Apuntes sobre Kosmika

Un encuentro galáctico

KOSMICA México es un encuentro galáctico de tres días con una mezcla de arte, ciencia, debate, música, performance y video que explora los usos alternativos y culturales del espacio exterior. El encuentro registra el mayor número de personas en la Ciudad de México que han experimentado la gravedad cero por metro cuadrado. Un total de cinco, según las estimaciones más exactas.

© Nelly Ben Hayoun

Esta popular serie de eventos en Londres tuvo su primera edición en la Ciudad de México durante los días 27, 28 y 29 de septiembre de 2012 en el Laboratorio Arte Alameda. KOSMICA junta artistas terrestres, astrónomos, performers, exploradores espaciales y músicos de México, Reino Unido, Francia, Alemania y Estados Unidos. Este encuentro es organizado por el artista Nahum Mantra y Arts Catalyst (Londres) en asociación con el Instituto Nacional de Bellas Artes a través del Laboratorio Arte Alameda (México).

Por primera vez KOSMICA en México incluyó a quince invitados internacionales que trabajan en los aspectos culturales y artísticos de la exploración espacial. Danza en gravedad cero, observación de estrellas, música cósmica, lanzamientos espaciales desde el sofá, ciencia ficción y cohetes caseros se fusionan en este evento único en México. Las ideas son fantásticas y la apuesta es real: reclamar el viaje espacial para todos. El autor asistió a algunas de las exposiciones.

Roger Malina, lanzar sapos al espacio

Roger Malina

¿Quién ha estado en el espacio?, pregunta Malina y levanta la mano. Volteo a mi alrededor a ver si alguien más en la sala ha estado en el espacio. Cuatro personas, me prometo construir un cohete tan rápido como llegue a casa.

Roger Malina es ingeniero espacial y trabaja en la NASA. Su padre era ingeniero espacial y trabajó en la NASA. Roger proyecta sobre el muro una fotografía de su padre abrazado a un cohete en el desierto de California. Roger también aparece en la imagen: está en cuclillas sobre un hormiguero mientras estudia los efectos del calor, generado por un haz de luz concentrado a través de una lupa, sobre la composición química de las hormigas.

La experimentación científica espacial siempre ha sido parte de la vida de Malina.

Siendo niño, Roger amarró a un sapo a un cohete para investigar los efectos de la Tercera Ley de Gravedad en una rana que cae desde cincuenta metros de altura a una velocidad constante. Su madre le dio una tunda y lo obligó a barrer la calle durante un mes. Desde hace más de 25, Malina, dirige Leonardo, una organización que promueve la realización de proyectos científicos o artísticos en los que se cuestiona el límite entre las artes y la ciencia, sin ranas, ni tundas.

¿Es ciencia quemar a una hormigas con la luz del sol? No, dice Malina. ¿Es arte quemar a unas hormigas? A mí no me toca establecer esa línea.

El arte nos ayuda a entender el cosmos, dice Malina, y al ampliarse nuestro conocimiento del cosmos el espacio del arte también se expande.

Según Malina, desde que los nazis enviaron al espacio una onda de radio con un discurso del Führer —“el primer mensaje espacial de la historia terrestre”—, muchas cosas interesantes han pasado en los límites entre las nuevas tecnologías y el arte, pero primero hay que establecer los diferentes tipos de “arte espacial”. No vaya usted a pensar que el Führer era un artista.

El sonido es pésimo, no me gustan las categorías y me distraigo fácilmente, así que sólo pezco un par: “El arte en el espacio —entendido como los proyectos diseñados para realizarse en el cosmos: conciertos en la luna, montajes de Hamlett en la estación Espacial Europea, El lago de los cisnes en gravedad cero, etc.— y “el arte sobre el espacio —proyectos de reflexión sobre el universo y su naturaleza de una manera científico/artística: “no examples in the power point”.

