Das rote Haar

Pintura de Ana Victoria Guevara

La imagen del presente se contamina
Con la sombra de un pasado atado a ti
Tu ausencia es mi frescura
Y mi dolor palpable              

Eres sólo un amuleto de nostalgia
Y a la vez de desprecio
Para continuar en un presente lúcido
Tengo que dejarte ir

Ya que no eres más que un triste recuerdo
De lo que pudo ser, pero no fue
O de eso que es
Pero, cada vez que toma aire, ahogas          

Cultivar y coleccionar inútilmente
Parece ser el oficio del hombre
Y perder, la mayor de las tragedias
El hombre cobarde ni pierde ni cultiva

Y su única amenaza es la soledad
A pesar de vivir en ella
Como si la intimidad y la cercanía personal
Representaran un obstáculo en el camino

Despertando inseguridad para dar un paso atrás
Sorprende la frialdad de tus palabras
Eres como un continente
Sabes que existe, pero lejos

Y, de todos modos, probablemente nunca llegues ahí                                                                                           
¿Que se ha perdido en todo lo no dicho?
 ¿Hacer el esfuerzo por no recordar
 qué éramos antes de que todo cambiara?

Cada vez se vuelve más claro
O tal vez nunca existió la duda
Sólo la incapacidad de reconocerlo  
El amor es conservarse y destruirse al mismo tiempo

Pero con las manos calientes y las uñas con sangre
No con la memoria
Si vas a venir a matarme, adelante
Pero no te detengas a la mitad. ®

Compartir:

Publicado en: Poesía

Apóyanos:

Aquí puedes Replicar

¿Quieres contribuir a la discusión o a la reflexión? Publicaremos tu comentario si éste no es ofensivo o irrelevante. Replicante cree en la libertad y está contra la censura, pero no tiene la obligación de publicar expresiones de los lectores que resulten contrarias a la inteligencia y la sensibilidad. Si estás de acuerdo con esto, adelante.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *