Muerte en el encordado

Tragedias y crímenes de la lucha libre

El universo de la lucha libre en México —y también en Estadios Unidos y Japón— está plagado de tragedias y crímenes aberrantes, como verán en este insólito recuento.

En México la lucha libre es un deporte, un arte teatral y un gran negocio. Los encuentros entre los representantes más famosos atraen a miles de seguidores. Las peleas se transmiten por televisión y se celebran en arenas. Otros encuentros con luchadores de menor prestigio se llevan a cabo en los pueblos y muchas veces forman parte de compañías itinerantes. Como el circo, la lucha libre a veces viaja de lugar en lugar para mostrar un espectáculo. Los combates exigen un intenso adiestramiento físico por parte de los luchadores. Muchos de ellos utilizan vistosas máscaras, diseñadas especialmente y con características muy definidas. También usan un nombre de batalla. Otros luchan sin máscara, pero con nombres y atuendos espectaculares.

El Médico Asesino. Fotografía tomada de Facebook.

La lucha libre posee una historia llena de claroscuros. Muchos luchadores mueren arriba del cuadrilátero. “El Enfermero” y “el Médico Asesino” padecieron lesiones y uno de ellos murió cuando, durante un encuentro, otro luchador le rompió la columna vertebral al aplicarle una “llave” llamada, precisamente, “la quebradora”.

El primer luchador asesino en México fue Pancho Valentino. Ídolo de las multitudes, Pancho Valentino era un hombre considerado muy guapo, quien siempre subía al ring disfrazado de torero. La gente lo aclamaba cuando se medía con algunos de los luchadores más famosos de aquellos tiempos. Se destacaba además como bailarín. En octubre de 1950 comenzó su carrera delictiva cortando el rostro de una bailarina francesa con una navaja. Tras el ataque a la mujer le retiraron la licencia de luchador profesional. Solamente su popularidad impidió que fuera encarcelado. Pero la caída de Valentino solamente sirvió para que se dedicara de lleno a delinquir. Pasarían siete años en los cuales el luchador trató de ganarse la vida a costa de su antigua fama, sin conseguirlo. Poco tardó en relacionarse con el torero Ricardo Barbosa Ramírez “el Novillero”, quien acostumbraba frecuentar a un amigo sacerdote con quien pasaba largas horas hablando de toros. Inclusive había ido a varias corridas con el párroco. Junto con otros dos cómplices, el torero y el luchador planearon su crimen.

Pancho Valentino siguió entrenando y comenzó a enseñarle lucha libre a los otros presos. Pero eso terminó cuando descubrieron que se había estado robando trozos de sábanas con las que había formado una cuerda para poder escapar de la cárcel, y que las clases de lucha libre solamente servían para que sus cómplices en la fuga tuvieran buena condición física.

El jueves 10 de enero de 1957 Pancho Valentino y sus tres cómplices fueron a la iglesia de Nuestra Señora de Fátima, ubicada en la calle Chiapas núm. 107 de la colonia Roma, en la Ciudad de México. Una vez allí, le dieron carne envenenada a un perro negro que cuidaba la propiedad. Cuando el can murió entraron al templo. Allí sorprendieron al padre Juan Fullana Taberner, el amigo del torero, a quien de inmediato atacaron. Exigían saber dónde estaba el dinero de las limosnas. Lo llevaron a su recámara, donde Valentino lo ató. Los demás comenzaron a golpearlo. El sacerdote no tenía dinero y así se los hizo saber, pero ellos siguieron golpeando al anciano. Registraron todo el cuarto, pero no encontraron más que unas pocas monedas. Luego se robaron unos cálices y algunos otros objetos de la iglesia. Pancho Valentino regresó entonces a matar a golpes al párroco y lo dejó tirado, aún atado, en su recámara.

Huyeron de allí con el botín. Pancho Valentino se escapó hacia el norte del país. Cuando la policía descubrió el homicidio, rastreó a los cómplices a causa de unas gafas que habían quedado tiradas en la escena del crimen. El rastro los llevó hasta Valentino, quien se convirtió en un fugitivo. Pasaron semanas hasta que finalmente fue detenido en Tampico, Tamaulipas. Junto con sus cómplices fue sentenciado a veinte años de prisión e ingresado en el penal de Lecumberri. En prisión, Pancho Valentino siguió entrenando y comenzó a enseñarle lucha libre a los otros presos. Pero eso terminó cuando descubrieron que se había estado robando trozos de sábanas con las que había formado una cuerda para poder escapar de la cárcel, y que las clases de lucha libre solamente servían para que sus cómplices en la fuga tuvieran buena condición física.

José Valentín Vázquez Manrique, Pancho Valentino, en Lecumberri. Fotografía de El Heraldo de México.

Valentino fue transferido al penal de las Islas Marías. Allí conoció a Juan Manuel Martínez Macías alias “el Padre Trampitas”, un sacerdote aficionado a la baraja que tenía fama por readaptar a los peores criminales; había convertido inclusive a un asesino consumado como José Ortiz Muñoz “el Sapo”. Apenas llegó, Pancho Valentino le dijo: “Yo soy el matacuras”, a lo que el padre respondió: “Y yo el que mata a los matacuras, así que ten cuidado”. Terminaron siendo amigos y Pancho Valentino asistía a misa todos los domingos. El primer luchador asesino murió de un infarto en 1977, exactamente diez días antes de que terminara de purgar su condena. Fue enterrado en las Islas Marías.

La tragedia siguió rondando los encordados. En 1959 murió en pleno ring Jesús González Cruz, luchador conocido como “Othon Van Zicka” (también conocido como ZICA). Era hermano de otro luchador conocido como “El Solitario”.

El sábado 29 de diciembre de 1979 murió “Sangre India”, en plena función en la Arena Coliseo de la Ciudad de México. Tenía veinticuatro años de edad. Su deceso ocurrió al fallar un lance y golpear su nuca contra una butaca mientras enfrentaba a César “Apolo” Curiel.

El Pirata Morgan. Foto tomada de Facebook.

En 1982 el luchador llamado “Pirata Morgan” irónicamente perdió un ojo durante un encuentro en Guadalajara, cuando su cara se estrelló contra una banca.

El martes 26 de octubre de 1993 murió Jesús Hernández Silva, alias “Oro” a los veintiún años de edad. Durante un enfrentamiento en contra de los luchadores “Kahoz”, “Jaque Mate” y “Doctor Wagner Jr.” en la Arena Coliseo, “Kahoz” le propinó a “Oro” un fuerte golpe con el antebrazo. La cabeza de “Oro” se impactó fuertemente contra la lona y quedó inconsciente a un costado del ring. Falleció camino al hospital debido a un derrame cerebral. “Oro” formaba parte de una tercia de luchadores junto a “Plata” y a “Bronce”, llamado “Los Metálicos”. Tras su deceso, este grupo se disolvió.

Otro caso muy sonado fue el de Eddie Guerrero, hijo de toda una leyenda: Gori Guerrero, creador de la llave con su mismo nombre. Eddie fue hallado sin vida en una habitación de un hotel de Minneapolis

El lunes 19 de marzo de 2007 el luchador Juan Manuel Zuñiga Moreno alias “Ángel Azteca”, tras una pelea en el ring, falleció a causa de un paro respiratorio. Tenía cuarenta y tres años de edad, estaba casado, con cinco hijos y semirretirado de la lucha libre, con sólo dos o tres intervenciones al mes. Peleó en su batalla final contra “Atlantis”, “Rebelde Punk” e “Imperio Dorado”.

Otro caso muy sonado fue el de Eddie Guerrero, hijo de toda una leyenda: Gori Guerrero, creador de la llave con su mismo nombre. Eddie fue hallado sin vida en una habitación de un hotel de Minneapolis, en Estados Unidos. Las autoridades del condado de Hennepin informaron que no se encontraron rastros de violencia y después se supo que fue un ataque cardíaco causado por el consumo de anabólicos.