La conferencia avanza y Malina proyecta sobre un muro una animación con la historia del universo, desde el Big Bang hasta el día de ayer. Es un ejemplo de otro tipo de relación arte-ciencia. El video de no más de treinta segundos muestra a la materia negra y el espacio que se expande hasta formar una red interconectada similar a la de las neuronas y sinapsis en el cerebro. Las neuronas son puntos luminosos, concentraciones de gas estelar incandescente, galaxias distantes. La materia negra, el espacio entre ellas.

Al final de la breve proyección Malina comenta que el arte ha sido fundamental para generar modelos de representación que nos permitan entender los datos proporcionados por la ciencia: “Que el universo se contrae es una afirmación científica básicamente inteligible… ¿Cómo diablos se contrae el universo?” La colaboración entre científicos y artistas, concluye, tiene una explicación práctica que va más allá de un concierto en la luna o mensajes radiofónicos enviados a la galaxia de Andrómeda.

El arte nos ayuda a entender el cosmos, dice Malina, y al ampliarse nuestro conocimiento del cosmos el espacio del arte también se expande.

Nelly Ben Hayoun, conciertos en el espacio

Nelly Ben Hayoun

Ben Hayoun es una chica de no más de 1.70, cabello negro, piel blanca, habla como mil palabras por segundo, ríe mucho y tiene la energía de mil bombas atómicas. Boooooom.

Según su biografía de twitter Nelly es la directora de la International Space Orchestra. Nelly Ben Hayoun tiene seiscientos followers. Síganla, debería de tener mil millones.

Los organizadores de Kosmika la invitaron para una pequeña presentación de treinta minutos del proyecto que la artista empieza con “Do you know my Super K Sonic Booooom?” La artista no espera la respuesta, y se lanza a explicar el complejo funcionamiento de la pieza: un túnel con agua y globos, una reproducción de un laboratorio en Japón, uno de los pocos observatorios de neutrinos, Do you know what is a neutrino?, partículas de antimateria, cada segundo 50 mil neutrinos atraviesan el cuerpo de un ser humano…

Ben Hayoun explica cómo funciona un observador de neutrinos pero me pierdo, termina con un boooooooooom. Y pasa a la siguiente cosa. Do you know my Soyouz Chair?, pregunta y una vez más se lanza a explicar el funcionamiento de su pieza: una silla, ¿ya?, te sientas, ¿ya?, aprietas un botón y booooooom, “Like the Soyuz”, como si despegaras en un cohete.

Según su biografía de twitter Nelly es la directora de la International Space Orchestra. Nelly Ben Hayoun tiene seiscientos followers. Síganla, debería de tener mil millones.

En los últimos diez años Ben Hayoun ha trabajado en por lo menos diez piezas similares. Su obsesión es la ciencia, acercar a las personas a las experiencias científicas, familiarizar a sus espectadoras con la antimateria, la teoría de las supercuerdas o cualquier concepto inteligible de física teórica. Mi pieza favorita es la siguiente.

La International Space Orchestra es una de las cosas más conmovedoras que usted verá sobre la tierra. El proyecto es sencillo. Nelly lo explica más o menos así: “Siempre quise ser astronauta. NASA, sinfonía sobre una misión espacial, el centro de mando, ‘With all that bottons’. Damon Albarn. La letra de la ópera es sobre ‘The start, the middle and the end of a mission. Los músicos son científicos and ingeniers de la NASA’. Astrofísicos, teóricos cuánticos, biólogos espaciales, secretarias, cualquier empleado de la NASA podía ser parte del proyecto. GROUND-CONTROL es el nombre de la ópera, A Neil Armstrong Tribute, an Opera in 3 acts, co-written by LCROSS and LADEE Flight, director Rusty Hunt and Nelly Ben Hayoun, un texto basado en las transcripciones del Apolo 11”.

Damon Albarn ha escrito la música. Y es espectacular. En su twitter la artista anunciará en próximas fechas el estreno de la película de la ópera. Sólo un par de veces ha sido interpretada. La primera, el día de la filmación en las instalaciones de la Agencia Espacial Estadounidense, la segunda en una feria de arte. En Kosmika pudimos ver un adelanto de unos minutos. Al final terminaba con el sello de Ben Hayoun: un booooooooom. ®

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Publicado en: Arte, Diciembre 2012

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