La ciencia ficción en el cine mexicano

Codigofagia. Cine mexicano y ciencia ficción, de Itala Schmelz

¿Cómo era el futuro lejano en el cine mexicano de los años sesenta y setenta, y hasta en el nuevo siglo? Ucronías, distopías, humor y cierta esperanza han convivido venturosamente en las pantallas.

Tenemos la carne, de Emiliano Rocha Minter, 2016; fotógrafo: Daniel Anguiano.

En el año 2003 Itala Schmelz coordinó un festival de cine sobre la ciencia ficción mexicana, que también estuvo acompañado de un coloquio en el que participaron diversos estudiosos del cine (entre otros Alfonso Morales, Héctor Orozco, Vania Rojas, Naief Yehya, Gustavo García) cuyas reflexiones finalmente se vieron reflejadas en el libro El futuro más acá: cine mexicano de ciencia ficción, coordinado por Itala Schmelz en 2006 y publicado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Este esfuerzo reflexivo revaloró a un grupo de películas que habitualmente habían sido despreciadas por los historiadores de cine mexicano. Sobra decir que los cronistas clásicos y monumentales, como Emilio García Riera y Jorge Ayala Blanco, consignaron con rigor y un dejo de ironía a aquellas cintas que nunca fueron particularmente objeto de su interés. El festival y el libro en su momento atrajo a los amantes del cine B y a una nueva generación que en términos generales estaba poco interesada en el cine mexicano, pero que se divertía con la posibilidad de que México dialogara paródicamente con una modernidad tecnológica que le parecía negada y sus casi imposibles propuestas de futuro.

Ahora Itala Schmelz publica Codigofagia. Cine mexicano y ciencia ficción (Akal México, 2022), la prueba de que la frase aquella de “segundas partes nunca fueron buenas” no siempre es cierta. Schmelz regresa a ese corpus visibilizado por el equipo de investigación que dirigió en los años 2000 con una mirada renovada por perspectivas teóricas que aportan profundidad al tema. Por ejemplo, de la lectura atenta a Bolívar Echeverría, el filósofo ecuatoriano radicado en México desde 1969 hasta su muerte en 2010, obtiene el concepto central del libro, incluido desde el título: el de Codigofagia, entendido como una apropiación de los discursos dominantes de la modernidad, que a su vez entraña un principio de resistencia. A su vez, Echeverría desarrolló el concepto del ethos barroco como una manera de entender a las sociedades latinomericanas en la manera de consumir y apropiar los códigos europeos, pero a la vez indigenizándolos de manera resistente, quizá como la única opción posible de sobrevivencia. El concepto, atraído por la autora del libro, se convierte en una herramienta poderosa para entender al cine de ciencia ficción mexicano más allá de la sorna y el gusto intelectual por lo “chafa”. Los relatos elaborados por diversas generaciones de cineastas en el país sobre la ciencia y el futuro constituyen una manera peculiar de interpelar a una modernidad que por naturaleza confina a los mexicanos a experimentarla desde el margen. Implica también la única posibilidad de visualizar un futuro. Pero no como utopía: las más de las veces como una distopía, o en el mejor de los casos como una parodia. No sólo Echeverría aporta un marco de reflexión filosófica sobre el tema. Algunos trabajos, quizá muy olvidados por la academia contemporánea, como el de Jorge Portilla (Fenomenología del relajo, México: Era, 1966) o los recientes de la filósofa Sayak Valencia (Capitalismo gore, México: Paidós, 2016) aportan un aparato teórico para entender de manera compleja nuestra relación con la ciencia y el futuro.

Otro punto importante en esta publicación es la manera en que Itala Schmelz ha visibilizado las investigaciones recientes sobre la cultura y la contracultura mexicana de los años sesenta y setenta. En los últimos años diversos proyectos de investigación universitarios (La era de la discrepancia…, MUCA, 2006; Desafío a la estabilidad…, MUAC, 2014) y un seminario de investigación y curaduría coordinado por la autora cuando era directora del Centro de la Imagen activaron investigaciones que han renovado la perspectiva sobre lo sucedido en materia cultural en aquellos años. De ahí surgieron investigaciones de jóvenes académicos (Regina Tattersfield, Israel Rodríguez, Andrea Ancira, Elva Peniche, Daniel Escoto y un amplísimo etcétera) que ayudan a la autora al hacer una valoración de la ciencia ficción y la visión de futuro en la contracultura, que sin duda es original y valiosa.