En 2009 un caso extraño conmovió a la opinión pública mexicana: Andrés Alejandro Palomeque González alias “Abismo Negro”, luchador y empresario, viajaba hacia la Ciudad de México en un autobús cuando de improviso le pidió al chofer de la unidad que parara. Según algunas versiones, se puso la máscara con la que siempre luchaba. Bajó de la unidad y luego se internó en el monte, donde se perdió. Su cadáver fue encontrado días después en el interior de una fosa llena de agua. De acuerdo con el reporte médico, el ataque pudo haber sido provocado por el consumo de anabólicos. Otros dijeron que lo habían asesinado.

Abismo Negro.

Quizás el caso más famoso de una luchadora homicida sea el de Juana Barraza Samperio “la Mataviejitas”, asesina serial que mató a más de cien ancianas en la Ciudad de México, estrangulándolas. Barraza era una luchadora que utilizaba el nombre de “la Dama del Silencio” y utilizaba sus conocimientos luchísticos y su gran fuerza física para someter a sus víctimas. Primero vendía palomitas de maíz durante los espectáculos; luego, bajo un antifaz con forma de mariposa y un disfraz de color rosa, adoptó el sobrenombre de “la Dama del Silencio” y se subió al cuadrilátero; adoptó ese nombre, según dijo, porque era “muy callada y aislada”.

Barraza Samperio trabajaba los fines de semana en arenas chicas y en eventos en pueblos y ciudades pequeñas, adonde la llevaba un representante. Se definía como “ruda de corazón”. Luchó en Puebla, Tlaxcala, Toluca, Querétaro, Pachuca y la Ciudad de México. Ganaba entre 300 y $500 pesos por pelea. “Entrenaba dos veces por semana. Levantaba pesas, hacía abdominales. Llegaba a levantar hasta cien kilos, hacía cuatro series de diez cada una. También corría, bajaba y subía escaleras”, declaró. A los cuarenta y tres años se retiró de la lucha libre, aunque se convirtió en promotora de otros luchadores, a quienes llevaba a los pueblos. Pero fracasó. Poco después se convertiría en criminal.

Primero vendía palomitas de maíz durante los espectáculos; luego, bajo un antifaz con forma de mariposa y un disfraz de color rosa, adoptó el sobrenombre de “la Dama del Silencio” y se subió al cuadrilátero; adoptó ese nombre, según dijo, porque era “muy callada y aislada”.

Barraza asesinó a más de un centenar de mujeres, a las que engañaba haciéndose pasar por enfermera para entrar a sus domicilios, golpearlas aplicando las llaves de lucha que dominaba, ahorcarlas y robar sus pertenencias. Fue aprehendida por azar, cuando se cruzó con un inquilino al salir del departamento de una de sus víctimas. La condenaron a setecientos años de prisión. En la cárcel se convirtió en maestra, dando talleres y cursos… a las reclusas ancianas.

La Dama del Silencio.

Otro de los casos más célebres ocurrió en 2009. Los gemelos Alberto y Alejandro Pérez Jiménez nacieron en 1972 en la ciudad de Oaxaca. Cuando eran niños su familia se trasladó a la Ciudad de México. Aunque padecían de enanismo, decidieron dedicarse al deporte, por lo cual desde pequeños se entrenaron para un día poder cumplir el sueño infantil: convertirse en luchadores profesionales. Su hermano mayor, Mario, también padecía el mismo problema físico. Comenzaron su carrera profesional en 1992, bajo los nombres de “Pequeños Diablos”: se hicieron llamar “Voladorcito” y “Fuercita Guerrera”. Se incorporaron a las filas de la lucha libre “Triple A” del empresario Antonio Peña. Con él comenzaron a conocer el éxito. La afición gustaba de ver combates entre luchadores pequeños y pronto se hicieron de seguidores. Alberto Pérez Jiménez decidió tomar el nombre de “Espectrito II”; su hermano Alejandro usó el de “La Parkita”. Mario, el tercer hermano, era “El Espectrito I”. Los gemelos luchadores formaron parte del tercer encuentro Triplemanía en abril de 1995, celebrado en Tonalá, Jalisco, donde participaron varios luchadores enanos. En ese encuentro, “La Parkita”, “Espectrito I” y “Espectrito II” cayeron ante “Torerito”, “Súper Muñequito”, “Octagoncito” y “Mascarita Sagrada”. Eran casados y cada uno de ellos tenía cuatro hijos. En sus últimos meses de vida los “miniluchadores” luchaban entre tres y cuatro veces por semana.

Tras la lucha los gemelos decidieron irse a celebrar. Se dirigieron a la Plaza Garibaldi, donde se concentran los mariachis y cantinas, bares, fondas y sexoservidoras. Los dos luchadores estuvieron allí un rato y conocieron a dos prostitutas: Estela González Calva “la Tía”, de sesenta y cinco años de edad, y María de los Ángeles Sánchez Rueda “la Gorda”.

Su último encuentro se realizó el martes 30 de junio de 2009 en Cuajimalpa, Ciudad de México, donde compartieron el ring con su hermano mayor. Tras la lucha los gemelos decidieron irse a celebrar. Se dirigieron a la Plaza Garibaldi, donde se concentran los mariachis y cantinas, bares, fondas y sexoservidoras. Los dos luchadores estuvieron allí un rato y conocieron a dos prostitutas: Estela González Calva “la Tía”, de sesenta y cinco años de edad, y María de los Ángeles Sánchez Rueda “la Gorda”, una obesa sexoservidora. Los gemelos decidieron irse con ellas a un hotel. Se dirigieron al Centro Histórico, muy cerca de la Arena Coliseo. Una vez que estuvieron en el Hotel Moderno, ubicado en la calle Incas núm. 9, pidieron una habitación; les asignaron la número 52. En el camino habían comprado cervezas. El video de seguridad del hotel captó el momento en que los dos luchadores llegaban con las prostitutas.

Noticia del crimen.

Se besaron con las mujeres mientras bebían cerveza. Una vez que estaban en la cama María de los Ángeles Sánchez Rueda “la Gorda” se desnudó y les hizo bromas. Los luchadores se limitaron a observarla, mientras Estela González Calva “la Tía” le ponía una alta dosis de gotas oftalmológicas a las cervezas de los gemelos. Los luchadores no lo sabían, pero esas mujeres eran parte de una banda conocida como “Las Goteras”, la cual se especializaba en sedar a los clientes con ese tipo de gotas para los ojos con el objetivo de robarlos. Estaban además coludidas con la administración del Hotel Moderno. La mayoría de los integrantes de la banda habían sido detenidos en 2008, pero aún quedaban miembros que actuaban por su cuenta. Cinco personas habían muerto ya por el ataque de las delincuentes. Lo que las mujeres no calcularon es que, dado que los dos hermanos eran enanos, la dosis fue demasiado alta. Poco después de que ingirieron la cerveza comenzaron a sentirse mal. No pasó mucho tiempo antes de que perdieran el conocimiento. “Las Goteras” se dedicaron entonces a quitarles el dinero, los relojes y las joyas que llevaban. Inexplicablemente, les dejaron sus teléfonos celulares. Después se marcharon. Eran las 6:30 horas. Los luchadores murieron poco después. Los empleados hallaron los cadáveres sobre las camas y avisaron a la policía, que llegó al lugar a las 14:00 horas.

“Nos avisaron el lunes por la noche que mis hermanos habían fallecido”, relató “El Espectrito I”, el tercer luchador de la familia Pérez Jiménez. “Dijeron que mis hermanos habían ido a Garibaldi a echarse unos tragos, luego los abordaron unas mujeres, se metieron a un hotel y al otro día los encontraron sin vida”.

