. A finales de enero, el mismo guitarrista, vocalista (a veces), compositor y productor de la agrupación anunció que el disco saldría en los próximos días.

Así fue, y lo lanzaron vía internet. De esta manera empezó febrero con m b v en su página oficial y en físico estuvo listo hasta el 22 de ese mes en vinil y en CD, todo disponible ahí.

Hablar de My Bloody Valentine, es hacerlo del impacto de Loveless (1991) y muy en particular de Kevin Shields, quien para algunos es un genio, pero también es visto como un freak a quien el aislamiento, el control y el perfeccionismo lo han carcomido a lo largo de su vida y han salido a la luz varias excentricidades a partir de estas actitudes, entre las que se cuentan el haber utilizado un buen número de ingenieros de sonido para dicho disco. Hay quienes dices que fueron 14, otros, 18, etcétera.

Se le culpa de haber llevado a la quiebra a Creation Records a principios de los noventa por las maratónicas, poco ortodoxas y costosas sesiones de grabación de My Bloody Valentine, así como por haber grabado varias cosas en los noventa, pero el esperado tercer álbum de la banda nunca llegó, ya teniendo contrato con una transnacional: Island, la cual distribuyó los primeros trabajos de la banda, hasta que el contrato venció en 2001.

En estos dos decenios, se han tenido algunas apariciones de Shields, como colaborador de Primal Scream y al participado en la banda sonora de un par de películas de Sofía Coppola: Perdidos en Tokyo (2004) y haciendo remixes para el de María Antonieta (2006), así como algunas colaboraciones, entre ellas con Paul Weller y como productor.

El amasiato de la melodía con el ruido renace

El sonido de m b v está hermanado con Isn’t anything (1988) y de su venerado Loveless (1991), quizá uno de los discos de culto más aclamados, que si bien en su momento no causó gran efecto, salvo en los metidos en la entonces llamada college music, a la que años después se le pegaría la calcomanía de música alternativa. En buena parte debido a que salió el mismo año en que Nirvana eclipsó con su Nevermind y en el que R.E.M se convirtió en un acto masivo con su Out of time.

La música de My Bloody Valentine, si bien está formada de mucho ruido, su columna vertebral está compuesta por la melodía y la melancolía, así como unos esporádicos brotes de rabia, como queda claro en la nueva entrega en el corte instrumental “Nothing is”.

No faltarán aquellos que dirán que pasaron más de 20 años para que sonara igual. La música de My Bloody Valentine nunca encajó, ni entonces, ni ahora lo hace con lo que suena tanto a escala mainstream como en los circuitos alternativos, si es que aún los hay. Si acaso, se hermanaba con bandas como Sonic Youth, Jesus & Mary Chain y Dinosaur Jr por las omnipresentes guitarras y las capas sonoras que construían las canciones.

La música de My Bloody Valentine, si bien está formada de mucho ruido, su columna vertebral está compuesta por la melodía y la melancolía, así como unos esporádicos brotes de rabia, como queda claro en la nueva entrega en el corte instrumental “Nothing is”.

Entre las agrupaciones en las cuales se percibe la influencia de My Bloody Valentine, especialmente del periodo de Loveless, en el cual los pasajes atmosféricos e instrumentales tienen más protagonismo, así como las múltiples capas sonoras, muchas veces ruido, que cubren y crean melodías, se encuentran Mogwai, Sigur Ros, Explosions in the Sky, e incluso TV on the Radio. Hay quienes los ven como los creadores accidentales del llamado Post Rock.

Máquina del tiempo

Es lógico que m b v recuerde a los trabajos previos de la agrupación. Puede ser una declaración de principios en el sentido de eso fueron, eso siguen siendo y están de regreso.

Aun así, no se trata de una copia fotostática de dichos trabajos, aunque la esencia y el inconfundible sonido están ahí. Vivos. Es retomar el camino a partir de donde se había llegado.

Aun así, no se trata de una copia fotostática de dichos trabajos, aunque la esencia y el inconfundible sonido están ahí. Vivos. Es retomar el camino a partir de donde se había llegado.

También a lo largo de su trayectoria, se ha ligado a My Bloody Valentine con el llamado Dream Pop, debido a lo armónico y ensoñador de su sonido. Eso aún está presente en m b v, en especial en “She found now”, la encargada de abrir el álbum en la que inmediatamente los recuerdos de las partes tranquilas del Loveless y a otras bandas, como es el caso de The Cocteau Twins.

El nuevo trabajo, en comparación con Isn’t anything, es más elaborado, en demasía, y menos crudo; mientras que enfrentándolo con Loveless, hay muchas similitudes, pero m b v es un trabajo más robusto, debido a la vastísima cantidad de matices y efectos que adornan las canciones y a lo “borroso” que puede aparentar ser el sonido. ®

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Publicado en: agosto 2013, Música

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