De indignos e indignados

La acampada en Barcelona y la represión del 27M

Tras la marcha ciudadana del 15 de mayo cientos de personas han acampado en las plazas centrales de las diferentes ciudades españolas como protesta al sistema. El hecho no sólo marcó los comicios del 22 de mayo, sino que ha provocado una ola de despertares a nivel mundial.

© Juliana Maruri

El día 27 el gobierno catalán envió a los antidisturbios a desalojar la plaza con la excusa de un partido de fútbol, el del Barça, dando lugar a un enfrentamiento ideológico cuando policías y acampados habían llegado a un acuerdo.

Tras los actos violentos la acampada en Barcelona ha continuado, a pesar de la policía y el gobierno mismo. Ahora busca la descentralización, la propuesta y avanzar. ¿El objetivo? Construir una sociedad en donde la democracia sea verdadera y los gobernantes sirvan a los intereses del pueblo y no al de sus bolsillos.

Ésta es una crónica de la llamada #acampadabcn desde uno de los corazones de la protesta: la Plaça Catalunya de Barcelona, escenario de asambleas, trifulcas, protestas y revoluciones.

Em el llamado 15M la plataforma Democracia Real Ya convocó a una marcha pacífica por las principales ciudades de España (como epicentro en Madrid). El colectivo y sus miles de seguidores, los “indignados”, reclamaban una democracia real en vísperas de las elecciones del día 22. La manifestación se convocó sobre todo a través de internet gracias a colectivos como Anonymous, Malestar.org y los twitters de DRY en España. Desde entonces son ya casi himnos los “Que no, que no, ¡que no nos representan!”, “El pueblo unido jamás será vencido”, “No es crisis, es una estafa” y otros más campechanos como “No hay pan pa’ tanto chorizo”.

La desilusión ha marcado los pasados tres años en este país, golpeado fuertemente por la crisis económica global, la explosión de la burbuja inmobiliaria y los recortes del gobierno, quien se excusa en las fuertes demandas de la Unión Europea y la evasión de un posible rescate financiero como en los casos de Irlanda, Grecia y Portugal. España, que venía viviendo en un estado de bienestar que se notaba incluso en la laxedad de la administración, ha caído en cuenta de que ni la derecha ni la izquierda han sabido responder a las verdaderas demandas del pueblo. Ahora, ese pueblo, los “indignados” (cuyo nombre se inspira en el texto Indignez-vous del francés Stephane Hessel) intentan organizarse para cambiar el sistema gobernante. Los ojos del pueblo español le han abierto los ojos a diferentes naciones que ya se empiezan a exigir a los mandatarios una democracia verdadera, una administración para el pueblo y no para sus bolsillos, y que se antepongan siempre los derechos básicos de las personas: techo, comida y aire puro.

Tras el 15M la ciudadanía, en su mayoría jóvenes sin trabajo en plena edad laboral, planearon acampar en las plazas centrales de ciudades como Madrid y Barcelona (literalmente acampar, con tiendas y sacos de dormir). Pronto se sumaron grupos diferentes en cuanto a edad y situación, pero sin banderas de sindicatos, partidos e incluso ONG. La acampada en Barcelona ha durado casi treinta días en los que ha habido de todo: desde caceroladas, asambleas y votaciones populares, hasta la final de la Champion’s League.

Del 15M al 27M pasando por el Barça

El 27 de mayo, en Barcelona, con la excusa de que al otro día podía triunfar el Barça y el pueblo tenía derecho a festejar a su equipo de fútbol en una plaza limpia, las fuerzas policiales arremetieron violentamente contra los acampados. Una semana después, los mossos d’esquadra anunciaron que planean denunciar a los “indignados” que les hirieron ese día en Plaça Catalunya.¿No sería mejor idea denunciar al conseller (consejero) d’Interior y los demás secuaces del gobierno que apoyaron y elucubraron esta acción?

Al final, el gobierno (sistema) ha tenido lo que quería: enfrentar a las partes de una misma sociedad “indignada”. En este caso, a las dos que, hoy por hoy, constituyen una mayor fuerza en la sociedad: acampados vs. policías.