Los cadáveres fueron entregados días después a sus familiares. Fueron velados en la casa de su madre, ubicada en la  Zona Urbana Ejidal Santa Martha Acatitla Norte, cerca del Metro Peñón Viejo, donde la familia esperó la llegada de parientes provenientes de Estados Unidos y Oaxaca. La madre de los luchadores declaró: “Nacieron juntos y juntos murieron”. Al funeral acudieron otros luchadores, quienes hicieron guardias de honor. También los medios de información y docenas de fans. Sobre los féretros se colocaron las extrañas máscaras que ambos portaron hasta el día de su muerte. Personas vestidas con réplicas de esas mismas máscaras deambulaban por el lugar, lo cual convertía aquello en un espectáculo surrealista. Los ataúdes permanecieron mucho tiempo abiertos. Familiares, fans y medios pudieron ver los cadáveres de los luchadores, fotografiarlos y despedirse. Fueron enterrados al mediodía en el panteón de San Lorenzo Tezonco. En el cementerio, sus ataúdes descendieron a la fosa al mismo tiempo, entre muestras de dolor y gritos de admiración.

Pocos días después la Policía Judicial detuvo a Estela González Calva “la Tía”. Otras prostitutas la denunciaron como la asesina. Fue acusada de homicidio calificado. Ante la presión de la policía delató a su cómplice. Poco después los agentes localizaron y detuvieron a María de los Ángeles Sánchez Rueda “la Gorda”. Las consignaron al penal de Santa Martha Acatitla. En sus declaraciones ministeriales “la Gorda” aseguró que tras enterarse de la muerte de los luchadores “la Tía” le indicó que lo mejor era ocultarse. Dos empleadas del Hotel Moderno, María Luisa Aparicio Ortega y Claudia Rosas Toledo, también fueron involucradas. Otros sospechosos detenidos fueron Francisco Vázquez Martínez, quien presuntamente vendió las bebidas alcohólicas a las víctimas en la zona de Garibaldi, y José Luis Campos Sánchez “el Burro”, quien de acuerdo con diversos testimonios, le sugirió a los luchadores que contrataran a su futura asesina. La opinión pública se consternó; los luchadores pertenecían a estratos bajos y habían conseguido sus logros basados en su esfuerzo. El pueblo se identificaba con ellos y los asumía como suyos. Su asesinato causó dolor y estupefacción no solamente en sus seguidores.

En 2010 el luchador “Black Diamond”, de la ciudad de Monterrey, mató a un fan con quien sostenía una relación homosexual. Ya había luchado antes como “Lobo Negro”. Fue sentenciado a cuarenta años por ese crimen.

Ignacio Jiménez “el Hijo de Cien Caras” fue asesinado a tiros dentro de su camioneta cuando conversaba con una mujer en la Avenida Universidad, de la Ciudad de México. Se atribuyó el crimen a un ajuste de cuentas del narcotráfico.

El domingo 28 de noviembre de 2010 Ignacio Jiménez “el Hijo de Cien Caras” fue asesinado a tiros dentro de su camioneta cuando conversaba con una mujer en la Avenida Universidad, de la Ciudad de México. Se atribuyó el crimen a un ajuste de cuentas del narcotráfico. Otros señalaron un problema pasional y algunos más afirmaron que se había tratado de un asalto.

El domingo 26 de febrero de 2012 “Cometa Tapatío” murió en la nueva Arena Santa María, de Guadalajara, al enfrentarse contra “Black Psycho”, quien le aplicó una llave conocida como “martinete”, la cual le rompió las cervicales al desafortunado luchador. Aunque consiguió llegar con vida al hospital murió en el quirófano.

El Hijo del Perro Aguayo. Fotografía tomada de Facebook.

El sábado 21 de marzo de 2015 en Tijuana el luchador mexicano Pedro Aguayo Ramírez, mejor conocido como “el Hijo del Perro Aguayo”, murió a consecuencia de un traumatismo cervical que sufrió en medio de una lucha contra “Rey Mysterio Jr.”. Tenía 35 años de edad. El líder de “Los Perros del Mal” se enfrentó a su rival en el Auditorio Municipal “Fausto Gutiérrez Moreno”, y tras recibir una patada voladora sufrió un impacto contra las cuerdas y cayó inconsciente. Aguayo fue atendido hasta que terminó la contienda y trasladado en una camilla improvisada hacia las afueras del auditorio; luego una ambulancia lo llevó al Hospital del Prado, donde murió. Al funeral acudió “Rey Mysterio Jr.” a presentar sus respetos a la familia del luchador al que había matado por accidente.

El viernes 30 de junio de 2017 Luis Antonio Juárez Morales, cuyo nombre de luchador era “Cosmos”, estaba trabajando como policía municipal en el Sector Cinco de la ciudad de Puebla. Presenció un asalto en el transporte público y, al tratar de evitarlo, fue acribillado por los delincuentes, muriendo poco después a los treinta y ocho años de edad.

“Silver King”, murió en el cuadrilátero mientras peleaba contra “Juventud Guerrera” en el Roundhouse London, durante el Lucha World Fest. Sufrió un infarto al miocardio y quedó tendido en medio del encordado, mientras le seguían aplicando llaves.

El sábado 11 de mayo de 2019 en Londres, Inglaterra, el luchador César González Barrón, más conocido como “Silver King”, murió en el cuadrilátero mientras peleaba contra “Juventud Guerrera” en el Roundhouse London, durante el Lucha World Fest. Sufrió un infarto al miocardio y quedó tendido en medio del encordado, mientras le seguían aplicando llaves. Tras finalizar la pelea estuvo tirado unos minutos hasta que los demás se dieron cuenta de que algo ocurría y llamaron a los paramédicos.

El domingo 7 de julio de 2019 en Soledad de Graciano Sánchez, San Luis Potosí, Omar Josafat, mejor conocido como “Anarquía Punk”, estaba trabajando como repartidor de productos Sabritas. Cuando se encontraba en una tienda un asaltante intentó despojarlo del dinero de la venta. Como él se resistió, el ladrón le disparó dos veces, una de ellas en la cabeza, matándolo al instante.

El domingo 3 de noviembre de 2019 en Xalapa el luchador veracruzano Jesús Medina Cruz, conocido como “Corsario de Fuego”, peleaba en la Arena Clásico cuando dos pistoleros entraron y le dispararon en dos ocasiones, dejándolo herido de gravedad.

El sábado 17 de octubre de 2020 en la Arena San Juan Pantitlán, de la Ciudad de México, murió el gladiador “Príncipe Aéreo” a causa de un infarto, sufrido mientras luchaba.

El viernes 12 de febrero de 2021, tras permanecer internado a causa del covid–19, el luchador “Ovett” murió en un hospital de la Ciudad de México. Tenía cuarenta y cuatro años.

El martes 1 de junio de 2021 el luchador tabasqueño Juan Gabriel Zentella Damián, más conocido como “Pasión Kristal”, murió ahogado cuando se internó en el mar en Playa Condesa, en Acapulco. Estaba alcoholizado y portaba su habitual traje de lentejuelas. La corriente arrastró su cuerpo, que fue hallado tres días después. Tenía cuarenta y cinco años de edad.

El sábado 5 de junio de 2021 el luchador “Ángel o Demonio”, que a veces también utilizaba el nombre de “Porro”, murió en un hospital de la Ciudad de México a causa del covid–19.

Durante el movimiento el cable se rompió y Hart cayó de una altura de veinte metros. Muchos hablaron de sabotaje y su muerte nunca fue aclarada del todo.