La momia azteca, de Rafael Portillo, 1957.

En la primera parte de este libro se revisan aquellas películas de los años sesenta y setenta que habían formado parte de El futuro más acá, pero con la profundidad teórica a la que nos referimos anteriormente, presentada como expresión de un ethos barroco. Así, películas como La momia azteca pueden ser el punto de partida para una reflexión sobre el papel de la fantasmagoría (como los trabajos de Mariana Botey), que encuentra un sentido en la reactivación de códigos indígenas antiguos, tan importantes para la sociedad mexicana contemporánea, en la que hay un juego de identidades, nos recuerda la autora, que todavía no está resuelto.

En América Latina la distopía no habla del futuro, sino del presente, apunta Itala. ¿Cómo afrontar la violencia de la realidad actual sin una visión de futuro? Es curioso que, aunque vivimos un presente ominoso, en las distopías propuestas por el cine mexicano se apunta un rayito de esperanza. Más fácil encontrarlo ahí, en una película, que en la realidad.

La segunda parte del libro es apasionante. Aquí Itala Schmelz se aleja del terreno abordado en la investigación anterior para recuperar un momento peculiar de la historia de la cultura mexicana, en el que un grupo de intelectuales mexicanos, y algunos artistas extranjeros (Alejandro Jodorowsky, René Rebetez, se agruparon en torno a la revista Crononauta, punto de partida para la fabulación en torno al futuro y la ciencia ficción. El capítulo sigue con atención la figura de Carlos Monsiváis, como amante del género, creador de la definición del grupo como “los contemporáneos del porvenir” (casi suena como una burla a aquella frase de Octavio Paz que estaba al final de El laberinto de la soledad que decía que los mexicanos éramos por primera vez contemporáneos del resto del mundo), y sus trabajos como compendiador de ciencia ficción en Radio UNAM y en suplementos culturales, e incluso como personaje de cómics futuristas de la época. Aquí la visión de futuro confluye con la noción de relajo formulada en aquellos años por Jorge Portilla.

En cambio, la tercera parte es desgarradora, porque aborda las “versiones ucrónicas de nuestra historia”. Aunque comienza estudiando películas recientes que elaboran visiones que parodian sobre la posibilidad del futuro venturoso (México 2000, 1983, de Rogelio A. González) o que resultan premonitorias del desastre pandémico (El año de la peste, 1979, Felipe Cazals), principalmente se enfoca en la manera como se construye cinematográficamente la distopía. En América Latina la distopía no habla del futuro, sino del presente, apunta Itala. ¿Cómo afrontar la violencia de la realidad actual sin una visión de futuro? Es curioso que, aunque vivimos un presente ominoso, en las distopías propuestas por el cine mexicano se apunta un rayito de esperanza. Más fácil encontrarlo ahí, en una película, que en la realidad. Cómo se agradece a la autora que después del tercer capítulo, tan lleno de sangre, violencia y oscuridad, haga un epílogo zapatista que restituye íntegramente el valor de la utopía.

Codigofagia. Cine mexicano y ciencia ficción muestra la posibilidad de ir más allá de la descripción de las películas para entenderlas como relatos significativos de su tiempo. La ciencia ficción deja de ser un juego, para convertirse en el mejor espejo para reformular la identidad mexicana–latinoamericana frente a la modernidad. El cine adquiere una expresión vital poderosa al ser examinado de manera conjunta con literatura, cómics, revistas, pero de manera muy importante, junto con la filosofía. Enhorabuena a Itala por ofrecernos este libro de lectura amena y profunda. Sin duda, constituye una aportación a los estudios contemporáneos sobre cine. ®

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Publicado en: Cine

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