Afortunadamente para la cabeza orquestadora (el gobierno), estos dos grupos son completamente opuestos en la metodología con la que ejercen su poder. Por una parte los acampados, con la educación y comunicación como armas intangibles y el pacifismo como lema. Y por otro, un grupo cuya idea de construir un mundo mejor pasa siempre por la fuerza física y el enfrentamiento cuerpo a cuerpo. Lamentablemente en la actualidad las erróneamente llamadas fuerzas “de seguridad” no generan seguridad en los ciudadanos comunes; únicamente en ese pequeño grupo que los dota de armamento letal. Los policías han sido entrenados en la violencia porque el gobierno descubrió en ellos un juguete fácil de usar, renovable inagotablemente (está hecho de humanos), y además bastante efectivo (que no eficiente).
Así pues, el gobierno de Catalunya supo encontrar el punto de quiebre justo cuando estos dos grupos encontraban su punto en común. Por eso, ni el presidente del gobierno español ni organismos de poder internacional han condenado contundentemente la represión del 27M. Tan es así que el mismo ejemplo siguió Francia con la represión de la #frenchrevolution el 29 de mayo en la plaza de la Bastilla.

http://www.youtube.com/watch?v=1KXBe4G1kt0

Divide y vencerás

Las fuerzas policiales encontraron una especie de acuerdo con los indignados justo antes del día de las elecciones. Los sindicatos mayoritarios de policías anunciaron que sería un “enorme error” desalojar las plazas el día de la llamada reflexión. No hubo tratados ni firmas, pero la jornada pasó pacíficamente a los libros de historia como la primera vez que reflexionan masivamente sobre el tema electoral miles y miles de ciudadanos españoles.
Dejar que policías y antisistemas conversaran abiertamente sobre el mundo que quieren vivir era lo peor que podía sucederle al gobierno. ¿Qué seguiría después? ¿El apoyo de los militares? ¿Y después…?
Así que el enfrentamiento fue planificado y estratégicamente organizado. Nos jugaron como piezas de ajedrez. Policías (represor de masas) vs. acampados (resistencia de masas), y añadimos: vs. El Barça (cultura de masas). Uno contra otro contra otro. El tal cerebro orquestador es estratega y tiene experiencia en todo tipo de temas: tácticas de manipulación social, control de los medios, recortes presupuestales, préstamos internacionales, guerras… Sabe que dividiendo a la sociedad vencerá. Basta recordar que las guerras se han basado siempre en explotar la intolerancia a otros modos de vida.
El gobierno conoce bien a los hinchas violentos de un equipo de fútbol. Sabe que no tienen control ni dirección ni propuesta. Son un grupo heterogéneo que carece de ideología y rumbo, son los zombies del sistema que sirven para la distracción. Se educan con la televisión, la prensa rosa y la cocacola, y poca capacidad les queda para la reflexión. Están creados y manipulados para prevenir que la sociedad civil se organice, manifieste y rebele. Y lo peor del caso, es que nos quieren hacer creer que la mayoría de la gente es así a través de los medios de masas y no hay cura. Ejemplo: la mal-llamada generación ni-ni.
(Testimonio aparte: Me sorprende encontrarme con abuelitas y abuelitos que comentan su sorpresa al ver a esta generación de jóvenes peleando por un mundo mejor. Creían, según lo he escuchado durante las asambleas de la acampada, que las nuevas generaciones estaban perdidas en un mundo de hedonismo barato.)

Aquel fin de semana, con la excusa del Barça, se enfrentaron los dos bandos. La batalla duró dos días:

* Viernes por la mañana: el conseller d’Interior del gobierno catalán, Felip Puig, envía a dos grupos de presión: la BCNeta (brigada de limpieza) como caballo de Troya, y a la policía (mossos d’esquadra, guardia civil y brigada antidisturbios) como arma pesada, ambos utilizados como cabezas de turco, chivitos expiatorios. Se arma el enfrentamiento físico.

* Sábado por la noche: los zombies del sistema gobernante (policía) cargan contra los zombies de la sociedad civil (los hinchas del Barça). Acampados y simpatizantes protegen la plaza formando barreras humanas para impedir que los hooligans entren en la plaza y se confundan con manifestantes.
Este doble encontronazo se saldó, como siempre, con numerosas bajas en la sociedad civil: veinte hinchas encarcelados y 121 heridos entre acampados y policías el 27M. Y en cuanto a derechos humanos, hoy por hoy, la impunidad que injustamente se le otorga a los grupos armados prosistema.