También en la lucha libre de Estados Unidos se han dado tragedias. El domingo 23 de mayo de 1999 en la Kemper Arena, de Kansas City, murió Owen Hart durante su presentación como “Blue Blazer” al lanzarse desde el techo sujetado por un cable. Durante el movimiento el cable se rompió y Hart cayó de una altura de veinte metros. Muchos hablaron de sabotaje y su muerte nunca fue aclarada del todo.

Blue Blazer. Recorte de prensa.

El lunes 28 de mayo de 2001 en Hayward, California, el luchador Dalip Singh alias “The Great Khali” mató accidentalmente al gladiador Brian Ong, quien se aferró a su camisa mientras le aplicaba una llave. Ong cayó mal y se desnucó.

Noticia de la muerte del crimen de Benoit.

En junio de 2007 la exestrella de la WWE, el canadiense Chris Benoit, protagonizó la historia más negra de la lucha libre en Estados Unidos. Benoit fue dos veces campeón mundial a lo largo de su carrera y era conocido como uno de los mejores luchadores técnicos en el mundo y uno de los más dedicados trabajadores luchísticos. Pero el sábado 23 de junio Benoit estranguló a su esposa Nancy y a su hijo de siete años de edad, quien estaba enfermo. Pasó todo el fin de semana acompañado de los cadáveres. El lunes siguiente se suicidó ingiriendo veneno. A Nancy la policía la encontró muerta en la sala de estar, a su hijo en su dormitorio y a él en su sala de pesas. Tenía que haber acudido a luchar para defender uno de sus títulos, pero nunca llegó. Las primeras revelaciones de los medios fueron que Benoit consumía esteroides, los que fueron encontrados en su casa, y que sufrió la llamada “rabia del roid”, una clase de psicosis causada por el consumo de esteroides. Todo esto nunca fue aclarado, pues Benoit había pasado recientemente un control de drogas de la WWE y había resultado negativo.

La noticia de la muerte de Nancy Benoit fue inexplicablemente colgada en el artículo “Chris Benoit” de la Wikipedia en inglés, catorce horas antes de que la policía descubriera los cadáveres.

La noticia de la muerte de Nancy Benoit fue inexplicablemente colgada en el artículo “Chris Benoit” de la Wikipedia en inglés, catorce horas antes de que la policía descubriera los cadáveres. El post original decía: “Chris Benoit fue sustituido por Johnny Nitro para la pelea del Campeonato Mundial de ECW en Vengeance, al no encontrarse Benoit allí debido a asuntos personales, surgidos por la muerte de su mujer Nancy”. La frase se añadió a la Wikipedia en inglés a las 00:01 horas, mientras que la policía de Fayette County descubrió los cuerpos de la familia a las 14:30 horas, catorce horas y veintinueve minutos más tarde. La dirección IP del editor se localizó en Stamford, Connecticut, lugar donde también se encuentra el cuartel general de la WWE. Después de que las noticias del aviso prematuro de sus muertes llegaran a los medios de comunicación el usuario anónimo que realizó la edición entró en Wikinews para explicar la supuesta clarividencia de su comentario diciendo que fue una “increíble coincidencia y nada más”. Nunca se averiguó quién fue el autor de la entrada. La asociación de lucha libre WWE dedicó tres horas de tributo a Chris Benoit. Pocas horas después fueron quitados del aire aquellos videos.

Homenaje a Hana Kimura de Solo Wrestling.

El sábado 23 de mayo de 2020, en Tokio, la luchadora japonesa Hana Kimura se suicidó a los veintidós años y compartió su muerte en sus redes sociales, publicando fotografías de sus venas abiertas. Había sido sometida a ataques de sus seguidores. Su mensaje final fue:

Recibo casi cien opiniones francas todos los días. No puedo negar que estoy herida. Estoy muerta. Gracias por darme una vida, madre. Fue una vida en la que quería ser amada. Gracias a todos los que me apoyaron. Los amo. Soy débil, lo siento. Ya no quiero ser humana. Era una vida en la que quería ser amada. Gracias a todos, los amo. Bye. ®
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Publicado en: Apuntes y crónicas

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