Ni policías ni perroflautas

La pelea física ha sacado a la luz otros motivos de enfrentamiento más peligrosos aún: ideología y pensamiento, y percepción del otro. Para los acampados, los policías son unos perros. Para los policías, los acampados no hacen más que tocar(se) la flauta.

Este doble encontronazo se saldó, como siempre, con numerosas bajas en la sociedad civil: veinte hinchas encarcelados y 121 heridos entre acampados y policías el 27M. Y en cuanto a derechos humanos, hoy por hoy, la impunidad que injustamente se le otorga a los grupos armados prosistema.

Hay que entender el modus operandi de la mente de un mosso d’esquadra: se trata de una persona que antepone su propia integridad física en defensa de otros a los que ni conoce. No conoce otras formas de “ganarse la vida” mas que reprimiendo a otros, así tenga que ser a golpes y provocando miedo (y no respeto). Pero no olvidemos que el cuerpo policial es solamente la fuerza bruta del sistema, no son el cerebro orquestador. Un ejemplo extremo y preocupante de mutación de una persona normal a bestia represora y abusiva es el de Ferran T.F., quien nos ha regalado la siguiente perla: “Lo mío ha sido como estar en una pastelería y no poder comer ni un trocico de pastel. Tanto hijoputa y ni una colleja he podido dar” (El País).

El sistema le ha pagado mal al mosso de esquadra. Esas personas también son y serán víctimas de los recortes salariales, en la sanidad y en la educación. Por no hablar de que su oficio involucrará cada vez más una violación a sus derechos humanos como trabajadores. Tener un trabajo que genera tanto estrés e involucra tantos riesgos físicos y psicológicos no puede ser bueno para la salud, sin olvidar la violencia por la que tienen que pasar desde su entrenamiento.
Sí. Se nos olvidó que los mossos d’esquadra también viven en condiciones de “indignidad”.

¿Y dónde están las propuestas?

© Valentina Bukoviner

No todo ha sido represión violenta. En realidad, los acampados han podido hacer y deshacer, considerando sobre todo que incluso aquellos que no pueden quedarse a dormir en la plaza o que no viven cerca del centro de las grandes ciudades apoyan el movimiento. Sin embargo, las críticas han llovido, tanto de los medios de comunicación como de la derecha más ruidosa, pero incluso de la misma gente. El principal ataque fue, durante las primeras semanas, la falta de propuestas y el exceso de protestas. ¿Y el futuro a mediano y largo plazo? ¿Y las acciones concretas más allá de la plaza?
Pasan los días y las acampadas. Al menos las de Barcelona y Madrid (las que sigo) se vuelven cada vez mejores ejemplos de lo que sería nuestra sociedad ideal. Funcionan casi a la perfección —al menos en cuanto al servicio y de cara a los demás compañeros— las comisiones y grupos encargados de actividades culturales y educativas, la cocina, la biblioteca, la guardería, las asambleas, el huerto popular, etc. Se volvieron un ejemplo de que unidos no necesitamos intermediarios para satisfacer lo básico. Tan es así que ahora las acampadas están llegando a su fase terminal para dar paso a las asambleas de barrios, nuevas marchas y acciones enfocadas a casos concretos (como el stop a los desahucios y la reformulación de la Ley Electoral).

Uno de los principales planes de la acampada ha sido que su “Comisión de Mínimos” redacte unos puntos básicos (cuatro) de donde partirán las propuestas para estar cada vez más cerca de conseguir lo que nos llevó a la calle: la falta de democracia real y la reivindicación de nuestros derechos más básicos. La primera vez que esa comisón presentó en la asamblea plenaria su trabajo los vetaron. Tras esa asamblea y tras el veto hubo comentarios de “manipulación”, “trampa” y mucha frustración después de un trabajo intenso. Recordemos: había que englobar en el mínimo tiempo posible todas las peticiones y quejas de los “indignados” en un mínimo de puntos. ¿Algún voluntario para el trabajo?
Al margen de si hubiésemos estado o no de acuerdo con los dichosos cuatro puntos mucha gente opinaba, primero, que no se necesitan puntos mínimos porque no estamos en calidad de negociar. El término se calificó de inadecuado. Segundo, que no puedes engoblar todas las necesidades de la gente en cuatro puntos. Además de que uno de los grandes debates fue (y es todavía) el de si modificamos el sistema o lo tiramos abajo del todo. No obstante, el movimiento es descrito más como reformista que revolucionario.
Desde el primer día de la acampada, cuando aún éramos unas setenta personas tratando de conseguir una conexión a internet para crear un blog, la reivindicación común, la que se escucha en todos los foros, reuniones y conversaciones, es la de los derechos básicos que no nos han sido respetados: vivienda, alimentación, comunicación y educación. Desde ahí salen las sub-reivindicaciones como son: trabajo, medio ambiente, cultura, derecho al voto, salud pública. Y de ahí, los rechazos concretos como los recortes en sanidad, el problema de las hipotecas, la ley de extranjería, la ley Sinde (de recortes a internet), la reforma laboral, el desempleo, la corrupción política… La pirámide es compleja y quizá interminable. Son muchos años.

#nolesvotes vs. #novotes

Hay que entender el modus operandi de la mente de un mosso d’esquadra: se trata de una persona que antepone su propia integridad física en defensa de otros a los que ni conoce. No conoce otras formas de “ganarse la vida” mas que reprimiendo a otros, así tenga que ser a golpes y provocando miedo (y no respeto). Pero no olvidemos que el cuerpo policial es solamente la fuerza bruta del sistema, no son el cerebro orquestador.

Las elecciones autonómicas de España el 22 de mayo dejaron al derechista Partido Popular como triunfador. Quedaron obviamente relegados los socialistas, como ha venido sucediendo con casi todas las formaciones izquierdistas de Europa. Pero no sobra decir que fue una elección marcada por la alta abstención y el voto en blanco. Tan sólo en la ciudad de Barcelona, donde gobernará Convergencia i Unió, la derecha nacionalista que busca la soberanía de un Estado catalán, 47,03% se cuenta entre votos en blanco y votos nulos.

La respuesta de si las campañas #nolesvotes y #novotes funcionaron o no la tiene la sociedad misma. Sin embargo, y como dijera el mismo Partido Socialista español, no votar es como votar por la derecha, así que el resultado de las elecciones generales del año que viene es bastante previsible.

Las campañas antes mencionadas formaron parte de los debates y las propuestas de varios colectivos durante la acampada. Estos temas se trataron no sólo en las asambleas sino fuertemente en las redes sociales. No hay un rumbo claro porque hasta ahora el tema del “voto es secreto” ha sido respetado tanto por los que creen que no hay que votar para no participar de esta “falsa democracia”, como por quien propone votar por partidos minoritarios como el Partido Pirata.

Del Ágora a la asamblea popular

Asistir a las asambleas y reuniones en la acampada ha sido una experiencia única. El formato es el siguiente: Se abre con el orden del día y se van tratando los diversos puntos. Alguien toma nota de los nombres de quienes quieren exponer su opinión. Uno a uno van hablando hasta que alguien retoma el punto del debate o se llega a un acuerdo. Los métodos se han ido afinando desde aquella noche solitaria en Plaza Catalunya. Ya no se aplaude cada vez que termina alguien, se agitan las manos como estrellas en señal de apoyo; también para que el megáfono cambie de manos con mayor agilidad. Si no gusta una opinión se cruzan los brazos levantados. Y así, hay señales para casi todo.
La última vez que asistí a una asamblea sobre el tema de los dichosos puntos mínimos-básicos-fundamentales tampoco se llegó a un acuerdo. Para los que seguimos con esperanza esta llamada “(R)Evolución”, lo que toca ahora es asistir a las asambleas de barrio, trabajar con los vecinos en la mejora de las condiciones de vida, firmar propuestas, incluso, participar en marchas como la del 19 de junio y la del 15 de octubre que, si la comunicación va bien, será a nivel mundial. Porque como dicen por ahí: Roma no se construyó en un día. ®

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Publicado en: Apuntes y crónicas, Junio 2011

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